Lo de viceversa es que le da un toque chonitelevisivo que me ha "encantao".
Un buen día te levantas con la firme convicción de que TE VAS A MADRID A PASAR EL DÍA. No hay más. No hay más porque mi cabeza, complicada o no, según se mire, funciona así. En el momento en que lo visualizo, está decidido. No lo hago adrede. Es que es difícil que se me vaya de la cabeza.
Así que, sin más, se lo comunico a Papi, que, aunque un poco descolocado esperando que la frase fuera más "el sábado he quedado con... a tomar algo", y no "me voy a pasar el día a Madrid", me dice que le parece muy bien. Él es el primero que sabe que los últimos acontecimientos familiares vividos y la poca posibilidad de escape diario entre niños, casa y trabajo (y los añadidos normales), han hecho mella en mi cansancio físico y mental, y que ni las vitaminas que me ha recetado el médico ni el chuletón que me obliga a comer para suplir mi falta de proteínas están haciendo su papel demasiado rápido.
Miro billetes, pillo una oferta relativamente buena y hablo con mis friends de la capi para avisar de que, si quieren un cafetín, estaré pasando el día por allí, pero sin compromiso. Me queda gente en la Sierra que, probablemente, no podrá venir y otros a los que vi hace poco y no he avisado porque de 11 de la mañana a 19 de la tarde el día no da para más, y he de ponerme al día con los amigos que vi hace... ¡Dos años ya!
Habemus billete. Y habemus plan para el sábado. ¡Yihaaaaaa! ¡Pa los Madriles!
El viernes por la noche empieza la juerga. Yo vivo en Valencia y aquí llevamos una semana, no exagero, yendo en mangas de camisa y con un clima primaveral que ni en mayo. Voy a Madrid, donde llevan dos semanas con lluvia y mal tiempo (lo normal en febrero, vamos), y donde, me han dicho mis "amigos" (sí, entrecomillado, ya veréis porqué) que están a 3-4 grados y hace una rasca importante.
Para una persona nada friolera estos datos son difíciles de manejar, y como no acabo de "visualizarme" allí pasando frío, empiezo a hacer combinaciones varias de modelitos para ir "mona, abrigada y cómoda". Al final, vestido de lana (zara niños, oh yeah! Ventajas de ser tamaño bolsillo), suéter extra gordo, media tupidísima 400DEN (¿existe?), abrigo de "madre" total y... chaqueta extra de lana gooooorda, porque va a hacer taaaanto frío en MadriZ. ¡Los coj...!
Una suerte comprarme una revista de moda y cotilleo en la Fnac de la estación y poder meter la chaquetAZa en la bolsa.
Y ahí llego yo a Madrid, con una revista de moda y cotilleo que no he leído y una chaqueta que no voy a ponerme.
Salimos a la calle y empiezo a quitarme capas antes de morir deshidratada sin haber hecho testamento. ¡Estos madrileños no saben lo que es el frío! Manda narices que se lo tenga que explicar una de Valencia. Vale, la chaqueta o el suéter me los puse en algún momento, pero los justitos. Así que podemos decir que estuve pateando MadriZ con aspecto de vendedora ambulante, con vestido ideal sí, pero llena de colgajos saliendo del bolso, los brazos y la bolsa. ¡Un frío en Madrid!
Otra cosa que está muy bien de visitar a tus amigos madrileños es que descubres que las normas de circulación, concretamente las referentes al estacionamiento, son diferentes. Un coche "bien" aparcado es aquel que puede estar con toda una rueda trasera y el culo del coche sobre la acera, porque "hombre, es que si la acera no tuviera esa forma, estaría bien aparcado...". Y por contra, mi amiga Paula se extraña de que "en Valencia dejáis los coches sin el freno de mano". Pues claro, de toda la vida, en segunda fila y sin freno, por no jorobar en exceso, ¡pero no chafamos las aceras con coches tamaño camión y nos vamos a comer tan tranquilos!
En definitiva, en un viaje de ida y vuelta en el día tan de pensat i fet, aprendes un montón de cosas:
- Que el coche 3 del AVE es en realidad el que tiene el cartelito de coche 4.
- Que el bolsón de chuches por si te bajaba el azúcar sólo te ha servido para aumentar el reventón de hombro que llevas de tanta chaqueta de lana sobrante.
- Que el botellón de tu maravillosa colonia Escale aux Marquises ha estado encantado de acompañarte todo el viaje pero te ha hecho poco papel. Miento, ha colaborado también al mantenimiento de tu "tetris-espalda".
- Que en MadriZ NO HACE FRÍO, y es una leyenda urbana que corre por toda la península para evitar que los visitemos y así intentar aligerar el tráfico de todas las M: 30, 40...
- Que Madrid es la ciudad sin ley. O eso o mi amigo Pedro me ha mentido y no es sólo un buen modisto, es EL MODISTO Y PUNTO, y por eso puede aparcar donde le salga del patrón (de la ropa, digo).
- Que los verdaderos AMIGOS no necesitan verse cada día, sólo necesitan que una loca les diga que va a pasar el día a su urbe para mover cielo y tierra y empaquetar a sus hijos o hacer lo indecible por buscar un minihueco, y así poder acompañarla durante todo el día y que no pase sola su jornada de locura transitoria en la capi. GRACIAS <3
CON M DE MAMÁ y de Madrid y A de AMIGOS y AVE... y F de (no)Frío