Revista Sociedad

AVE: vías de oro

Por Mourisimo

O TRANSPORTE DE RICOS EN UN PAÍS POBRE

Hace pocas fechas se inauguraba una nueva línea, Madrid-Valencia a bombo y platillo, una ciudad más que respira tranquila y van 21. Madrid, una de las capitales mundiales de la alta velocidad ya estaba interconectada con una “provincia” más. Volvemos al viejo centralismo de “todas las carreteras llevan a Madrid”, en vez de priorizar otros trayectos como Barcelona-Valencia, eje mucho más significativo, tanto desde el punto de vista poblacional, como de tejido industrial, que otros que ya han sido ejecutados, pero dejemos a un lado los regionalismos, que ese tampoco es el quid de la cuestión.

Pues sí, no importa que no lo podamos pagar. Hemos construído en pocos años más km. de alta velocidad que nadie, acabamos de adelantar a Francia, cuya línea París-Lyon tiene más pasajeros que todas las nuestras juntas y la proyección nos llevará, en pocos años, a ser el segundo país del mundo con más km de vía de altas prestaciones, solamente superados por China. Es un hito ciertamente destacable, en un país con escaso capital humano que desplazar.

MAPA DEL AVE EN EL 2020 Y COMPARATIVA CON OTROS PAISES

En mi opinión, es un echar a correr, cuando todavía no se ha empezado a caminar. Llevaremos analfabetos, trabajadores mileuristas al borde del geriátrico y parados en nuestros trenes diligentísimos. Según el portavoz de CGT, Ramón Ferrandis las líneas de alta velocidad son utilizadas por el 2% de la población; sin embargo reciben el 87% de la inversión, mientras que al ferrocarril que utilizan los obreros sólo destinan el 13% del presupuesto, “pese a ser el utilizado por el 98% de los usuarios”.

Visto lo visto, la expansión del AVE es imparable. Tener el tren de marras en la comunidad de turno es el caballo de batalla para cualquier politico que se precie. Valga aquí, el ejemplo de Revilla, presidente de Cantabria, que pidió audiencia a Pepiño bajo amenaza de romper el pacto de gobierno con los socialistas,en caso de no reactivarse las obras de un tren, que se presenta cómo la panacea del desarrollo, cuando en la mayoría de las ocasiones, este pasa de largo a toda pastilla y con un puente obsceno a través de nuestros paisajes, o de un túnel, según las necesidades.

Con todo el dinero que se han/están gastando en el AVE se podría septuplicar los servicios de tren convencional, potenciando el transporte público en las cercanías de las ciudades, en detrimento del automóvil y las circunvalaciones, es sólo uno de los beneficios que se me ocurren a bote pronto (cada km de tren convencional cuesta unos 3 millones de euros, frente a una orquilla que va de los 12 a los 30 dependiendo de la orografía del terreno cuando del AVE se trata). Un servicio público, financiado por todos, debe tender a satisfacer las necesidades del mayor número de gente posible. Mientras, el sistema ferroviario convencional languidece ante la falta de inversión y el abandono.

No seré yo quién critique la inversión estatal, totalmente necesaria y mucho más en una época de crisis galopante cómo la que vivimos. El problema de España no es el déficit, es el paro, pero, si vas a invertir poco, al menos, hazlo en un orden lógico. Por lo que a mi respecta, dame más escuelas y guarderías y menos trenes campeones de velocidad.


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