Se desconoce el origen de esta planta medicinal pero probablemente deriva de las especies salvajes que abundan en el litoral mediterráneo.
La avena es un cereal que se cultiva en zonas templadas de todo el mundo.
El nombre científico de la avena es Avena sativa L.
La planta Avena sativa es perteneciente a la familia Poaceae.
Forma un tallo lago que culmina en una espiga, la cual contiene el grano como el trigo, el arroz o el centeno.
Este cereal medicinal no alcanza más de un metro de altura, desarrollando finísimos pecíolos en cuyo extremo crecen las flores, de dos en dos.
Existen diversas variedades de avena, que sólo difieren en la estructura de las panículas y en el poder de adaptación a los diferentes climas, suelos y altitud.
La parte de esta planta utilizada con fines medicinales son sus granos. Las hojas de la avena tienen una acción fungicida.
Entre las propiedades medicinales de esta planta encontramos que es: Emoliente, calmante, diurético, anemia, se emplea en tratamientos nerviosos, insomnio, diabetes, dispepsias, suaviza y tonifica la piel (se utiliza industrialmente en champús, jabones y cremas). En uso tópico: eczemas, dermatitis, estreñimiento, urticaria, cistitis, prurito, pieles, artritis, artrosis, mialgias, gripe, catarros.
El uso de diuréticos en pacientes de hipertensión o cardiopatías, sólo debe hacerse por prescripción y bajo control médico.
La avena está compuesta por sales minerales como: hierro, manganeso, cinc. En las hojas de esta hierba existen abundantes sales silícicas y saponinas esteroídicas de tipo furostánico (avenacósidos A y B). Las inflorescencias de esta planta son ricas en flavonas. También posee carotenoides y derivados de la clorofila. Vitaminas A, B1, B2, PP, trazas de E y D. Fenoles en las semillas: avenatramida A, K y C, ácido p-hidroxibenzoico, vainilina, ácido vainílico, acido cafeico, ácido p-cumárico, ácido ferúlico, etc.
Las semillas de Avena sativa L. son alimenticias proporcionando calcio y sustancias minerales al consumirlas. &
Recetas de esta planta medicinal:
Cataplasma: Combinar 3 cucharadas de harina de avena con 2 cucharadas de vinagre. Batir hasta lograr consistencia. Colocar, aún caliente, sobre un paño de algodón a modo de cataplasma y luego ubicar sobre la zona afectada por el reumatismo.
Decocción: realizar una decocción de 5 cucharadas de avena en 2 litros de agua hasta que se evapore hasta la mitad. Retirar del fuego y dejar refrescar. Tomar 2 vasos diarios. Esta decocción está indicada en casos de enfermedades respiratorias (resfríos virales).
Preparado para casos de acné y las espinillas: mezclar 3 cucharadas de harina de avena y 1 cucharada de miel. Luego, añadir 2 claras de huevo. Batir hasta obtener una masa homogénea y colocar en forma de mascarilla sobre el rostro durante 20 minutos. Posteriormente, retirar con agua fresca.
Decocción refrescante para la piel: colocar en un recipiente agua, 1 cucharada de avena, 2 hojas de malva, dejar hervir 1 minuto. Colar, dejar enfriar y guardar en refrigerador, no guardar el preparado por más de 2 días. Aplicar con un paño u algodón. Esta decocción está indicada en casos de erupciones de la piel, quemaduras por el sol, ya que es refrescante, curativa y cicatrizante.