Aventuras en el cuaderno de hojas blancas, de José María Merino (RIMPEGO EDITORIAL, 2022)

Rimpego reedita en un solo libro la trilogía infantil de escritor José María Merino Aventuras en el cuaderno de hojas blancas.

‘El cuaderno de hojas blancas’, ‘Regreso al cuaderno de hojas blancas’ y ‘Adiós al cuaderno de hojas blancas’ son los títulos que integran esta obra.

El protagonista, Santi, nunca acaba sus tareas en el colegio y tiene que terminarlas en casa. Un cuento que pretende animar a los niños a que no tengan miedo a leer y a escribir. «Para que vean que, cuando pintan un monigote, están creando un personaje y que ellos son el dueño de ese personaje. Con un lápiz y un papel somos los dueños del mundo», dice Merino.

FICHA TÉCNICA.

Aventuras en el cuaderno de hojas blancas, de José María Merino (RIMPEGO EDITORIAL, 2022)

La trilogía de El cuaderno de hojas blancas es una de las más afortunadas creaciones de la literatura infantil en nuestro país. Su autor, José María Merino, es Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, Premio Nacional de las Letras Españolas y miembro de la Real Academia Española.

El niño protagonista, que está caligrafiando sus primeras letras, no sabe que las hojas de un cuaderno pueden convertirse en el territorio de fascinantes aventuras en cuanto ponga el lapicero al servicio de su imaginación. Por el camino, Santi aprende a escribir, pero también el valor de la amistad, el respeto, la dignidad y la tolerancia. ¿Le acompañas?

“En los libros de cuentos, en las novelas, está palpitando una vida que nos envuelve con fuerza cuando las leemos. Nunca lo olvidemos”, nos recuerda José María Merino.

Disfrutar de esta bella y cuidada reedición con prólogo de Ana Merino, hija del autor y Premio Nadal 2020 con El mapa de los afectos, será un gran lujo lector para pequeños y grandes amantes de las letras.

Al seleccionar un libro de literatura infantil me fijo en:

- El sentido lúdico de la obra. El aprendizaje a través del juego desarrolla más el cerebro. La risa y la diversión fomenta la imaginación y la creatividad para ver, sentir y pensar un mundo más ingenioso.

- El sentido participativo. Historias en las que hay que pensar y descubrir realidades que no muestran las palabras. Ver más allá por no estar todo dicho.

- La diversidad del mundo que muestra. Transmitir conceptos como la amistad, respeto, tolerancia, amor, cambio... sin dar una opinión moral ni enseñanzas para mostrar la vida tal como es, para comprender y enfrentarse a ella sin miedo.

- El juego con el lenguaje. Abriendo a los pequeños lectores el mundo del lenguaje inventando nuevas palabras, creando nuevos significados y desarrollando con ellos su creatividad y su amor por las letras.

En estas Aventuras en el cuaderno de hojas blancas de José María Merino encuentro estos requisitos, y me gusta y me emociona que el autor deje a los niños ser niños. Sí, y sentirán con esta lectura que no están solos.

José María Merino ha cultivado casi todos los géneros literarios: la poesía —reunida en Cumpleaños lejos de casa, 2006—, la literatura infantil —la serie de El cuaderno de hojas blancas, 1996—, la juvenil —por ejemplo la trilogía El oro de los sueños, 1986; La tierra del tiempo perdido, 1987 y Las lágrimas del sol, 1989—, el libro de viajes —Los caminos del Esla, 1980, en colaboración con Juan Pedro Aparicio—, las memorias —Intramvros, 1998—, la novela —como El caldero de oro, 1981; El centro del aire, 1991; La sima, 2009; Musa Décima, 2016 — , la novela corta —Cuatro nocturnos, 1999—, el cuento —Historias del otro lugar, cuentos reunidos(1982-2004) 2010; Noticias del Antropoceno, 2021—, el microrrelato —Cuentos del libro de la noche, 2005—, el ensayo —Ficción continua, 2004; A través del Quijote, 2019— y ha hecho la revisión de ciertas obras clásicas —Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, 1989; Naufragios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, 2012; Calila y Dimna, 2016—.
Ha recibido numerosos premios, entre otros: el Novelas y Cuentos por Novela de Andrés Choz (1976), el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por No soy un libro (1993), el de la Crítica por La orilla oscura (1985), el Miguel Delibes de Narrativa por Las visiones de Lucrecia (1996), el Ramón Gómez de la Serna de Narrativa por El heredero (2003), el Gonzalo Torrente Ballester por El lugar sin culpa (2007), el Salambó por La glorieta de los fugitivos (2007) o el de la Crítica de Castilla y León por El río del Edén (2013).
Por el conjunto de su obra recibió en 2008 el Premio Castilla y León de las Letras, y en 2021 el Premio Nacional de las Letras Españolas.
Es miembro de la Real Academia Española.