Se dice cuando es muy difícil conocer algo, su origen proviene de que la reina Isabel la Católica escribía esta frase en los informes refiriéndose a su alcalde don Francisco de Vargas.
Francisco de Vargas Mejía
Nació en Madrid en el año 1484. Fue un importante jurista y diplomático español. Tuvo una gran influencia en la corte de los Reyes Católicos, perteneció al Consejo de Castilla con el emperador Carlos I-fue su mano derecha- y después sirvió a Felipe II.
La casa del infante Don Enrique de Aragón pasó en 1422 a la familia de los Vargas. También tenían las solariegas contiguas de su apellido y la Casa de Campo. Esta última pasó a ser propiedad de Felipe II al vendersela Vargas.
Francisco estudió en Alcalá y fue fiscal de Hacienda. En 1545 surge en el Concilio de Trento como experto jurisconsulto del Emperador por el reino de Castilla.
En sus funciones viajó a Bolonia para protestar por el traslado de la asamblea conciliar. Formó parte del Consejo Real de Castilla y fue embajador imperial en Venecia entre 1552 y 1558.
En agosto de 1559 fue nombrado embajador en Viena, pero al morir Paulo IV y el embajador imperial en Roma hizo que lograra este último puesto hasta 1563. Cuando volvió a España murió en el monasterio de Santa María de Sisla, en el año 1566.
Tan eficaz era don Francisco de Vargas Mejía en investigar lo que se le ordenaba, que la reina Isabel y el monarca Felipe II terminaron por convertir el encargo que siempre le hacían en una rúbrica: “Averígüelo Vargas”
Todos los documentos que suponían una tarea compleja: misiones diplomáticas, investigaciones de sucesos especiales, tareas específicas de indagación y, sobre todo, casos de solución apremiante llevaban la célebre expresión “¡Averígüelo Vargas!” era pues sinónimo de cúmplase.
El monasterio de Santa María de Sisla
Carlos I y Felipe II pensaron en construir en el monasterio de Santa María de Sisla un palacio donde retirarse. El emperador Carlos V pasaba mucho tiempo con los monjes del monasterio, el segundo convento de Jerónimos establecido en España.
Al fallecer su mujer Isabel de Portugal encargó a su hijo Felipe que presidiera la comitiva para trasladar el cadáver desde Toledo a la Capilla Real de Granada; pero luego se decidió por el monasterio de Yuste.Felipe II eligió el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Francisco de Vargas Mejía uno de sus embajadores, jurista y consejero desde 1484 a 1560, escogió el monasterio toledano de la Sisla para pasar sus últimos días.
Fue este personaje el que dio lugar a la histórica frase hecha de “averígüelo Vargas”, formulada con desesperación cuando algo es realmente difícil de explicar, que ya era de uso corriente.
En 1521 las tropas del prior de San Juan establecieron allí su campamento contra los Comuneros que resistían en la ciudad rebelde, pacificada por el acuerdo que se llamó “Concordia de la Sisla”.
Había en el convento una buena colección de cuadros, que fueron trasladados o perdidos al producirse la exclaustración de los monjes.
Durante la Guerra de la Independencia sería ocupado por guerrilleros españoles en la lucha contra los franceses.
En 1821 se produjo la primera supresión del convento. Una vez suprimida la Orden en 1835, se subastó y fue comprado por un particular, llevándose los artesonados a Madrid antes de 1857, para adornar la casa del banquero Buchental. quedó el resto del convento dedicado a casa de labor y de recreo.
Fue construído un palacio por su dueña, a la que se concedió el título pontificio de condesa de Santa María de la Sisla.
Aún quedaban paredones del edificio antiguo en 1925, pero, después de 1940 se vendieron todos los elementos arquitectónicos que podían tener algún valor, tanto del monasterio como del nuevo palacio, que se desmanteló en gran parte.
En 1925 se mantenían en pie algunos restos del monasterio, pero sólo quedó una portada barroca que sirvió de entrada a un palacete neomudéjar construido a comienzos de siglo que también fue demolido al acabar la guerra civil y ceder los terrenos en 1975 para campo de maniobras de la Academia de Infantería de Toledo a la que fue vendido.
En esos terrenos se conservan solo pequeñas partes, como los bellos bancos de cerámica del famoso Daniel Zuloaga.
En la actualidad, forman parte de este territorio de La Sisla, los siguientes municipios: Ajofrín, Almonacid, Argés, Burguillos de Toledo, Casasbuenas, Cobisa, Chueca, Gálvez, Guadamur, Layos, Manzaneque, Mascaraque, Mazarambroz, Mora de Toledo, Nambroca, Noez, Orgaz con Arisgotas, Polán, Pulgar, Sonseca y Casalgordo, Totanés, Villaminaya y Villanueva de Bogas.
Quedan fuera, Cuerva y Menasalbas, que son estribanías de los Montes y con vinculación al señorío de Montalbán, como es el caso de este último.
En 1570, diez años después de la muerte de Vargas, cuando el monarca atenuó el ritual borgoñón de la corte y ordenó que se le tratara de “Señor” y no de “Majestad”, “¡Averígüelo Vargas!” era una orden de perentorio cumplimiento.
Existe también una comedia historica de Tirso de Molina titulada Averígüelo Vargas, editada en 1621.
Quevedo en su Visita a los chistes refiere que Vargas el de “averigüelo Vargas” se encontró con Villadiego. Se refiere a la frase “Tomar las de Villadiego”… De eso hablaremos en el siguiente artículo.