Carbonero garrapinos
(Periparus ater)
Pajarillo típico de bosques de coníferas muy fácil de detectar por su incesante reclamo (tit-tuii). Este nos permitirá localizarle en las ramas altas de los pinares de nuestras sierras, donde suele buscar insectos y semillas acompañado por otros congéneres. No aparece en Canarias y Baleares.Colirrojo tizón
(Phoenicurus ochruros)
Pequeño pájaro de color pardo oscuro o negro y característica cola roja, atributo del que proviene su nombre popular. Ampliamente extendido por el centro y el sur de Europa, en España resulta relativamente común en la mitad norte y más escaso en la mitad sur, donde aparece acantonado en zonas de montaña. Se encuentra asociado a roquedos y terrenos despejados, secos y pedregosos. Muestra cierto grado de antropofilia, ocupando diversos tipos de construcciones humanas en entornos urbanos y rurales.Curruca capirotada
(Sylvia atricapilla)
Curruca de mediano tamaño y relativamente corpulenta, muy fácil de identificar por su distintivo capirote, negro en los machos y castaño en los jóvenes y las hembras. Emite un canto muy melodioso, que puede ser escuchado en muchas de nuestras arboledas. Se distribuye de forma amplia por la Península, Baleares y Canarias, ocupando masas forestales frescas y húmedas, con abundante sotobosque. Nuestro territorio alberga tanto poblaciones residentes como migradoras parciales e invernantes.Zarapito real
(Numenius arquata)
La mayor de nuestras limícolas es una especie fácilmente identificable gracias a su enorme pico —más largo en las hembras—, con el que sondeaprofundamente las playas, los bancos de limo, las orillas fangosas y los prados húmedos en busca de los invertebrados de los que se nutre. Reproductor testimonial en nuestro territorio, el zarapito real resulta, sin embargo, relativamente común a lo largo del invierno, especialmente en las
costas cántabro-atlánticas.
Archibebe común
(Tringa totanus)
El archibebe común es una de las pocas aves limícolas que se reproducen —aunque en escaso número— en nuestro territorio, donde ocupa marismas, saladares y humedales interiores. Durante la invernada, España recibe un modesto contingente de ejemplares, procedentes de casi toda Europa occidental; a lo largo de los pasos migratorios, sin embargo, la especie puede considerarse frecuente en numerosas localidades.Garceta común
(Egretta garzetta)
En las extensiones recién fangueadas de los arrozales levantinos, catalanes, andaluces y extremeños, es bastante frecuente observar nutridos grupos de aves que menudean entre el barro a la captura de gusanos, insectos y batracios. Entre ellas se distinguen unas garzas estilizadas y completamente blancas que remueven el agua con sus patas; son garcetas comunes, una especie que está experimentando una expansión equivalente a la que registra el arrozal, cultivo del que parecen depender más estrechamente que otras garzas.Zarapito real
(Numenius arquata)
La mayor de nuestras limícolas es una especie fácilmente identificable gracias a su enorme pico —más largo en las hembras—, con el que sondeaprofundamente las playas, los bancos de limo, las orillas fangosas y los prados húmedos en busca de los invertebrados de los que se nutre. Reproductor testimonial en nuestro territorio, el zarapito real resulta, sin embargo, relativamente común a lo largo del invierno, especialmente en las
costas cántabro-atlánticas.
Archibebe claro
(Tringa nebularia)
El mayor de los archibebes que habitualmente aparecen en nuestro territorio es una limícola de buen tamaño, largas patas y pico ligeramente curvado hacia arriba, que se caracteriza por presentar una coloración bastante clara, dominada por los tonos blanquecinos y grisáceos. De hábitos marcadamente costeros, el archibebe claro es un ave que frecuenta sobre todo los litorales, aunque se lo puede ver durante los pasos migratorios en diversas localidades del interior.Gaviota reidora
(Chroicocephalus ridibundus)
Para el habitante de las tierras interiores de la Península, la visión de un grupo de medianas gaviotas que siguen la reja del arado o se posan en lasorillas de los ríos urbanos ha dejado de ser una sorpresa. Se trata de gaviotas reidoras, uno de los láridos más abundantes y mejor repartidos en
el Paleártico. El éxito de esta especie tiene mucho que ver con su capacidad para alimentarse de casi cualquier resto orgánico. Hace ya décadas,
comenzó a colonizar la Península como reproductora, y como invernante es una especie en creciente aumento.