Revista Sociedad

Ávila

Publicado el 20 enero 2015 por Jordi Martinez Aznar
Tengo que reconocer que la primera vez que visité Ávila lo hice sin demasiadas pretensiones. Fue una de las ciudades que escogí visitar en la primera ocasión en la que viajé a Madrid por vacaciones, junto con Toledo y Segovia. Sinceramente, no recuerdo la razón exacta que me hizo visitar esta ciudad. Supongo que una de las razones principales sería la relativa cercanía a Madrid, además de que habían trayectos directos entre la capital española y la ciudad leonesa. Tengo que reconocer que fue una ciudad que me gustó, sobretodo la parte amurallada, la cual, sin duda, debe ser la que atrae a más turistas. En mi caso, sin pensármelo mucho, me dirigí directamente a esta parte de la ciudad. Es posible que el resto de la ciudad tenga algunas partes interesantes, pero si tenemos en cuentas que apenas me pasé unas cuantas horas, pues fui a lo que fui, y directamente visité la parte antigua.
A partir de ahí, volví varias veces a esta ciudad en los siguientes años, aunque ahora hace ya algún tiempo que no voy. Como punto negativo para no visitar esta ciudad está el hecho de que se tarde hora y media en llegar y que se tenga que coger el tren desde Chamartín en lugar desde Atocha, estación esta última mucho más céntrica que la primera. Por otro lado, en Chamartín se tiene que dar mucha más vuelta para poder llegar al andén desde donde salen los trenes, mientras que en Atocha apenas hay un pasillo entre la parada de metro y la estación de tren propiamente dicha. Y es que, he de admitirlo, cuando estoy de vacaciones soy un poco seguidor de la ley del mínimo esfuerzo. Cuando voy a determinados lugares me gusta que estén lo más cerca posible del lugar de origen. En el caso de tener que coger el tren, pues cuanto más cerca esté mejor. De esta manera me ahorro la sensación de no aprovechar el día tanto como me gustaría.
En cuando a la ciudad en sí, pues siempre que voy me dirijo a la parte amurallada de la ciudad, la cual supongo que es donde van, si no todos, la mayoría de las visitas que recibe esta ciudad. Por otra parte, es donde está la mayor parte de los lugares para visitar. A mí personalmente me encanta callejear por esta parte de la ciudad. Por otro lado, en un par de ocasiones he tenido la oportunidad de pasear por la parte de la muralla que está abierta al público. Son dos partes por las cuales pueden vislumbrarse vistas de la ciudad a cierta altura. Obviamente, no es lo mismo que ver una ciudad desde lo alto de una montaña, pero al menos te da cierta perspectiva de la ciudad. Lo malo de hacerlo es que al cabo de un rato acabas un poco fatigado, sobre todo si es en verano, ya que el calor aumenta parece que agota más, pero a lo largo del recorrido han puesto pequeños bancos para que la gente pueda sentarse.
Pero bueno, para todos aquellos que quieran visitar esta ciudad, también les recomiendo que, si tienen tiempo, cojan el mini tren turístico que sale desde una de las puertas de la muralla y que recorre la parte amurallada de la ciudad. Lo malo es que es un vehículo que funciona a gas-oil y los que tengan los bronquios un poco fastidiados, como en el caso de los fumadores, lo pasarán un poco mal. En ese caso, lo mejor quizás sería que no lo cogiesen. Pese a todo, pues si tenéis la oportunidad, es una buena manera de ver la ciudad, de una manera descansada y no demasiado cara.

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