El misterio de los genes no deja de sorprenderme. Resulta que el mayor manazas de la faz de la tierra, o sea, yo, ha traído al mundo a un artista de las manualidades capaz de crear delicados artilugios volantes, pura poesía aérea. Cuando veo esos aviones de papel me ocurre dos cosas, primero me admiro de la destreza de mi hijo para después celebrar que no haya salido a padre.
La flotilla aérea que ha creado me sirve para sacar pecho y lucir un poco de orgullo paterno. Siento decepcionaros si esperabais una especie de tutorial de manualidades. Si os doy consejos vuestros aviones irán a pique más rápido que la flota de Díaz Ferrán. No es de extrañar que de niño dejará estas labores a mi primo Cosme, otro manitas de la familia.
Pero al menos os puedo ofrecer una galería llena de talento y belleza. Y os aseguro de que además de ser bonitos vuelan. Los aviones han sido decorados con acuarela y tienen un tono rojizo que me encanta. Disfrutar de los prototipos.
Nota: Os imagináis que estos prototipos sean el comienzo de un próximo ingeniero.