Hola, lectores. ¿Qué tal estáis? Desde hace tiempo os quería avisar de un cambio de planes que sufrirá este blog: Cultura de Íñigo Ovejero. Esta entrada va dirigida a los lectores y/o seguidores de esta bitácora, de los más vetustos a los más recientes. Sin ningún tipo de duda, esta bitácora me ha dado muchas alegrías, como poder conocer a gente agradable y que comparte los mismos gustos, dar a conocer mi mayor afición e incluso participar en un concurso iberoamericano que, a parte de quedar finalista, ha hecho que lectores del otro lado del charco pudieran hablar con el autor de este grandísimo proyecto.
Este blog ha alcanzado el éxito en algunas ocasiones y sobre todo el gusto, motivación y alegría que toda persona pretende conseguir enseñando sus mejores cualidades. Pero también, se ha visto escaso de entradas durante algunos meses y su actividad ha menguado en muchas ocasiones. Todo lo que sube, baja. Pero si creíais que iba a abandonar este blog tan pequeño por ser novato, tan grande por sus resultados y tan mío por contemplar todo lo que he hecho durante estos dos años, os equivocáis totalmente.
No echaré todo este trabajo por tierra. Es el mejor proyecto que tengo hasta ahora y gracias a él, he participado en concursos, creado lazos de amistad y podido mostrar una parte de mi ser. Pero ahora no es el mejor momento para subir entradas constantemente. Como pueden ver mis agradables lectores, publico una cada mes y así se seguirá manteniendo la frecuencia. Me pilláis en un periodo de transición estudiantil (es lo que tiene cursar segundo de bachillerato) y de momentos personales un poco delicados. Sobre todo este segundo motivo. Pero no pasa nada. Por ahora, todo seguirá igual en este blog.
Dadas estas circunstancias, a partir del curso que viene, el blog sufrirá cambios en cuanto a nombre del mismo, temática (la literatura seguirá vigente, pero se aplicarán nuevos temas) e incluso el sitio web, abriendo una nueva etapa y sin borrar ninguna entrada de Cultura de Íñigo Ovejero. Probablemente, me encontraré en una etapa distinta y la etapa universitaria que se me avecina, pueda acrecentar la actividad con muchos más ánimos.
Por ello, gracias a todos los lectores que me acompañáis y me acompañasteis y a todos los amigos que he podido conocer en el maravilloso mundo de la literatura. Al contrario de lo dicho más arriba y como ley de vida también. Todo lo que baja, sube.
Atentamente,
Íñigo Ovejero