Estaba pensando sobre qué escribir hoy... pero, la verdad, no me sale escribir...
Sólo me sale gritar...
Porque...
El viernes.
Y advierto que cuando comiencen los acordes, indudablemente whovians, de esta canción, no respondo de mis actos. Ya lo voy diciendo. No respondo de me vuelvo loca.
Ole, ole, que voy a ver al Bellamy. Que no sé si os he contado que tenemos una historia, los dos, él y yo. Bueno, no me quitéis la ilusión. El caso es que conozco a personas que lo conocen. O que lo saludaron. O que estuvieron en una fiesta con él, vamos. Cuando estaba todavía casado con Kate Hudson, se vino con los suegros -la Goldie y el Kurt- a una fiesta en una bodega de por aquí cerca en la que estaban aquellos que me gobiernan y me rigen. Los jefes supremos, vamos. Imaginaos mi cara, al día siguiente, viendo las fotos del evento, cuando después de visualizar a los bosses y a todo el quien-es-quien de la zona, me encuentro a Matt Bellamy, con su santa de entonces y la family in law. El grito todavía resuena.
Total, que me tiemblan las pestañas de la emoción, no os digo más. Estoy MUY nerviosa.
Ay, ay. Ay.