“Per a so’ benevurença, rengraçiamu Diu e ralegràmuse” ("Agradezco a Dios por esta felicidad"). Estos días Mónaco vuelve a ser una fiesta; si es que realmente lo ha dejado de ser en algún momento. La llegada de la princesa Gabriella y el príncipe Jacques (se nombran de acuerdo al orden de nacimiento) ha venido a solucionar la situación que venía provocando que, a sus 56 años, el príncipe Alberto II no tuviese todavía descendencia directa y legítima, requisitos imprescindibles que establece la Constitución del Principado (Constitution de la Principauté 17 Décembre 1962 (modifiée par la loi nº 1,249 du 2 avril 2002)) para entrar a formar parte de la línea de sucesión al trono, y que situaba a la princesa Carolina y a sus descendientes como futuros soberanos.
TITRE II. LE PRINCE, LA DÉVOLUTION DE LA COURONNE
Art.10. (modifié par la loi n°1.249 du 2 avril 2002) - La succession au Trône, ouverte par suite de décès ou d'abdication, s'opère dans la descendance directe et légitime du Prince régnant, par ordre de primogéniture avec priorité masculine au même degré de parenté.
A défaut de descendance directe et légitime, la succession s'opère au profit des frères et sœurs du Prince régnant et de leurs descendants directs et légitimes, par ordre de primogéniture avec priorité masculine au même degré de parenté. Si l'héritier qui aurait été appelé à monter sur le Trône en vertu des alinéas précédents est décédé ou a renoncé avant l'ouverture de la succession, la dévolution s'opère au profit de ses propres descendants directs et légitimes, selon l'ordre de primogéniture avec priorité masculine au même degré de parenté.
Si l'application des paragraphes ci-dessus ne permet pas de pourvoir à la vacance du Trône, la succession s'opère au profit d'un collatéral désigné par le Conseil de la Couronne sur avis conforme du Conseil de régence. Les pouvoirs princiers sont provisoirement exercés par le Conseil de régence.
La succession au Trône ne peut s'opérer qu'au profit d'une personne ayant la nationalité monégasque au jour de l'ouverture de la succession.
Les modalités d'application du présent article sont fixées, en tant que de besoin, par les statuts de la Famille Souveraine, pris par Ordonnance Souveraine.
No obstante, la buena nueva ha vuelto a despertar la controversia sobre la igualdad o no de hombres y mujeres respecto a la posibilidad de acceder a las líneas de sucesión, asunto pendiente de solucionar todavía en algunas monarquías europeas. Aunque el príncipe Alberto II ya se adelantó a la posible polémica, estableciendo quién de los gemelos seria el heredero ante los diferentes supuestos (dos chicos, dos chicas o chico y chica prevaleciendo el varón sobre la mujer), la cuestión es que de cara a las habladurías se ha dado el supuesto más controvertido de todos: el de chico y chica, donde la chica ha nacido primero. Evidentemente, la ley monegasca se ha aplicado escrupulosamente, otorgando al varón la condición de príncipe heredero a pesar de ser el gemelo que ha nacido en segundo lugar, y pasando por delante de la princesa, que ha ocupado el segundo lugar.
A diferencia de la mayoría de casas reales europeas (dejando de lado los casos especiales de Liechtenstein, Andorra o la Ciudad del Vaticano), en la actualidad solo Mónaco y España son los únicos países monárquicos europeos donde se sigue manteniendo la prevalencia del hombre sobre la mujer en las líneas de sucesión al trono (cosa que no hay que confundir con la ley sálica que aparta, por activa y por pasiva, a cualquier princesa de esa posibilidad). Esto nos hace plantear la siguiente cuestión: "¿Se aceptaría en España que la actual princesa de Asturias fuera desplazada a un segundo lugar en la línea de sucesión ante el nacimiento de un posible tercer hijo varón de los reyes, tal y como ocurrió en 1968 con el nacimiento del actual rey de España?". El Artículo 57º de la Constitución Española, en su primer punto, dice literalmente: “La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos”. ¿No sería cuestión de empezar a plantearse modificarlo?
Actualmente en la mayoría de las líneas de sucesión de las monarquías europeas se aplica la ley conocida como primogenitura absoluta, que establece que el hijo mayor del soberano, (independientemente del sexo) es quien ocupa directamente el primer lugar de la línea de sucesión al trono. Un sistema que aplica Suecia desde 1980 (con carácter retroactivo), los Países Bajos desde 1983, Noruega desde 1990 (sin carácter retroactivo), Bélgica desde 1991, Dinamarca desde 2009, Luxemburgo y el Reino Unido desde 2011, norma que se ha extendido a los Realms de la Commonwealth en 2014, a excepción de Australia.
Suecia, a la cabeza de los países promotores de la igualdad entre sexos, fue el pionero en revisar su Acta de Sucesión ("Successionsordningen"), un tratado que regía desde 1810 y que habían establecido el Riksdag y la Casa de Bernadotte para regular el derecho a acceder al trono del país escandinavo. A partir de ese momento, la princesa Victoria conservó su posición en la línea de sucesión al trono a pesar de que el nacimiento de su hermano, el príncipe Carlos Felipe, ya se había producido, dado el carácter retroactivo de la ley. Posteriormente Noruega hizo lo mismo, pero sin retroactividad, por lo que el heredero continuó siendo el hijo pequeño del rey, el príncipe Haakon Magnus, pasando por delante de su hermana mayor, la princesa Marta Luisa, cosa que ya no ha ocurrido con sus propios descendientes.
Actualmente tres países, Suecia, Noruega y Bélgica ya han llevado a la práctica la aplicación de la norma, y las primogénitas de las tres casas reales son las que ocupan un lugar en la línea de sucesión por delante de sus hermanos varones. En el caso de las princesas Victoria de Suecia y Elizabeth de Bélgica el primer lugar, dado que sus padres ya son monarcas, y en el de la princesa Ingrid Alejanda de Noruega el segundo, ya que su padre todavía continua siendo príncipe heredero y ocupando el primer lugar en la línea de sucesión.
Volviendo a España, el nacimiento de la infanta Sofia fue todo un balón de oxígeno para los que habían aguantado la respiración ante el segundo embarazo de la anterior princesa de Asturias, y siempre se ha comentado que no habrá un tercer hijo para evitar la polémica nacional que seguro que se produciría. Eso de cambiar la Constitución no va con la filosofía del país.
Respecto a las tres casos especiales mencionados, es sin duda el de Liechtenstein el más polémico. La sucesión al trono se rige por las leyes de la Casa del Príncipe de Liechtenstein originarias de 1606, que establecen -tal y como ocurría antiguamente- la imposibilidad de que una mujer pueda convertirse en jefe del pequeño principado centroeuropeo, lo que en 2004 creó cierta polémica cuando las propias Naciones Unidas criticaron dicha discriminación. Según argumentos del propio príncipe Hans Adam II, la sucesión al trono es un asunto familiar privado, dado que las leyes que la regulan están por encima del propio estado, y es una tradición familiar que no tiene ningún tipo de impacto en los ciudadanos del país. ¿Tú que crees? ¿Y en el caso de Mónaco o España, no tienen nada que decir?
Polémicas aparte, lo que está claro es que Mónaco está de fiesta con el nacimiento de sus dos principitos. Tal y como estaba previsto, tras comunicarse oficialmente el nacimiento se dispararon 42 salvas de cañón -21 por cada uno de los gemelos- desde el Fort Antoine, que fueron acompañadas por el repique de todas las campanas del Principado y de las sirenas de los barcos atracados en su puerto. Por la noche, el palacio se iluminó de rojo y azul.
Al día siguiente, siguiendo el protocolo oficial, se celebró una misa de acción de gracias en honor de SAS el príncipe heredero Jacques y SAS la princesa Gabriella, a la que asistieron los miembros de la familia principesca y un reducido número de invitados. La celebración religiosa fue seguida por la ceremonia "des actes de naissances", que se llevó a cabo en el salón del trono, donde el Director de Servicios Judiciales (equivalente al ministro de justicia del Principado) procedió a dar lectura solemne a los certificados de nacimiento de ambos príncipes y que, a continuación, fueron firmadas por veinte testigos.
Pasado un cuarto de hora del mediodía, el chamberlain del rey y el primer ayuda de cámara -seguidos por una escolta del cuerpo de Carabinieri- salieron a la plaza por la puerta de honor, sosteniendo solemnemente las actas firmadas por el soberano, que procedieron a colgar en la fachada de Palacio y de esta manera realizar la proclamación oficial de los nuevos príncpes.
Por el momento, esto ha sido todo. Ahora toca esperar al próximo día 7 de enero, fecha que se ha fijado para la presentación oficial de los príncipes, cuando ya casi hayan cumplido su primer mes de vida, y veinte días antes de que se celebre la emblemática Fiesta de Santa Devota. Ese día, desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde, tanto los monegascos como los turistas que lo deseen podrán estampar sus firmas y mensajes de felicitación en los registros que se colocarán con tal fin en los Petits Quartiers del palacio.
De acuerdo con una tradición que se remonta al siglo XVII, el primer nombre del príncipe heredero ha sido el mismo que el de su bisabuelo John Brendan Kelly, Sr. (también conocido como Jack Kelly), padre de la princesa Gracia, mientras que el de su hermana se debe a un apelativo usado tradicionalmente por la Casa de Saboya, dada la relación histórica y la proximidad geográfica con la cuna de esa casa real.
Respecto a los títulos nobiliarios y los tratamientos protocolarios otorgados a los príncipes (Marqués des Baux y condesa de Carladès), forman parte de la lista de títulos y tratamientos que posee el príncipe soberano y que, tal como indica el anuario oficial del Principado de Mónaco, ostenta el jefe del estado: Son Altesse Sérénissime le prince souverain de Monaco, duc de Valentinois, marquis des Baux, comte de Carladès, baron de Calvinet et du Buis, seigneur de Saint-Rémy, sire de Matignon, comte de Torigni, baron de Saint-Lô, de la Luthumière et de Hambye, duc de Mazarin, duc de Mayenne, prince de Château-Porcien, baron de Massy, comte de Ferrette, de Belfort, de Thann et de Rosemont, baron d'Altkirch, seigneur d'Issenheim, marquis de Chilly, comte de Longjumeau et marquis de Guiscard.
Todos estos títulos han ido incorporándose a la Casa Principesca de Mónaco a lo largo de la historia y en diferentes épocas, aunque hay que puntualizar que los títulos nobiliarios de origen francés se consideran extinguidos desde 1949, por lo que legalmente deberían ser rehabilitados por la República Francesa. Pero de eso ya hablaremos en otra ocasión.
Para saber más:
¿Quién será el heredero al trono monegasco?
El primero que nazca será príncipe heredero