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Ayahuasca 5 El Yage

Publicado el 02 abril 2014 por Aldana
En fin, lo que aún no sabía era hacia dónde lo había llevado La Ayahuasca al Pequeño Mono; cuál era su cosmovisión, su objetivo. ¿Qué horizontes le  mostraba La Caapé.

Hablamos un buen rato y la síntesis de todo, el conocimiento que le había traído a su vida la Hiedra, era aquello de 


“Todos Somos Uno”.

Y fue lo que necesite escuchar para no tener más nada que pensar y tomar al día siguiente La Medicina.

Medicina que cura el ver, la percepción de la vida, las personas, los animales, las plantas y de uno mismo. De todo eso... te cura, Ella, La Ayahuasca.

La primer toma que hice fue algo muy bello y me lleno de Paz.

Conocí y sentí el Espíritu de la Planta… algo así como una mujer muy… juguetona, amigable, compañera, cómica y con una naturalidad tal que la volvía hermosa pero... desde adentro.
Aún que una descripción física es difícil ya que claramente no se me mostró, sin embargo los rasgos generales, al parecer, coinciden con los que el Pequeño Maestro ha visto también en sus experiencias con Élla.
La sentí en mi y fuera de mi, era Ella y era yo, nos disolvimos en un… “Sin limites”, en algo más allá de dos seres separados.

Varias charlas con el Pequeño Mono han girado en torno e Ella, por supuesto... ¿Cómo olvidarla... está más allá de cualquier descripción que se pueda hacer. Eso sí… se podría decir que le gusta hacer payasadas, monerías… y se ríe de sí misma.

Al tomar “La Medicina”… así la llama el Pequeño Chaman, el vos, el yo, ella o ellos comienzan a esfumarse, ahí donde todos… Somos Uno; se vuelve muy evidente.

Vamos hacia la Unidad… o volvemos a lo que en verdad somos.


La segunda vez que tome Ayahuasca toda la teoría del Curso de Milagros se hizo palpable, muy concreta: Todo lo que vi en mi vida es lo que quise ver.
Todos mis juicios determinaron y construyeron la realidad que vi, que viví.
Los demonios, los malos, los buenos, los ángeles, las cadenas, la opresión, la libertad o el cautiverio… lo interno y lo externo, todo respondió a mi deseo de ver… esto o aquello, en mi o en los otros.
Luche con mis demonios,  mis miedos, paradigmas, dogmas y creencias...

Así nos fuimos conociendo con el Pequeño Mono, en el transcurso de un par de semanas mientras La Caapé derribaba mis creencias, enfrentándome a los juicios que emití sobre las cosas, sobre las personas en carne propia… un espejo capaz de devolver no sólo imágenes sino los sentimientos que proyectamos hacia los demás o a la vida; así es la Ayahuasca, contundente. El espejo que te muestra tu esencia...



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