Regularmente, a las grasas se les vincula como el elemento malo dentro del rendimiento deportivo; privilegiando el consumo de proteínas y carbohidratos que deben de ser consumidas en diferentes situaciones deportivas (para previo, durante y posterior a cualquier entrenamiento). Sin embargo, las grasas, al igual que cualquier otro nutriente, también ofrecen ciertos beneficios siempre y cuando contemples el tipo de grasas que consumas y si pueden ayudar para mejorar tu rendimiento. De este modo es posible que te encuentres con ácidos grasos como el Omega 3 (que puede brindar diferentes beneficios que podemos aprovechar).
Con el consumo de ácidos grasos como el Omega 3 (un tipo de ácido poliinsaturado) obtienes como principales beneficios una más rápida recuperación, pero eso no es todo, ya que algunos estudios complementarios han demostrado que al consumir Omega 3 también puedes provocar un incremento en los niveles del óxido nítrico (compuesto que entre alguna de sus funciones ayudan con la tonificación muscular; además de ayudar a incrementar el máximo consumo de oxígeno –V02máx-).
Cómo y cuándo consumir Omega 3
Ahora bien, el Omega 3, para su correcto consumo, recuerda que jamás deberás de ingerirlo en situaciones previas o posteriores a la realización de la actividad física; y es que, ten en mente que de todas formas se trata de una grasa, por lo cual puede llegar a retrasar la recarga del glucógeno y de igual modo se puede ralentizar la digestión.
Por lo cual, lo mejor es consumir, durante tu plan de entrenamiento, en aquellos periodos cuando no se presentas excesivas cargas de intensidad o volumen; inclusive, la perfecta solución es incluirlo en tu segunda comida, para cuando ya deberías de culminar tus sesiones de entrenamiento (así lo pueden incluir en la cena, si llevaste acabo tu sesión de entrenamiento por la mañana; o bien, en el desayuno, si contemplas la realización de tus entrenamientos por la tarde).
Mientras tanto, si realizas intensas sesiones de entrenamiento, participas en duras competiciones, o llevas acabos actividades complementarias en gimnasio (en dónde se ha tenido lugar una intensa labor de fuerza máxima y fuerza de resistencia), lo mejor es incluir el Omega 3, en tu dieta, durante el siguiente par de días al intenso trabajo (recodar que esos días son los que utilizamos para descansar y recuperar nuestro organismo, con lo cual ayudamos y favorecemos la supercompensación).
Así, los beneficios que obtenemos al consumir de esta forma Omega 3 es la de ayudar a reducir ciertos procesos inflamatorios que se vinculan al nivel de las articulaciones y músculos; entre tanto, con la vasodilatación se puede ayudar en el proceso de eliminación y depuración de todas aquellas toxinas que se producen por el intenso ejercicio. Incluso, se obtiene el beneficio de mejorar el sistema inmunológico de tu organismo (ten en mente que después de transcurrir 36 horas de haber realizado un gran esfuerzo, te encontrarás en uno de los periodos más sensible y en dónde es más fácil contraer algún tipo de infección).
En dónde puedes encontrar el Omega 3
Finalmente, si lo que deseas conocer es dónde se puede obtener Omega 3 en su forma de alimento; pues una de las principales fuentes son aquellos pescados denominados como azules (sardina, anchoas, caballa, atún, bonito, pez espadas, salmón, entre otros), y a pesar que consumirlos en conserva estos no perderán sus propiedades.
Entre tanto, los alimentos de origen vegetal con rica fuente de Omega 3 son semillas como el sésamo y lino, además de las nueces y cacahuates; de igual forma se puede obtener del aceite de girasol y del aguacate.
Y si en dados de los casos eres alérgico a cualquiera de los alimentos antes descritos, aún tienes la opción de adquirirlo como suplemento.
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