En 1889, una mujer que había sufrido la soledad y las injusticias de la sociedad hindú de castas y las desigualdades entre hombres y mujeres, decidió abrir una misión para acoger a mujeres y niñas necesitadas. Más de un siglo después, aquel pequeño paraíso en la India acoge en la actualidad a más de mil residentes y ofrece educación a más de dos mil niños y niñas. Desde su fundación, ha ayudado a más de cien mil personas. Detrás de este proyecto se encuentra Ramabai Sarasvati, la primera mujer elevada a la categoría de doctora por la Universidad de Calcuta que se convirtió al cristianismo y adoptó las ideas de las misiones para ayudar a su propio pueblo.
Pandita Ramabai Sarasvati nació el 23 de abril de 1858 en Mangalore, dentro de la casta más elevada de la India. Su padre, Anant Shastri, era un erudito que se había casado en segundas nupcias con Lakshmibai Dongre, una niña de nueve años. Los matrimonios entre hombres adultos y niñas, habituales en la India, serían criticados duramente por la hija de ambos. A pesar de seguir esta tradición, el padre de Ramabai rompió con otra que relegaba a las niñas a la ignorancia. Anant enseñó sánscrito a toda su familia. En poco tiempo, Ramabai era conocedora también del marathí además de otras lenguas y textos religiosos.
La familia de Ramabai vivió feliz hasta que una hambruna asoló la región en la que vivían. La joven tenía entonces trece años. En poco tiempo, sus padres fallecieron dejando a Ramabai y Sriniva solos y sin recursos. Los hermanos vagaron por distintas ciudades hasta que llegaron a Calcuta y fueron acogidos por eruditos brahmanes de la universidad que quedaron sorprendidos de los conocimientos de Ramabai a la que no dudaron en otorgarle el título de Pandita (Docta).
Ramabai y su hermano intentaron reconstruir sus vidas en Calcuta mientras sus creencias religiosas se iban desmoronando. Ramabai había visto en su largo peregrinar por la India la precaria situación de las niñas, obligadas a casarse desde muy pequeñas, así como la de las mujeres viudas que no tenían ningún derecho. El hinduismo que su padre le había inculcado, el sistema de castas y las desigualdades sociales que observaba no encajaban en su mente.
En 1880, la muerte de su hermano Sriniva la dejó sola en el mundo. Poco después, encontraba en Bipen Behan Das Medhavi, un amigo de Sriniva, un compañero y esposo. Medhavi pertenecía a una casta inferior a la suya pero Ramabai no dudó en romper con otra tradición que impedía las uniones entre las distintas castas. La pareja tuvo una hija, Manorama, quien seguiría los pasos de su madre en la lucha por las injusticias sociales.
Fue en aquella etapa de su vida que Ramabai entró en contacto con las escrituras cristianas. En la biblioteca de su marido encontró una traducción al bengalí del Evangelio de Lucas. Empezó entonces a indagar en la figura de Jesús, quien no hablaba de castas ni de diferencias entre hombres y mujeres y sus creencias religiosas se fueron modificando.
Ella y su esposo, quien compartía con Ramabai la idea de ayudar a las jóvenes viudas que quedaban sin recursos, estaban trabajando en la idea de construir una escuela para esas mujeres cuando Medhavi falleció de cólera. Habían pasado tan sólo dieciocho meses desde que contrajeran matrimonio y Ramabai no sólo sintió profundamente su muerte sino que sufrió en propia piel las injusticias hacia las viudas. La familia de su marido no la acogió por lo que tuvo que buscarse un nuevo hogar junto a su hija pequeña.
Instaladas en Pune, Ramabai empezó a estudiar inglés y escribió su primer libro, Moral para las mujeres. Dispuesta a continuar con los proyectos que había imaginado con su marido, creó una organización para educar a las niñas y luchar contra el matrimonio desigual entre hombres mayores y mujeres de muy corta edad. Fue entonces cuando conoció a una misionera inglesa, Miss Hurford, quien apoyó el proyecto de Ramabai y la invitó a viajar con ella a Inglaterra.
Empezaba una nueva vida para aquella mujer que había sufrido tanto y estaba profundamente sensibilizada con las injusticias contra su género. En Inglaterra, Ramabai culminó su conversión al cristianismo que llevaba tiempo madurando y permaneció varios años enseñando sánscrito en el Cheltenham College. Convertida en portavoz de las reivindicaciones feministas de las mujeres hindúes en todo el mundo, Ramabai viajó en 1886 a los Estados Unidos donde dio conferencias exponiendo la situación de las mujeres en la India. Escribió su segundo libro, Mujer hindú de alta casta y empezó a recaudar fondos para hacer realidad sus proyectos.
De vuelta a la India, fundó en Bombay una escuela para chicas bautizada con el nombre de Sharda Sadan (La casa de la sabiduría) en la que dio cobijo a mujeres viudas. Sus creencias religiosas cristianas y su vinculación con los misioneros provocaron malestar entre la comunidad hindú. Las presiones hicieron mella en Ramabai quien decidió trasladar su escuela a Pune. Una nueva hambruna, como la que había terminado con la vida de sus padres, asoló el país hacia 1897. Ramabai decidió entonces fundar una misión en Pune, a la que puso el nombre de Mukti (Salvación) en la que además de la escuela para niñas que ya había creado en Bombay, construyó cabañas y cultivó alimentos para dar cobijo a mujeres necesitadas. Su proyecto continúa vivo en la actualidad.
Hacia 1904, Ramabai decidió acercar sus creencias cristianas a las mujeres hindúes y para ello empezó a traducir la Biblia al marathi, una de las lenguas más habladas en la India. En 1913 conseguía publicar el Nuevo testamento y poco antes de morir finalizaba la traducción completa de los Evangelios cristianos. En 1924, dos años después de su muerte veía la luz la primera edición de la Biblia completa. Ramabai había fallecido el 5 de abril de 1922 poco después de la muerte prematura de su hija, quien había sido una compañera incansable a lo largo de su vida.