Se podría decir que si un musico escribiera un libro; pondría música a las palabras, si lo hiciese una limpiadora; limpiaría las palabras.
Como no soy música no sé cómo se pondría música a las palabras, soy limpiadora y me pregunto ¿Cómo limpiar las palabras cuando han perdido su brillo y están tan emponzoñadas que no puedes advertir su utilidad y las ponen todas juntas sin orden y dejándolas huérfanas de función y significado?
¿Cómo limpiar la palabra LIBERDAD? Una palabra que tiene un sitio preferencial por su importancia y por el resplandor que emite cuando se pronuncia.
Hoy hay que hacer un gran trabajo de limpieza en ella, ella no está arrinconada, pero si esta deteriorada y sucia por el vapuleo que sufre, no ha dejado de existir ni tan siquiera ha estado en peligro de desaparecer, ni siquiera ha estado hasta ahora amenazada; solamente está sucia y en el lugar que no le corresponde.
La palabra LIBERTAD se conforma de un gran numero de otras palabras y no tiene razón de ser si alguna de ellas falta como IGUALDAD, EMPATIA, TOLERANCIA y otras tantas que se quieren arrancar de su lado.
Hoy la palabra LIBERTAD está ofendida por charlatanes, ensuciada e insultada por intentar cambiar su significado y con una gran dosis de oxido al pretender arrebatarla su cuidado diario.
Hay que limpiarla y restaurar su brillo en el lugar que siempre le ha correspondido y repetir hasta la saciedad su verdadero sentido y significado de aquellas voces que la minimizan y quieren cambiar sus componentes como igualdad, empatía o tolerancia por DISCRIMINACIÓN, INDIVIDUALISMO Y ODIO entre otras.
Y así con constancia, utilizando el producto adecuado como paciencia, cariño y contundencia quitaremos ese oxido que pretende arrinconarla donde las palabras vulgares.