Sus primero pinos políticos, más allá de algunos artículos falangistas de juventud, fueron en Castilla-León. Echó de la Presidencia de Castilla-León al socialista Demetrio Madrid, acusándole de falsos delitos con el único fin de hacerse con la Presidencia de la Comunidad. Entró en la política mintiendo. Salió de la política mintiendo después de decirnos a los españoles que los atentados de Atocha de 2004 fueron obra de ETA. Le paramos los pies con el ¡Pásalo! (igual por eso me tiene tanto cariño). Demostramos a todo el país con aquella concentración en la callé Génova que Aznar es un psicópata que no solamente nos metió en la guerra de Irak sino que creía que podía mentirnos hasta el último minuto. Olga Rodríguez, que tuvo más suerte que su amigo José Couso en el hotel Palestina de Irak, contó sobre el terreno que había soldados españoles en Irak. Este mentiroso compulsivo ha sido Presidente del Gobierno.
Regresa a la Comisión de Investigación sobre la financiación ilegal del PP para seguir mintiendo. Ha mentido acusando a todos los presentes de alguna barbaridad (les ha llamado golpistas, corruptos, enemigos de la democracia, enemigos de España) y a mí, que no estaba presente, de que he tenido que devolver 425.000 euros a Hacienda. Otra mentira más para el cajón. Como los medios siempre han jaleado sus mentiras ¿para qué se va a ahorrar las descalificaciones? Le sale todo gratis. Como enriquecerse después de la masacre de Iraq gestionando mentiras, fondos de inversión, negocios. Roma paga bien a sus cachorros. Y el nuevo PP está encantando de identificarse con este sátrapa. Al final para lo único que va a servir Rivera es para llevar otra vez al PP a los tiempos de Fraga.
Quizá podría habernos recordado que su amigo Montoro, en medio de las escaramuzas internas dentro del PP, le sancionó por fraude fiscal y que por eso debiera ser más prudente. Pero los que creen que España es su cortijo -es lo que nos quieren decir cuando llevan la pulserita con la bandera en la muñeca-, van al Parlamento con maneras de gansters. La estrategia de Aznar, rodeado de su secretario cuando Gadafi le regaló un caballo, y del resto de satélites del PP, ha sido disparar para todos lados con mentiras tras mentiras. ¿Los ex Presidentes pueden mentir en una Comisión de Investigación? El artículo 502.3 del Código Penal lo castiga con penas de prisión de seis meses a un año. Quizá Aznar tiene bula, como Juan Carlos I, los aministiados fiscales o los sacerdotes pederastas.
Su mujer, Ana Botella, vendió pisos de protección oficial a fondos buitre. Y su yerno hace negocios con el mafioso Berlusconi. Aznar entró a trabajar con Murdoch, el que se inventó la guerra de Irak, después de mentir a los españoles diciendo que había allí armas de destrucción masiva. Y encima va de chulo. Marca España. Con pulserita. Tiene razón Pablo Iglesias diciendo que da bochorno que un ex Presidente de España vaya al Parlamento como si estuviera en el rancho de Bush con las patas encima de una mesa, fumándose un puro y oliéndole el aliento a coñac después del vino. La Transición fue maravillosa. No hay nada más que mirar de cerca a los que han sido Presidentes del Gobierno.