El
otro día el maestro Aznar salió bien parao de su encierro en Antena 3- felicitaciones, Lomana- con tres periodistas que le echaron varios
morlacos de diferentes hierros y variadas hechuras. Y aun con altibajos, sin rehuir
la pelea, demostró que a pesar de su apariencia fría es un torero de valor.
Bárcenas
Con
el berrendo y ‘pregonao’ que abrió plaza, el de los sobres, sobresueldos, papeles
y demás familia; estuvo aseado y
precavido sin atreverse a sacarlo a los medios por sus posibles gañafones traicioneros, y se
limitó a asegurar que él no había cobrado nunca nada raro ni en negro y que
todo está reflejado en su declaración a Hacienda. Nada que objetar, salvo el
tufillo en el ambiente y la seguridad de los muy exigentes émulos del 7, de que
detrás de sus alivios había una hiriente
desconfianza hacia lo que hicieran sus
subalternos en aquellas fechas. Por eso usó el pico de la muleta para
torear ‘desapegao’ limitándose a justificarse personalmente y dando por sentado
que el PP siempre ha sido legal en sus cuentas.
Justificación que sigue dejando en el aire más sombras que luces, de ahí
la renuencia de los dirigentes actuales del PP a anunciarse en ese cartel. Hay
mucho miedo, y seguramente justificado, a lidiar los toros de este hierro; el
tiempo dará y quitará razones, aunque muchos nos tememos que ese bicho tiene
gatos en la barriga y habrá de todo: negros,
blancos y hasta coloraos vergonzantes.
Gürtel
También
estuvo a la defensiva con el reservón y
escarbador segundo. Un toro ‘bigoteño’ y pasado de años del hierro de Gürtel al
que lidió sobre las piernas en lo referente a regalos de bodas y similares,
pero con el que después se embraguetó y le hizo faena junto a chiqueros
recetándole una estocada de efectos fulminantes trayendo a colación la antigua
inquina que el veedor de origen, PRISA, le había tenido siempre. Tal vez haya interiorizado ese dolor con los favores que en su momento le hizo por omisión, al no forzar que
se cumpliera la sentencia judicial respecto a las irregularidades cometidas por
ese grupo editorial en la adquisición de Antena 3 Radio; y por acción, al
entregarle en bandeja el canal de pago de telefónica, Digital plus. Y es que,
como en España se sabe desde Viriato
y los romanos, nunca se debe pagar a traidores.
Gobierno
Con
el que sí estuvo cumbre fue con el engañoso y mansurrón tercero. Este resumía
todo el sentir que acojona a demasiados millones de españoles por la gestión
del gobierno del PP ante la crisis que padecemos. Lógicamente, tenía mucho que torear y no se
anduvo por las ramas. Decidido desde el
principio y embarcándolo con mucha templanza, le bajó la mano para que
humillara trayéndoselo de frente con la muleta planchada, echando la pata por
delante y rematando los muletazos ajustadísimos a su cintura. Y el éxtasis
llegó cuando en el centro del ruedo, en
contra querencia, y ante la insistencia
del respetable, toreó al natural con cinco pases seguidos – estado sostenible, reformas institucional y fiscal, pacto social y
presencia internacional- abrochando con el de pecho – sus logros
presidenciales- , dando todo un recital de toreo político sobre lo que ahora
mismo se debería hacer, repitiendo enseguida y hasta el final el más reclamado
por la afición: ¡hay que bajar los impuestos ahora!, recordando otras
celebradísimas faenas suyas de antaño. Y ahí se gustó, afeando a quienes ahora
mandan en el cotarro su languidez y poca valentía ante la responsabilidad que
heredaron por la mayoría absoluta que el pueblo español les otorgó. Incluso
reprobó sin nombrarlos a algunos que ahora mandan – Rajoy y Montoro al
alimón, entre otros- que renieguen de todo lo bueno que hicieron en su cuadrilla en el ruedo español al
frente del país. ¡Grande Aznar en este toro!
PPartido
Y
también estuvo en figura en el cornivuelto y alegre cuarto, cuando reclamó a
quienes ahora se visten de luces que sean consecuentes con su toreo cumpliendo
el programa electoral que les llevó al poder con tantas esperanzas de tantos. Y
es que eso se llama honradez política
y no el chalaneo improvisador y cobardón
de quienes dejó al mando del partido. Seguramente, cuando entraba a matar
este engatillado morlaco se dolió para sus adentros por la mala elección que
hizo en su momento con Rajoy aunque lo niegue públicamente, que no en privado.
Separatismos
Con
el huidizo quinto, un abanto ‘acochinao’ y fuera de tipo, estuvo breve y
efectivo con la espada, con media que bastó, tras una faena de aliño
seguramente por la mala conciencia que
tiene también de los pactos que hizo en su día con algunos partidos
nacionalistas. De aquellos polvos muchos de los lodos que ahora nos embarran. Y
es que, en toros de ese tipo: el
pasteleo con los nacionalistas desleales, a todos los figuras de la democracia
española le han devuelto alguno al
corral con tanta desvergüenza como miedo; tal que ‘Cagancho’ en Almagro.
Reaparición
Y
con el bravísimo y astifino sexto llegó
el delirio de muchos aficionados que le añoran. Aznar se adornó luciéndose en lo que sabe un
deseo difícilmente disimulable por muchos seguidores de la tauromaquia política
que representa: su vuelta a los ruedos. No
negó, por lo que afirmó, que está disponible
para enfundarse de nuevo el traje de luces dejándose de festivales si el Duelo
Patrio le requiriera para ello. A la hora de la verdad, cuando ese burel
pasmaba a propios y extraños desparramando descarado la vista, D. José María
entró a matar con la de verdad y dejó un estoconazo hasta los gavilanes.
Puerta Grande
Y
cuentan las crónicas que fue tal la repercusión de la puerta grande del maestro
Aznar que los fabricantes de abanicos p’al mareo del solar patrio se han puesto
las botas. Hay muchos, a derecha y a
izquierda – sol y sombra de nuestros pesares- que se han echado a temblar.
¡Que
Dios reparta suertes!
Una sugerencia: déjese de nuevo el bigotillo; le tapa algunos defectitos
de espejo.