Yvan, socio de un banco privado suizo, viaja a la Argentina de la dictadura militar de los últimos años 70 para ganarse la confianza y mantener el contacto con los clientes de su banco, miembros de la clase dirigente del país, tras la desaparición del empleado encargado de negociar con ellos.
Andreas Fontana, director y coguionista de esta película, que es su opera prima, es suizo pero ha vivido años en Argentina, por lo que no le habrá costado contar una historia desde la mirada de un extranjero deseoso de mimetizarse con el entorno de otro país y de ser aceptado dentro de una comunidad en la que le costará trabajo conseguir que le levanten ciertas barreras.
La historia nos sumerge en un ambiente enrarecido: el de la clase social dominante de un país sumido en una dictadura ferozmente represiva que en principio protege sus intereses pero donde puede ser muy peligroso dar un paso en falso y lo más prudente, aunque resulte también muy arriesgado, es intentar sacar del país todo el dinero y los bienes que sea posible. Esto le da todavía más capas de opacidad a un mundo ya de por sí cerrado y dominado por la imagen y las apariencias.El protagonista, Yvan, es nuestro cicerone, situado también en una posición paradójica de comercial de lujo para el que no existe una división entre la vida social y los intereses empresariales, ni entre sus amigos y sus clientes, ni puede permitirse tener ningún tipo de juicio moral sobre las personas con las que trata ni sobre el país que visita. Trabaja las 24 horas, en compañía de su mujer y socia no declarada, y su actividad consiste en acompañar a sus clientes potenciales en fiestas y saraos, escucharlos y esperar el momento adecuado para atar un buen acuerdo.
Además debe desarrollar su labor bajo la sombra de un predecesor cuya desaparición está envuelta en el misterio, uno de los puntos fuertes del guión, que lo emparenta con clásicos como Rebeca o Apocalypse now. Sin pretender en absoluto estar a la altura de ellas, la película intenta conjugar la intriga del título de Hitchcock con el contenido sociopolítico del de Coppola, adaptación de la novela En el corazón de las tinieblas, otro relato sobre intereses económicos turbios transcontinentales.
Azor utiliza la etiqueta de thriller por su gancho comercial, pero conviene puntualizar que no es para nada un relato de policías, detectives ni escenas violentas, sino de intrigas palaciegas y sutiles. Se trata de un relato con elementos atractivos como los ya descritos, pero lastrado en parte por una producción amateur donde el uso de la banda sonora, tanto musical como de efectos de sonido, resulta un tanto pedestre, y se echa en falta también un mayor arco dramático, quedando un resultado algo plano, sin grandes momentos.
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- ##check## Lo bueno
- Una atmósfera al mismo tiempo frívola e inquietante de salones de conversaciones banales tras las que se ocultan secretos.
- ##times## Lo malo
- Una producción pobre y un tanto amateur que priva a la película de un acabado más redondo. La banda sonora es lo que más chirría.
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- Guion y dirección 7.0
- Buen retrato de personajes y una atmósfera lograda para una historia que se construye a partir de la sutileza.
- Interpretes 7.0
- Fabrizio Rongione hace una excelente labor trabajando en dos idiomas y llevando un personaje complicado, que debe estar contenido y mantenerse neutral e indiferente en todo momento.
- Producción 5.0
- Una producción más trabajada podría haber dotado a la película de mayor énfasis y arco dramático, así como de algún momento que destacara dando redondez al conjunto.
- Banda Sonora 4.0
- El empleo de la música y de los efectos de sonido resulta un tanto pedestre y amateur.
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- Puntuación Total 6 / 10
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