Si el viajero circula por la N-432 en dirección a Córdoba, llegará a Azuaga, población extremeña que pierde sus orígenes en la Prehistoria como demuestra el dolmen de la Cardenchosa. Lugar fronterizo y estratégico, Azuaga conserva restos de la alcazaba árabe, una de cuyas torres se mantiene en pie. El municipio, núcleo de población más grande de Extremadura en el siglo XVI, se convirtió en uno de los principales focos de emigración hispana hacia el Nuevo Mundo y la colonización de América.
Una crónica del siglo XX atestigua la antigüedad de Azuaga, como lo demuestran sus fuertes castillos casi derruidos, en uno de los cuales, llamado Miramontes, “están enterradas dos hijas del emperador Trajano. También se afirma que en el mismo fue asesinado, de forma traicionera, el caudillo Viriato…”. Al parecer las jóvenes romanas enfermaron, y los médicos le recomendó sanarse en los baños del balneario de Alange. Al pasar por Azuaga, empeoraron y murieron. Por eso sus restos descansan bajo el castillo. ¿O no se trata más que de una leyenda?
Azuaga cuenta con un patrimonio religioso y civil de importancia./peterdux
Lo que sí es verídico es que junto al castillo se encuentra el Mirador de Viriato. Además, en el pueblo el guerrero lusitano tiene una calle y hasta un festival musical: El Viriato-Rock. La tradición popular también atribuye al Rey Mago Baltasar un tesoro escondido en el cerro del castillo de Miramontes. Sí que es verdad que el origen de la fortaleza está relacionado con la tribu islámica de los Zuwaga, que desde el norte de África se diseminó por buena parte de la península ibérica.
Construida por los musulmanes sobre restos de origen romano, la fortaleza de Miramontes es el principal reclamo histórico y turístico de Azuaga. En la actualidad solo se conservan dos torres cubos, muros de contención y atún que otro cimiento. Fue posesión árabe y luego pasó a manos cristianas.
La naturaleza también tiene presencia en la localidad extremeña./Jesus_Mancera
La villa, que perteneció a la Orden de Santiago, tiene un casco viejo de singular belleza con plazas y calles que mantienen viva la arquitectura popular y su trazado medieval. Destacan la decoración mudéjar o neomudéjar, según la época, las casas de fachadas barrocas, los notables edificios de principios del siglo XX que no desentonaban con el resto y otros elementos.
La iglesia de la Nuestra Señora de la Consolación (siglo XVI) se inscribe entre los mejores ejemplos de arquitectura de la Baja Extremadura gracias a su fábrica donde se funden los estilos gótico-tardío y renacentista con influjos mudéjares y portugueses. Destacan su torre fachada, sus dos portadas y su decoración. La capilla mayor muestra un bello retablo, y se conserva una pila bautismal en cerámica vidriada de estilo sevillano.
Ermita de San Blal de Azuaga./Jesus_Mancera
La iglesia de la Merced, hoy convertida en casa consistorial, presenta líneas mudéjares muy depuradas. Le sigue en interés la ermita del Santo Cristo del Humilldero, del siglo XVII, en la plaza del mismo nombre, bello ejemplo del barroco extremeño con una imagen del Crucificado (siglo XVI)
Un paseo, a últimas horas de la tarde si es verano, ayuda a disfrutar y conocer este pueblo que figura entre los más significativos de la provincia de Badajoz. Como muestra de lo que describen estas líneas, os dejo un vídeo que realiza un recorrido clarificador de lo que ahora Azuaga muestra al viajero que la visita. Sus calles, monumentos, museos, gentes,… su alma, en definitiva, la puedes hallar en Lugares con historia:
Dónde dormir: Hotel Apartamento Rural de Azuaga; Calle de la Carrera, 3; Azuaga (Badajoz); teléfono: 924890619.
Dónde comer: Restaurante La Dehesa; Calle del Padre Tena, 59; 06920; Azuaga (Badajoz); teléfono: 924890664.