El azúcar es una sustancia que ingerimos a diario desde el inicio de nuestra existencia como la especie actual que somos: el homo sapiens. Nuestros primeros antepasados ya eran seres golosos al que les encantaba el alimento dulce. Ingerían sobretodo fruta, que es rica en fructosa y se trata de una forma de azúcar sano, encontrado en los vegetales, las frutas y la miel.
¿Por qué nos gusta tanto?
Cuando consumimos algún alimento o producto con una fuente de azúcar, nuestro cerebro segrega serotonina, que es conocida como la “hormona del placer”. Cuando segregamos esta sustancia sentimos alivio y un estado de bienestar temporal.
¿Es saludable su consumo?
Depende de qué tipo de azucar consumamos será perjudicial o beneficioso para nuestra salud. Lamentablemente, el azúcar que tanto suele gustar a nuestra sociedad, es el azúcar refinado, que puede ser realmente perjudicial. Es un tipo de azúcar concentrado, que se utiliza para elaborar todo tipo de productos alimenticios procesados y envasados. Este azúcar está presente en galletas, chocolatinas,helados, yogures, etc. En todo tipo de productos industriales que consumimos a diario y que tanto nos gustan.
El problema radica en que este azúcar se encuentra en el mayor porcentaje de productos procesados que ingerimos con regularidad. Y su consumo excesivo nos reporta serios problemas de salud como:
- Obesidad
- Problemas cardiovasculares
- Diabetes
- Cáncer
- Etc.
Pero sin embargo, existen diferentes formas de azúcar y no todas esas formas son perjudiciales. La más conocida es la fructosa, un azúcar simple que se encuentra en cantidades moderadas en la fruta, como podría ser el plátano, la naranja, melocotón, etc. También en vegetales como los guisantes y la zanahoria y en un dulce tan natural como lo es la miel.
Todos estos alimentos, en moderación, son saludables para nosotros, es más, son recomendados y deberían ser necesarios en cualquier dieta sana y equilibrada.
¿Por qué es tan malo el azúcar refinado?
Porque a nivel nutricional, el azúcar no aporta absolutamente nada beneficioso para nuestro cuerpo, serían calorías vacías que pueden proporcionar un estímulo energético temporal muy efímero pero que a parte de eso nos traerá más problemas que otra cosa.
El azúcar se ha demostrado que es adictivo por lo que comentábamos antes, al segregar serotonina y proporcionarnos un placer físico y gustativo, siempre requerimos de más para seguir experimentando esa felicidad momentánea. Y cuánto más azúcar consumimos, más dependendemos de él y más problemas de salud nos reportará a medio y largo plazo.
La obesidad está ligada muy estrechamente con la ingesta de este complemento, así como otras enfermedades como la diabetes y patologías relacionadas con el sistema cardiovascular, entre otras muchas. Esto afecta sobretodo a los niños, que son a los que más atrae el azúcar y cada vez mas, las indústrias alimenticias sacan al mercado nuevos productos cargados de azúcar y grasas enfocados a los más pequeños.
Conclusión
La falta de información en la sociedad y las estrategias de marketing de las grandes indústrias de alimentos, propician a que esta sustancia esté cada vez más extendida por el mundo y se consuma en mayor cantidad y frecuencia. Hace falta más educación entorno a la importancia de una buena nutrición y concienciación de los problemas que puede reportar para nuestra salud el abuso de ciertos alimentos o sustancias que a la larga pueden ser nuestra perdición.
La sociedad debería de hacer un ejercicio de autocrítica y de discernimiento del bombardeo de información que sufrimos a diario en este aspecto. No creer fehacientemente lo que nos comunican si no tenemos la seguridad de ello y contrastar e informarse acerca de lo que vayamos a consumir o no. No podemos delegar nuestra salud a los que la quieren transformar en dinero, porque el día que nos demos cuenta quizás es tarde. Aunque lo que es cierto, es que nunca es tarde para darse cuenta de los errores y tratar de revertirlos.
Vivir una vida con salud plena es más dulce que todo el azúcar del mundo. En nuestras manos está la capacidad de llevarlo a cabo.