El lugar donde se erigió Babilionia fue ciertamente ocupado en tiempos prehistóricos, como lo atestiguan los instrumentos de sílex y otros objetos de piedra que se han descubierto allí. El nombre sumerio de Babilionia era Ka-Dingir-Ra, lo cual en accadio se transformó en bab-ili o Bab-ilani, o sea la puerta de dios, o la puerta de los dioses. Según parece, ya desde los más remotos tiempos existió en Babilonia un templo, llamado Esagila, dedicado al culto de Marduk; este templo fue reconstruido y enriquecido por Sargón de Agade y más tarde fue destruido durante el renacimiento sumerio bajo la Tercera Dinastía de Ur. Antes de llegar a ser la gran capital política del siglo XVIII a. de J.C., Babilonia había sido un antiquísimo centro religioso, y retuvo esta función durante todo lo que duró la historia de la ciudad.
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ALBERTO CHAMPDOR
“Babilonia”
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