"Babujal" por Darío Vilas

Ana, felizmente instalada en París, recibe en un mismo día dos llamadas telefónicas que alteran su existencia cotidiana y la obligan a regresar a España: por un lado, su yerno le comunica que va a ser abuela y, por otro, la informan de la muerte de Alfonso, su padre, un héroe de guerra condecorado, al que siempre se había sentido muy unida. Pero regresar al caserón familiar en el que ella y sus hermanas fueron criadas por una sirvienta cubana de su padre, Hada, tiene su precio: forzar a Ana a recordar su vida anterior.

Aunque muchas cosas han cambiado en esos años, muchas otras, visibles e invisibles, permanecen ligadas a la antigua vida en el caserón. Por la infancia y adolescencia de Ana deambulan los ecos de sangrientos episodios de la guerra civil, un crimen cometido hace más de dos décadas todavía por resolver, y una palabra inquietante y amenazadora que no puede pronunciarse: Babujal. Ana tendrá que reconstruir el pasado y encarar una existencia hasta ahora en construcción permanente, cuyos cimientos ha visto resquebrajarse una y otra vez. Y tendrá que decidir entonces entre enterrarlo definitivamente o enfrentarse a él con todas las consecuencias.

Babujal supone un jalón en la carrera literaria de Darío Vilas, una de las voces más prometedoras de nuestro actual panorama novelístico. El autor desafía las convenciones de los géneros aunando un fresco costumbrista de la vida rural de la España de los años cincuenta, una novela de intriga psicológica y el despliegue de recursos narrativos propios de los relatos de terror.

La historia de Ana nos interroga sobre la capacidad de las personas para seguir viviendo cuando saben que sus convicciones más arraigadas están en entredicho. Darío Vilas consigue identificar ese lugar en que las medias verdades son más feroces que cualquier demonio agazapado. Con su singular maestría narrativa, nos deja al terminar la novela en una severa y sigilosa vigilia, apenas sin aliento.

Datos Técnicos

Editorial: Stella Maris

Encuadernación: Tapa blanda

Precio: 18,05€

Sobre el autor: Darío Vilas

Impresiones

En esta ocasión la sinopsis propia del libro nos aporta muchísima información. Y no es muy dispar con el argumento, ni ensalza sobremanera la historia así que podéis fiaros de ella. Aunque tal vez con la última parte no esté tan de acuerdo.

La narración es buena, nada intimista (aún siendo en realidad una búsqueda de la propia identidad de Ana, la protagonista) por lo que llega a un gran público. El lenguaje sencillo nada rebuscado con un tempo apropiado. Problema: aunque es una misma historia está ambientada en tres épocas distintas por lo que siempre te decantas por una o por otra. Sí que es cierto que en este caso no existe una diferencia de mucho peso entre las tres. Van bien ligadas de la mano y cada una revela un aspecto necesario para la compresión de la historia. La historia arranca en 1952 con la desaparición de las 2 hermanas de Ana. Para cambiar a 1977 dando la noticia a la protagonista del fallecimiento de su padre y rememorando también el año 1937.

La distribución se realizará en veinte capítulos divididos en tres partes coincidiendo con los puntos de giro de cada historia en particular.

No es de terror ni tampoco de suspense como a priori puede parecer. Sí que hay un secreto y que se tiene que averiguar pero tampoco mantiene tanto en vilo al lector. Simplemente Ana desentrañarla algunas mentiras ocultas de toda su vida descubriéndose a sí misma y a su familia. Tiene unos buenos diálogos, pero pesa más la narración en este caso, siendo esta en tercera persona por lo que nos transmite mucha información.

Tal vez la portada no nos deja vislumbrar bien lo que nos encontraremos en sus páginas dado que yo que me dejo guiar mucho por ellas no me hubiese decantado por este libro.

En cuanto al desarrollo de los personajes está bien planteado, pero tal vez por el tema de las tres historias y aunque en cada una de ellas nos encontraremos más o menos a los mismos no termino de engancharme con ninguno. Eso sí personajes como la madre de Ana con apenas dos líneas sientes casi el mismo odio que siente la protagonista.