Sus comienzos en el fútbol no fueron nada fáciles. Hace apenas cinco años vendía pescado para ayudar a su padre (Gilberto, apodado el Peluca en Barranquilla), cerca de su Puerto Colombia natal, donde también picaba los billetes en un autobús de línea, mientras compatibilizaba sus entrenamientos en el Junior de Barranquilla, donde se formó y dio el salto al Brujas.
“Es cierto, a nivel profesional debuté con 22 años en 2009. Me dio la oportunidad el profe Comesaña en Juniors. El día que debuté faltaban 20 minutos para el final y el partido estaba igualado a cero. Comesaña me sacó y la grada me abucheó porque no entendía el cambio. Nadie conocía a Bacca y las dos primeras pelotas que toqué las metí dentro. Ese día cambió mi vida. Me asenté en el profesionalismo y dejé de trabajar en el autobús de línea entre Barranquilla y Puerto Colombia. Iba de banca en banca cobrando a la gente. La vida no es fácil para una familia humilde y había que colaborarRememoraba Bacca hace escasas semanas, en una entrevista de Rafael Pineda en El País