Revista Cultura y Ocio

Bach: El genio

Por Joaquintoledo

De regreso a Arnstadt, no abandonó el puesto hasta algún momento de 1706 o al menos inicios de 1707, cuando consiguió un puesto en la Iglesia de San Blas en Mühlhausen, donde también haría de organista. Además tendría un mucho mejor coro tal cual él deseaba, pues esa había sido su mayor queja con respecto al trabajo anterior. Por otro lado el hecho de no quedarse en un solo lugar era lo mejor para él dada su naturaleza independiente, pues no quería que lo relacionen mucho con su familia, conocida en todas partes. En 1707, muy joven aún, se casó con su prima en segundo grado, llamada María Babara Bach. Con el primer matrimonio tuvo en total unos siete hijos, de los cuales sólo quedaron con vida unos cuatro, siendo dos de ellos, Wilhelm y Carl Philipp compositores importantes. Su primera esposa también moriría hacia 1720.

El establecimiento de su carrera

Bach siguió con su carrera en ascenso gracias al apoyo de la Iglesia de San Blas, la cual aceptó que se renovara el órgano y recibieron a cambio una cantata llamada “Dios es mi rey” (Gott ist mein König) con motivo de la inauguración de un nuevo concejo de la ciudad en 1708. Pero su fama ya era irreversible, después de todo, el joven Johan no podía librarse de la sombra que sus familiares ejercían sobre él. Además pronto tendría una familia que mantener y por tal motivo, aceptó ese mismo año, un mejor puesto de trabajo en la corte de duques de Weimar. Allí tendría una mejor paga y estaría rodeado de músicos profesionales. La posición que se le dio era nada más y nada menos que la de concertino, el primer violín, con tan sólo 26 años.

Le fue bien y estudió como inspiración las obras de Vivaldi. Asimismo comenzó la creación de un estilo llamado “fugas” (una forma música en la cual distintas voces repiten sucesivamente una melodía). El único paso amargo fue en 1717, cuando no fue nombrado Kapellmeister o maestro de capilla, pues el duque decidió dárselo al hijo del fallecido que había ocupado el puesto. Bach renunció pero a cambio, por tal irreverencia, fue arrestado un par de semanas. Esto hizo que al salir libre se marche de allí inmediatamente, y fue contratado en Coethen por el príncipe Leopoldo, quién sí lo nombró maestro de capilla. Además la paga era buena, su mecenas apreciaba la música (pues era un aficionado), y Bach no se pudo quejar en cuanto a comida, techo y dinero en los siguientes seis años. Compuso suites y sonatas para violín y violonchelo, lo cual demostró que él no sólo estaba hecho para el teclado. Resalta la Sonata para violín número 1. Leopoldo entonces decide auspiciarlo para realizar varias giras en el país. Fue en una de ellas donde le llega la trágica noticia de la muerte de su esposa, como recordaremos acaecida en julio de 1720. Le afectó pero al parecer no tanto pues en diciembre del año siguiente se volvió a casar, esta vez con Ana Magdalena Wilcke, una joven soprano con la cual tendría en total unos trece hijos, de los cuales sólo cinco vivirían a una edad considerable.

Su obra madura y muerte

A partir de 1723 se le ofrece otro puesto, esta vez como director musical en la Iglesia Luterana de Santo Tomás en Leipzig, lo que le otorgó el primer trabajo estatal que tuvo en su vida, y a su vez el más prolongado, pues lo mantuvo durante 27 años, hasta cuando murió. En esta etapa, se consolidó su obra gracias al interés que la aristocracia mostró por él. Es más tuvo un conflicto cuando las autoridades intentaron menospreciar la música para dar más importancia a las letras o la ciencia, por lo cual Bach se vio obligado a apelar ante el rey de Sajonia y Polonia para que Leipzig no cometa tal cosa, que a sus ojos era un pecado. Además de ofrecer clases de canto, música y latín a los estudiantes de Santo Tomás, se encargaba de proveer con sus obras a dos iglesias, y de esta etapa de su vida surgieron muchas cantatas, así como obras para cuerdas. Entre una de sus creaciones más conocidas esta el Clave bien temperado, publicado en 1744.

Tenía una total admiración por Handel, a quien, por cierto, jamás conoció, empero se podría decir que ambos intercambiaron estilos e inspiraciones tácitamente. Todo su talento nunca lo hizo pedante ni soberbio. Es más solía responderle con frecuencia a la gente que lo elogiaba cosas tales como: “nací para trabajar, cualquiera que sea igualmente dedicado, tendrá el mismo éxito que yo”; o también decía respecto de su habilidad para tocar el órgano: “eso nada tiene de maravilloso. Basta con golpear la nota justa en el momento justo y el instrumento hace el resto”. También fue un gran innovador en el ámbito musical, y allí el porque es un músico descollante. Llegó a crear la “nueva escala templada” y perfeccionó el estilo del contrapunto. En los últimos años de su vida en Leipzig, su composición llegó a ser admirable, sacando inclusive a la luz dos oratorios: Misa, y La pasión según San Mateo.

Esto hizo que el mismo Federico II el Grande lo invite a su corte. Y a propósito, todas las semanas componía una cantata para la misa de cada domingo. En los últimos años padeció ciertas penurias económicas debido a que se fue quedando ciego hasta perder este sentido por completo, lo cual frustró su ritmo de producción musical. Fue sometido a una cirugía a la vista, y debido a esta intervención, su salud se vio muy perjudicada. No se sabe si la ceguera era por diabetes o alguna otra enfermedad ocular directa. El 28 de julio de 1750 fallecía de apoplejía, y tendría que esperar hasta al menos cien años para que su genio sea reconocido.


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