La extraordinaria historia del temprano ascenso de Amy Winehouse a la fama, desde sus primeros días en Camden hasta la realización de su innovador álbum, Back to Black, que catapultó a Winehouse a la fama mundial. Contada a través de los ojos de Amy e inspirada en sus letras profundamente personales, la película explora y abarca las muchas capas de la artista icónica y la tumultuosa historia de amor en el centro de uno de los álbumes más legendarios de todos los tiempos.Parece que los últimos años tenemos una sobresaturación de biopics de estrellas y grupos musicales. “Elvis” (2022), “Whitney Houston: I Wanna Dance with Somebody” (2022), “Maestro” (2023) o “Bob Marley: One Love” (2024). Este viernes llega a nuestras pantallas “Back to Black” (2024), y es un buen ejemplo de por qué deberíamos dejar descansar este subgénero de films.El guion está escrito por Matt Greenhalgh. Greenhalgh ya escribió el guion de otro biopic musical hace diecisiete años. “Control” (2007) contaba la trágica vida de Ian Curtis, cantante de la popular banda Joy Division. “Control” llegó mucho antes de que la fiebre de los biopics musicales explotara. Por ello, Greenhalgh construyó un relato sensible, pausado y con un tratamiento de la salud mental y física de Curtis de forma extraordinaria, mientras contaba cómo la banda musical iba explorando su sonido. Por desgracia, en “Back to Black”, parece haber cogido el concepto expuesto y haberlo tirado por la borda. Greenhalgh parece que tuviera más apego con Joy Division que con la pobre Amy Winehouse, ya que en “Back to Black” parece haber leído su página de la Wikipedia y un par de entrevistas más y haberlo plasmado de forma superficial y mostrando un exagerado interés por la relación que tuvo Amy con el alcohol y las drogas. Ya desde un principio hay un gran énfasis para mostrar cómo empezó a relacionarse con Blake Fielder-Civil, el exmarido de la cantante que, aparentemente con lo que aborda el film, el culpable de toda su desgracia. El ritmo de esa primera parte se hace lento y turbulento y trata de subrayar, con demasiada atención, la seducción y la pasión que ambos tenían, ralentizando el progreso de la vida de Winehouse por puro morbo. El resto de la trama deja la música en segundo plano para mostrar más los problemas amorosos y adicciones que tenía la magnífica cantante. Sin olvidar de que el personaje del padre de Amy es endulzado exageradamente, distorsionando la realidad de presión por explotar su trabajo que sufrió la cantante de la mano de su progenitor, probablemente por ser uno de los productores del film y ha forzado la máquina para limpiar su imagen. Parece que al final de la trama se consigue encandilar un poco el guion hacia la música, pero fracasa estrepitosamente ofreciendo un final que no consigue cerrar y aparece un poco de la nada.La joven Marisa Abela, a quién pudimos ver fugazmente en “Barbie” (2023) y participando en la serie “Industry” (2020-2022); es la encargada de dar vida al icónico musical que fue Amy Winehouse. Abela canta muy bien, lo demuestra perfectamente haciendo versiones de todas las canciones de Winehouse y no interpreta del todo mal. Se nota que “Back to Black” es un proyecto que le interesa y emociona y pone todo de su parte para brindar una buena interpretación. El problema es que no parece ser del todo la adecuada para retratar a Amy, ya que su parecido físico con la cantante no es el adecuado. Ni siquiera hay un trabajo de cambio de físico a medida que la demacración de Winehouse va augmentando, por mucho que se recalque por medida del diálogo. No vamos a culpar a la actriz de ese peligroso cambio, pero tampoco hay una intención por parte de la producción para mostrarlo. Abela hace todo lo que puede con el guion que le han dado y, curiosamente, cuando más brilla es cuando puede tener toda la pantalla para ella sola y no se ve lastrada por diálogos forzados o interacciones algo mediocres. Jack O’Connell es un actor magnífico y lo ha demostrado varias veces, ya sea en “Invencible (Unbroken)” (2014), “Convicto (Starred Up)” (2013) o “’71” (2014). En cambio, en “Back to Black”, interpretando al malogrado exmarido de Winehouse, Blake Fielder-Civil, se ve lastrado por la construcción de un personaje exagerado, cruel y plano, como si de una fuerza maligna se tratara sin profundidad aparente. O’Connell controla muy bien su físico y hace un gran trabajo con la dicción del estrambótico personaje, pero no puede sacar jugo de una fruta que no ha sido bien tratada. Finalmente, los veteranos Eddie Marsan, conocido por “Happy: Un cuento sobre la felicidad” (2008) o “Bienvenidos al fin del mundo” (2015); y Lesley Manville, magnífica en “El hilo invisible” (2017) o “Maléfica” (2014); interpretan a Mitch Winehouse y Cynthia Winehouse, padre y abuela, respectivamente, de la cantante. Ambos hacen un buen trabajo, destacando, especialmente, la emoción del personaje de Manville. Por desgracia, como ya hemos comentado, el personaje del padre de Amy está muy dulcificado e incluso roza la caricatura, haciendo que su construcción sea exagerada y poco creíble en el relato.La directora Sam Taylor-Johnson viene de películas como “Nowhere Boy” (2009) o “Cincuenta sombras de Grey” (2015), aunque también tiene trayectoria dirigiendo videos musicales para artistas como Elton John o The Weeknd. Parece que su trabajo más infame le ha pasado factura, ya que hay una puesta en escena que quiere recalcar el erotismo y el romanticismo con demasiada atención, cuando el enfoque de la película debería ser la cantante y su creación musical. Taylor-Johnson ofrece una dirección bastante sencilla, al servicio de la narración, y cuando intenta integrar alguno de los elementos característicos de sus anteriores films, como planos muy cerrados para dar culto al cuerpo o algunas secuencias resumen musicales, no terminan de funcionar. En general la dirección es algo sencilla. Los actores parecen estar interpretando bien, pero el guion lastra mucho a su construcción y parece que Taylor-Johnson tampoco intente alejarse de él. Eso sí, la dirección fotográfica de Polly Morgan, conocida por “Un lugar tranquilo 2” (2020), “La chica salvaje” (2022) o “La mujer rey” (2022); es bastante buena. La iluminación y el color están tratados para embellecer las imágenes y reforzar el estado emocional y físico de la protagonista y el uso de la cámara en mano también es bastante acertado en cuanto a la narración. Una pena que sea desaprovechada por una dirección mediocre.El diseño de producción es correcto. La recreación de finales de los 90 y principios de los 2000 está bien realizada. Los escenarios brillan por su variedad y hay una especial atención en el pub que funciona como eje central de varias de las secuencias dramáticas y la discográfica para la que trabaja Winehouse. El equipo de maquillaje, peluquería y vestuario hacen un buen trabajo y la caracterización, a pesar del poco parecido de la actriz con la cantante, es notable, especialmente en la elaboración de los trajes característicos de Winehouse y sus músicos.Una de las sorpresas del film es la de sus compositores: Nick Cave y Warren Ellis, ambos miembros de la banda The Bad Seeds. Cave y Ellis tienen experiencia componiendo bandas sonoras y son los autores de magníficas partituras como las de “Comanchería” (2016), “Wind River” (2017) o “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford” (2007). Por desgracia, en “Back to Black” el trabajo de los brillantes compositores queda un poco empapado por las versiones de las canciones de Amy con la voz de Abela, que ambos músicos deben haber arreglado. No es que Abela cante mal. De hecho, canta bastante bien, pero un biopic de estas características debería contar con las canciones originales de la persona retratada para comprender mejor su grandeza. Aun así, las composiciones instrumentales que adornan algunos momentos dramáticos son bellas y delicadas.En definitiva, “Back to Black” es un biopic musical sobre la maravillosa cantante Amy Winehouse fallido, con un guion distorsionado que se centra demasiado en su problema con el alcohol, sus adicciones y problemas románticos en vez de contar su progreso musical. Una película dirigida en piloto automático que, aunque tenga buenos actores con pasión por su trabajo, no consiguen levantar un film lleno de malas decisiones.
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- ##check## Lo bueno
- La interpretación de Marisa Abela, llena de energía y esfuerzo.
Algunas recreaciones musicales de la cantante.
La dirección fotográfica es de lo más bella. - ##times## Lo malo
- El guion, totalmente fuera de lugar y que llega a ser un insulto para la figura de Winehouse.
Que no cuenten con la voz de Amy para contar su propia historia a través de sus canciones.
La dirección de Sam Taylor-Johnson es de lo más desalmada.
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- Ambientación 6.0
- Buena recreación de los 90 Y 2000 y variedad de localizaciones.
- Desarrollo de Personajes 4.5
- Muy pobre, con decisiones tomadas por conveniencia del guion.
- Argumento / Guión 3.0
- Lo peor de toda la cinta. Una trama que llega a ser un insulto para la figura que quieren homenajear.
- Banda Sonora 5.5
- Las composiciones instrumentales y los arreglos están bien, pero el no contar con la voz original de la cantante es un gran error.
- Entretenimiento 4.5
- Se ahonda demasiado en algunos temas y se llegan a repetir conflictos.
- Montaje / Innovación técnica 5.0
- La dirección fotográfica es muy bella, pero la dirección juega totalmente en su contra.
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- Puntuación Total 4.5 / 10
Trailer: