Hace unos meses recordé, casi sin querer, que se cumplían quince años del adiós discográfico de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, quizá la banda más trascendental en la historia del rock argentino (esta sentencia excede por escándalo lo musical, que siempre es discutible). Poco revisitado en estas páginas, el grupo es -sigue siendo- paradigma de la independencia dentro de la música local, dueño de una estética y un sonido que marcó a fuego a descendientes y dividió aguas entre contemporáneos. Algo es innegable: la música de los Redondos contiene un código de fiereza que ni siquiera las FM de rock nacional han logrado desgastar. No es apta para todo público, aunque su extraordinaria masividad diga todo lo contrario.
La herencia que dejaron es de una inabarcabilidad tal que encuentra ejemplos insólitos en algunos sucesos recientes: novedades que van desde la edición de Fuimos reyes, libro de Mariano del Mazo y Pablo Perantuono al cual el mismísimo Indio Solari describió como “la historia de los Beatles contada por Pete Best”; hasta una apasionada revisión de “Jijiji” a voz en cuello de Tarja Turunen, la cantante finlandesa de heavy metal sinfónico que reside en Argentina de un tiempo a esta parte. Es decir: aún hoy, el mito y la obra (¿escindibles?) generan revuelta, sea en la pluma de un periodista denostado públicamente por Solari (“es un pelotudo”, dijo hace no demasiado tiempo de Del Mazo) o en la garganta de una cantante nacida a miles de kilómetros del fenómeno. El libro se vende como pan caliente, el público metalero no duda en traducir “Jijiji” = pogo encendido. Y saltan.
Ahora bien, ¿cuánta gente escuchó con atención Momo sampler, el último disco de estudio del grupo, que exactamente hoy cumple 15 años de vida? Aquel rostro grisáceo de tonalidad y mueca no ha sido observado como el eslabón perdido que es, entre el final y los nuevos principios: las carreras solistas de la dupla Beilinson-Solari; el fervor popular ante el rocanrol y la distancia contemplativa de un público que hasta Último bondi a Finisterre solía encontrar de dónde agarrarse, “misas” al margen. También, claro, entre el ocaso de una era política y social que dejaría heridas profundas y explotaría meses después; y lo que vino... Esto es más evidente cuando se leen las palabras del Indio en las notas de la época: sus dichos son casi clarividentes y su posición respecto del kirchnerismo resulta lógica al leerlos.
En La música es del aire intentaremos desgranar el influjo de aquel disco denso, junto a algunos amigos que nos prestan su talento. ¿Queda algo por decir de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota? Haremos la prueba.