Revista Cine

BAFICI 2017: reseña de Dick Verdult, It’s true but not here y Lilith’s Awakening

Publicado el 27 abril 2017 por Proyectorf @Proyectorfant
Dirección: Luuk Bouwman Sección: Musica

Hay figuras extravagantes pero como la de Dick El Demasiado, creo que hay muy pocas. Holandés, artista plástico, incursionó en el cine, estudió en Francia pos-Mayo Francés y es un conocido músico de cumbia experimental. El documental ayuda a introducirnos en su extraño mundo de una forma muy particular ya que hace un recorrido no lineal, en el que los testimonios se mezclan entre Argentina, Holanda, Colombia, Perú y Honduras y nos ayudan a conocer a la persona detrás del artista que logró hacer suya la cumbia y le dio una poesía muy autentica al género.

Para los que desconocen al músico es una gran oportunidad para acercarse a una figura fascinante que no es profeta en su tierra. Un tipo que logró un reconocimiento por su interpretación de un estilo musical que parece que no le pertenece, pero en realidad lo hizo más suyo que nadie. Un verdadero artista con todas las letras y bien multifacético. Un tipo inspirador con un espíritu punk, ese del DIY, que muy pocos tienen. Para los que lo conocen sirve para introducirse en las otras ramas de su vida por afuera de la música, en su arte plástico, en algunos de sus trabajos cinematográficos y en su carisma único.

Aunque no sea una película rockera, es recomendable para todos aquellos que amen las biopics de músicos.

BAFICI 2017: reseña de Dick Verdult, It’s true but not here y Lilith’s Awakening

Dirección: Monica Demes Sección: Vanguardia y Género

El film de Monica Demes juega con la idea mítica de Lilith y la vida de Lucy (Sophia Woodward) una chica que pasó los treinta y se encuentra casada con un hombre al que no desea. En general la vida de Lucy no es de su agrado, ya que su trabajo tampoco le motiva. Lilith (Barbara Eugenia) se le aparece en sueños, como para mostrarle que hay otra vida, otra pulsión, y cuando Lucy empieza una relación extramatrimonial con otro hombre, Lilith toma forma real y empieza a asechar en su vida.

La película está filmada en un blanco y negro constante, los únicos momentos en los cuales el color aparece es para hacer viva la sangre. La imagen es fundamental en este film, ya que lo onírico y la fotografía por momentos se entremezclan para inundar la pantalla. El problema es que esas buenas intenciones no se sustentan debido a una narrativa simple y unos diálogos que no están a la altura del simbolismo que pretende seguir. El único hito firme es dejar a una vida monótona, sin pasión y aburrida pero el objetivo final es difuso entre el lesbianismo, la sexualidad libre o el escape de la rutina. En definitiva, termina siendo una película chata con muy buena imagen para los que amen lo dark.


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