Revista Cine
Director polémico donde los haya. Muchos adoran su cine arriesgado mientras que otros repudian su extravagancia a la hora de filmar. Lars von Trier es amado y odiado a partes iguales sin embargo este blog no es tan radical.
El que fuera visionario del dogma cuenta entra su filmografía con grandes obras maestras y cintas que no merecen casi ni mención. Una auténtica montaña rusa. Pero de lo que no hay lugar a dudas es que siempre ha sido un grandísimo director de actores. Convierte a sus protagonistas en personas reales, de carne y hueso. Los deja grabados en nuestras mentes de por vida. Emily Watson, Bjork, Nicole Kidman, Charlotte Gainsbourg o su última adquisición, Kirsten Dunst, son ejemplo de ello.
Los votantes de la última encuesta apostasteis por Bailar en la oscuridad (2000) como su mejor obra. Quien escribe estas lineas no puede estar más de acuerdo. Una de las películas más emotivas de las últimas décadas. Pocas veces una cinta golpea tanto como ésta. Con grandes momentos, este musical dramático es una delicia para cualquier espectador con un mínimo de buen gusto. La interpretación de Bjork es sobrenatural y la dirección del danés nunca más alcanzó el nivel logrado como en Bailar en la oscuridad. La película se alzó en Cannes con la Palma de Oro y la actriz vio compensado su esfuerzo con el premio a mejor actriz.
Con el 38% de los votos se sitúa Dogville (2003). Otra de sus obras que merecen un puesto de honor. Una crítica mordaz a la sociedad americana donde el individualismo es apaleado por el cineasta. Nicole Kidman logró, para muchos, el mejor papel de su carrera en una película arriesgada como pocas. El teatro llevado al cine alcanza con Dogville su gran reconocimiento
Y como no podía se de otra manera, el tercer puesto recae en una cinta tan tormentosa como arrebatadora. Rompiendo las olas (1996)supuso el gran descubrimiento de von Trier y una experiencia inolvidable para sus espectadores. La ingenua Bess nos heló el corazón y costó recuperarlo.
En los últimos años el director está presentando trabajos envueltos en polémica para generar debate. Ni la repugnante Anticristo (2009) ni la sobrevalorada Melancolía (2011)se acercan al nivel de las obras anteriormente citadas. Una verdadera lástima.