Esta mañana he estado en una jornada sobre vacunas organizada por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) en la Organización Médica Colegial (OMC), en Madrid. Como se ha reconocido las vacunas son algo así como los diez mandamientos de la ley de dios y es que como algún ponente crítico ha mencionado, en buena medida se aplican por creencia más que por ciencia.
Presentaron la jornada J.J. Rodríguez, presidente de los médicos en España, Ildefonso Hernández Aguado, ex director general de Salud Pública y Mercedes Vinuesa actual directora general de Salud Pública, que tras su breve intervención -en la que dijo que un calendario único favorecería el conocimiento de las reacciones adversas de las vacunas y mejoraría los problemas de desabastecimiento de algunas, además de hablar de “detractores” de las vacunas (sic)- se ha marchado.
Amós García, vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología, ha comenzado reconociendo sus conflictos de intereses (lo que le honra) al haber trabajado para laboratorios productores de vacunas. Su discurso, el que se esperaba, oficialista, pidiendo más vacunas y sin dedicar ni una sola frase a los daños que estos medicamentos causan.
Sorpresa digna en José Tuells, médico de la cátedra de Vacunología de la Universidad de Alicante, que lleva 25 años trabajando el asunto de las vacunas y ofrece una visión crítica y honesta. Nos ha ofrecido datos interesantes aceptabilidad de las vacunas y aboga por crear en España un sistema de compensación de daños por vacunas como otros países civilizados poseen.
La aceptabilidad es la cualidad de lo que puede aceptarse mientras que aceptación tiene que ver con la voluntad de aceptar. Cita el “Swin flu” fiasco de 1976 en USA, donde la vacuna de la gripe causó más de 200 casos de síndrome de Guillain-Barré. La aceptación de la vacuna de la gripe años vivió años de esplendor en 2009-2010 -2011 mientras que se produce una caída a la mitad en 2012.
El citado fiasco provocó que los gobiernos en USA hicieran una nueva ley sobre vacunaciones, establecieran un programa de compensación de daños y crearan el registro de notificación de posibles daños denominado VAERS. En España esto aún no ha ocurrido.
Otra vacuna con su aceptación a la baja, en concreto desde 2010, es la del papiloma. Los casos de las niñas de Valencia en 2009 fueron decisivos. Para Tuels:
NO existe una galaxia antivacunal, la gente acepta bien las vacunas pero desde la verticalidad y el autoritarismo, utilizan las vacunas ‘porque me lo han dicho’. Muchas decisiones están basadas en el miedo.
NO hay antivacunas en todo caso personas críticas con estos fármacos. Los padres y madres de España son de los más preocupados de Europa por la seguridad de las vacunas aunque son de los que más piensan en continuar vacunando.
La gente tiene dudas, no es tonta y no sabemos o no queremos darles respuestas. En el ámbito de las vacunas existen dos mundos distanciados: el de las administraciones, sociedades científicas y laboratorios y el de la ciudadanía”.
También manifestó este especialista que
la Ilustración española favoreció a no obligatoriedad [que las vacunas sean recomendadas o no pero no de uso obligatorio] y compensar por vacunas pero los ‘deslustrados’ españoles de ahora lo han olvidado”
y abogó por la transparencia con los daños, entre otras medidas.
Galo Sánchez, farmacéutico especialista en evaluación de medicamentos en Extremadura (también ha trabajado como asesor de la Agencia Española de Medicamento y para la europea -EMA-), ha explicado que muchos medicamentos obtienen buenos resultados parciales en determinadas dolencias pero no avances reales en salud y además provocan daños, agregando que también se venden medicamentos que ni consiguen buenos resultados, que son iguales a placebo.
Su exposición se ha centrado en argumentar científicamente los pobres resultados de la vacuna contra el meningococo Prevenar 7 que ya expusimos en este blog:
Las vacunas en España no se evalúan bien pese a que hay métodos para hacerlo como el que usa su equipo de trabajo denominado GRADE, que no se fija sólo en la producción de anticuerpos de las vacunas -motivo por el que se consideran “eficaces” o no- sino además en otros muchos determinantes sociales de salud. Partimos de la creencia de que las vacunas son buenas y son buenas algunas. Pero otras muchas no se evalúan con criterios de resultados en salud“.
¿Desmitificador, eh?!
Federico de Montalvo, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Comillas, ha hablado de aspectos legales de las vacunas. Ha dicho cosas que no termino de entender como:
No podemos crear un sistema de compensación porque en España partimos del principio de autonomía de la persona en salud y las vacunas no son obligatorias. En España no se puede imponer una vacuna, sólo si hay un brote o una epidemia”.
Él sí cree que existe un “movimiento antivacunas” pero que aún no hay un problema en ello aunque se ha preguntado “¿hay que empezar a legislar antes de…?”. Su discurso no me ha gustado pues obvia la libertad individual y quiere dar todo el poder al Estado, dando por hecho que las vacunas son “buenas” y por tanto existen motivos de salud pública para obligar a vacunar.
Eso sí, se vacunaría con la “evidencia científica” en la mano (ha recalcado que no se refiere a la evidencia de Farmaindustria). Bueno, pues que doten de recursos a personas honestas e independientes como Galo que nos analicen una por una todas las vacunas que se ofertan, tanto en los calendarios vacunales como fuera de ellos y así sabremos cuales sería razonable aplicar. Apostad a que ni la mitad pasarían la criba de la evidencia, lo que sería igual que decir que muchas se aplican como acto de “videncia”.
De Montalvo ha concluido diciendo que “no se puede permitir el capricho de que los ciudadanos puedan no vacunarse”. ¿Mande? Otro que no se entera de que esa es la actitud precisa para fabricar “antivacunas”.