Revista Cine

Baja Marea (Low Tide), Stop The Pounding Heart y The Passage, EE. UU. 2011 a 2013

Publicado el 27 noviembre 2014 por Cineinvisible @cineinvisib

Por suerte aún podemos contar con algunos intrépidos que, de vez en cuando, nos acercan lo más interesante del cine de autor actual, distribuyendo verdaderas pepitas de fascinantes universos.IFCon inmenso placer descubro que dos de ellos, Zumzeig y Doc&Film (a base de un extremo rigor, un exquisito gusto y un riesgo necesario, han conquistado una imagen de marca, que infunde respeto y fidelidad entre los espectadores), presentan esta semana a uno de cineastas que hay que vigilar de muy cerca.IFRoberto Minervini, de origen italiano, tras sus estudios de cine en Nueva York (y también Madrid) instalado en el sur de los Estados Unidos, es el prototipo de cineasta indie, con un universo tan particular como interesante, una verdadera maestría para narrar sus historias, y una forma estética perfecta para trasladarlas a la gran pantalla.LT1En tres producciones, a un ritmo anual, ha conseguido una trilogía de Texas (rural, tradicional y, a veces, tan duro como los rodeos tejanos, que tanto le gusta filmar) comenzada con The Passage en 2011, y que se disfruta de manera independiente, sin problema alguno.  LT3Con unas temáticas recurrentes como son estos adolescentes perdidos entre unos padres, o totalmente ausentes o demasiado presentes (como en Baja Marea o en su última película), a los que les faltan referencias para poder afirmar o construir su personalidad, o adultos en road-movies casi místico-filosóficos como en The passage, encarnados por actores no profesionales (más fascinantes que muchos profesionales) que aportan ese toque entre ficción y realidad, tan presente en el cine de autor actual.Stop1Un magnífico ejemplo de equilibrio entre ese cine sustractivo actual (como Wang Bing, Alain Cavalier, Aki Kaurismaki, Carols Reygadas, Bela Tarr o Pedro Costa,  tan bien definido por el crítico Antony Fiant) y el modelo narrativo tradicional. Roberto Minervini posee una voz particular, que flota a través de unos diálogos reducidos a lo esencial, con una cámara que no se despega de sus protagonistas, bajo la luz natural del sur americano.Stop2Con sus historias mínimas que cautivan y captan poderosamente la atención del público, este cineasta maneja las elipsis con una sabiduría, libertad creativa y elegancia formal, impresionantes. Los últimos diez minutos de Baja Marea son tan poéticos como espectaculares. Pero, por encima de todo, creo que es uno de los directores contemporáneos que mejor saben cuánto tiene que durar un plano. Mil gracias a Zumzeig y Doc&Film por este regalo de navidad adelantado.


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