Así que una se puede olvidar de Currito por unas horas e irse de paseo a la Castellana.
Curritaes otro cantar, como siempre. Ella tiene sus ritmos, si la quieres seguir perfecto, y si no, también. Le importa un pito lo que hagas. De momento lo de madrugar no va con ella. Es un horror sacarla de la camita, es un horror que desayune a un ritmo normal, y es un horror que salga de casa dirección al cole, porque lo hace llorando como si un batallón de arañas gigantes y peludas vinieran tras ella. No quiere ir al colegio, lo tienen clarísimo. Esta mañana he tratado de hablar con ella, de despertar su interés contándole lo bueno que es aprender a leer y a escribir, ver a sus amigos, jugar todo el rato… y su respuesta ha sido rotunda:- Mami, yo prefiero ver la tele. Lo demáz ya lo hace Currito muy bien.Así que un día más que se ha ido montando el pollo.
Mi parra.
Y claro, con Currita así, no me voy tranquila de paseo y mucho menos cruzando el océano. Qué si me llaman porque se ha encerrado en el baño o porque tiene amordazada a una profesora no llego a tiempo ni de coña.La cosa es que poco a poco me voy bajando de la parra, y una vez más me voy haciendo a esta mierda de vida sin jamón ¡Ay!