Después de leer Bajar es lo peor, de Mariana Enriquez (bajar de la noche al día, bajar del estado en que te deja la cocaína, bajar o pasar de una realidad a otra, ¿bajar, también, al infierno?), me dan ganas de volver a ver Entrevista con el vampiro. Ese magnetismo propio de los vampiros, esa seducción bisexual tan bien encarnada por Tom Cruise y Brad Pitt, está presente todo el tiempo entre los dos protagonistas de esta novela: Facundo y Narval.
La historia abunda en imágenes oscuras, perversas y, si las imágenes pudieran tener olor, estas olerían a suciedad, encierro y cigarrillo. También a Riachuelo, a sudor frío, a semen. A marihuana, a ropa sin cambiar por días, a vómito. Y me siguen viniendo olores así, lejanos a los jazmines y las rosas. Es una historia de amor y obsesión ambientada en prostíbulos, en un conventillo, en la calle de noche, en barrios de Buenos Aires que uno puede ir reconociendo a medida que lee. En algún momento, pasa el colectivo sesenta.
Hay elementos típicos de las historias de vampiros: insomnio, transformaciones, espejos, anteojos oscuros, escapar del día y, sobre todo, del sol, la inmortalidad, el tiempo que se detiene, la muerte. El toque femenino de toda historia de vampiros (más allá de lo femenino que tienen los dos protagonistas) está en Carolina.
Subrayo este fragmento: Iba a dormir recién al amanecer, como siempre. Odiaba el amanecer, esa retirada de la noche que parece casi ingenua y por eso es más macabra, porque la noche nunca se va del todo y, en cualquier caso, siempre vuelve. (pg 101).Con este libro ocurrió algo infrecuente: generó fans. La autora recibió cartas e incluso visitas inesperadas de lectores que querían saber de los personajes: dónde estaban, dónde quedaba exactamente el departamento de Narval desde el cual se veía el Riachuelo, si existía la casa donde creció Facundo. Cuando se publicó por primera vez, Mariana Enriquez, de veintiún años en aquel momento, era presentada en los programas como “la escritora más joven de Argentina”. La reedición de Galerna (2013) trae una nota de la autora donde cuenta estas y otras particularidades del back stage de la novela.
Me hubiera gustado leer Bajar es lo peor en la adolescencia. Creo que en aquella edad hubiera sido –como me ocurrió con En la ruta, de Jack Kerouac- una lectura atrapante, que permite una relectura casi nostálgica cuando uno ya pasó esos años.
- Bajar es lo peor
- Mariana Enriquez
- Galerna
- Año 2013 (reedición)
- 256 páginas
- ISBN 9789505566075