(Fuente: Life Coach Perú)
En este apuro de vivir, Venezuela y los venezolanos vivimos apurados. Seguros de que al cruzar la puerta de nuestros hogares nos convertimos en objetivos de guerra, antes por los malandros, ahora por los malandros vestidos de gobierno. Salimos y el correr nos apura todo, el pensamiento, las decisiones, el disfrute y de repente aunque el día se nos hizo eterno, vivimos no más de quince minutos y a dormir. Lo mismo pasa en todos lados, la diferencia es un menor componente político.
Recuerdo entonces, cuando estudiaba la licenciatura, que aunque ya éramos veloces, las conversas eran más largas. Recuerdo entonces que aunque los días estaban acelerados, alcanzábamos a disfrutar porque tratábamos de que aquello que habíamos vivido fuera memorable aunque haya sido compartir un café. Recuerdo entonces que podíamos ser más groseros pero nos pensábamos unos segundos más antes de putear sin tos ni son.(Fuente: Fotolog)
Todo pasaba porque, aunque apurados, disfrutábamos con todo y la nostalgia que nos daba pensar en el colegio. Esto lo empecé a escribir sin motivo alguno, ahora seria agradecerles por los que se tomaron el tiempo de leer y sobre todo los que lo han hecho consecuentemente. Pero en definitiva agradecer a los que no conozco y pasaron un rato de su tiempo acá, me dejaron decirles que vivan con la calma que se merecen, disfruten porque vamos más rápido de lo que creemos.
Es un pedido a todos, disfrutad, vivid, dejen huella no porque se fueron rápidos sino porque habiendo compartido un poco más, dejaron una agradable marca imborrable. Dejen que la vida los abrace aunque sientan que la vida les ha dado carajazo tras carajazo, dejen que un abrazo se convierta en una vida, dejen que una sonrisa se vuelva banda sonora, dejen que los que les quieran lo sigan haciendo con el sabor del que quiere su primer regalo, su primer niño Jesús.
Gracias de nuevo por vuestro tiempo, hasta la próxima.
(Fuente: Taller de oración)