El local a pie de calle solo tenía ventanas a un lado, pero un diseño bien ejecutado hace que la luz natural llegue a casi todos los rincones de la vivienda.
No es fácil convertir un local comercial de 55 m² en una vivienda. Normalmente, estos locales en la planta baja de los edificios altos no tienen más que un lado que da a la calle y por lo tanto a la luz natural, por lo que una distribución diáfana y el uso de paredes de cristal, son las claves para que haya una iluminación suficiente.
En los países nórdicos es más habitual que en España que las viviendas en edificios estén a pie de calle, los que habéis paseado por ciudades del norte lo sabéis bien, que por las tardes, yendo a casa, podéis ver lo que hacen los vecinos al estar sus ventanas a la altura de nuestra vista.
La gran altura al techo y la planificación del espacio de este local fueron clave para crear luminosidad y amplitud, todo lo intangible, pero también lo demandado por el cliente, un vestidor amplio, cocina moderna con todos los electrodomésticos incluido lavavajillas y microondas empotrado, cuarto de baño grande con calefacción por suelo radiante y espacio para lavadora y bañera. Hablamos de una vivienda pequeña, pero muy bien acondicionada.
No todo el mundo desea vivir a pie de calle en un edificio (la mayoría prefieren pisos altos o áticos, también en los países nórdicos), pero si no se tiene pudor y uno no se molesta con los ruidos de la calle, es una buena opción para reacondicionar locales comerciales, que en algunos casos ya están cerrados y no se utilizan. ¿Qué os parece esta opción de vivienda? ¡Feliz jueves!
Vía: Husman Hagberg