La Gran Logia Simbólica Española celebra hoy su asamblea anual en Bilbao. Euskadi suma unos 75 adeptos a la masonería, entre los 3.500 de todo el país
KERMAN ROMEO-Bilbao-04/06/2011-EL PAÍS
Xabier Gómez Montes, venerable maestro de la logia Luz del Norte de Bilbao, se encontraba en una de las charlas que los masones de la capital vizcaína habían organizado en la Biblioteca de Bidebarrieta para darse a conocer. Un joven se le acercó y, con la lectura de El código Da Vinci como argumento, acusó a la masonería de estar detrás del capitalismo mundial y de organizar actos para falsear la realidad. Y aseguraba que los billetes de un dólar contienen emblemas ocultos de la masonería.
"La represión que sufrimos en la dictadura caló hondo en el imaginario colectivo. Siempre se dice que la masonería es un plan conspirativo para dominar el mundo. Esta imagen ha variado algo", asegura ahora el gran maestre de la Gran Logia Simbólica Española, Jordi Farrerons, quien se encuentra en Bilbao, donde hoy se celebrará la asamblea anual de esta organización masónica. La cita coincide con el 30º aniversario de la restauración de la masonería en Euskadi. El alcalde bilbaíno, Iñaki Azkuna, recibirá a los representantes de esta sociedad secreta.
En la actualidad, España suma unos 3.500 masones, cifra ridícula si se compara con la de otros países. En Francia hay más de 250.000, y en localidades como Arcachon la mitad de la población pertenece a esta sociedad. Los estragos del franquismo aún colean, pero, poco a poco, la masonería se va recuperando. Cataluña, Madrid o Andalucía son las comunidades con más creyentes en el Gran Arquitecto del Universo. En Euskadi se contabilizan unos 75, con sedes en las tres capitales.
El País Vasco puede presentar varios masones ilustres, principalmente pertenecientes a la época anterior a su ilegalización bajo el franquismo. Cándido Palomo, un empresario de Deusto, fundó el Club Deportivo de Bilbao y la sociedad El Sitio. También los fundadores de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, el hospital de Basurto, la Sociedad Bilbaína o la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País eran masones. Y José de Madinabeitia figuraba en el equipo fundador de Eusko Ikaskuntza.
Farrerons recalca que la condición imprescindible para ingresar en la masonería es ser un hombre libre y de opiniones democráticas. Los masones proceden habitualmente de sectores como la educación, el derecho o la medicina. Durante mucho tiempo, se creyó que era una sociedad adinerada. "Para entrar en la masonería no es necesario tener un alto poder adquisitivo, ni unos cimientos intelectuales muy altos. Lo importante es que la persona tenga capacidad de razonar y preocupación por la vida", explica el gran maestre.
¿Cómo se entra en la masonería? Normalmente, la principal vía de acceso hoy en día se halla en Internet. Cuando una persona muestra su interés por ser masón, la logia nombra a tres de sus miembros, que tienen prohibido comunicarse entre ellos. El interesado mantiene una reunión con cada uno, que realizan un informe que presentan ante la logia. Los masones votan entonces si admitir a esta persona. "La democracia es enorme", destaca Gómez Montes.
Las reuniones (llamadas tenidas), una cada mes, congregan a personas de distintas ideologías y confesiones que debaten sobre cuestiones de actualidad y practican varios ritos. "Se basa en el respeto mutuo", explica Farrerons. Gómez Montes concluye: "Estamos quitando estigmas, pero aún hay gente con miedo a salir, que tendrían problemas si dijeran que son masones".