CARNEGIE, Pensilvania (AP) – Sombríos por la presidencia de Trump y el impacto potencial de una elección especial en un año intermedio, los votantes en un distrito congresional del oeste de Pennsylvania se encuentran en una etapa nacional poco probable.
Ostensiblemente, están eligiendo el martes entre el republicano Rick Saccone y el demócrata Conor Lamb para reemplazar a Tim Murphy, quien renunció el otoño pasado en medio de un escándalo sexual.
Pero el resultado promete repercutir mucho más allá de los suburbios, las pequeñas ciudades y las franjas rurales que rodean a Pittsburgh en una región conocida por sus preocupaciones de acero y carbón, alguna vez dominantes.
Una victoria de Lamb animaría a los demócratas cuando busquen reclamar una mayoría en la Cámara de Representantes en noviembre, mientras se sacude la seguridad republicana de que su nueva ley fiscal es una defensa omnipotente de cualquier debilidad que surja con la defensa de un gobierno totalmente republicano dirigido por el presidente Donald Trump.
Esas posibilidades son suficientes para que los republicanos nacionales ya ofrezcan explicaciones sobre lo que sería una derrota embarazosa.
El presidente ganó el distrito en 20 puntos porcentuales hace apenas 16 meses, cuando los demócratas ni siquiera presentaron un candidato contra Murphy en un distrito alentado por los legisladores republicanos del estado. Cuando el congresista de ocho períodos dejó vacante el cargo en octubre, los Demócratas nacionales no emitieron insultos sobre cómo reclamar los 24 escaños adicionales que necesitan para hacerse cargo de la Cámara.
Los votantes en el distrito número 18 del Congreso de Pensilvania occidental se dirigen a las urnas el martes para una elección especial muy disputada en la Cámara de Representantes. Los republicanos han gastado casi $ 10 millones para salvar un asiento que no existirá en su forma actual para noviembre. (12 de marzo)
Ahora, las encuestas sugieren que Lamb está bien posicionado para una sorpresa, a pesar de que Saccone inste a un electorado inclinado al Partido Republicano que su elección es “hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, tal como lo dice el presidente.
“En todas partes tengo 100 a 1 para Rick Saccone”, dijo el candidato el lunes durante una de sus últimas paradas de campaña, con Donald Trump Jr. flanqueándolo dos días después de que el propio presidente hiciera su segunda visita de campaña en nombre de Saccone.
El veterano de la Fuerza Aérea de 60 años convertido en legislador estatal e instructor universitario cuenta con el respaldo entusiasta de los conservadores sociales que han anclado su carrera en el estado, y quizás esté más animado cuando exalta su oposición al derecho al aborto.
Sin embargo, Saccone luchó para recaudar dinero y despertó las mismas pasiones que ayudaron a Trump a barrer el medio oeste industrial en su camino a la Casa Blanca. El déficit constante de recaudación de fondos le ha dejado recursos limitados para transmitir el mensaje que ofrece uno a uno: sus cuatro décadas de experiencia en el sector privado, los negocios internacionales y ahora la legislatura hacen que la elección de los votantes sea obvia.
Mientras tanto, los demócratas optaron por un veterano de la Marina de 33 años y ex fiscal federal que proviene de una familia política bien establecida en el condado de Allegheny.
Lamb asumió el papel, posicionándose como centrista incluso cuando las fuerzas republicanas nacionales descendieron sobre el distrito para llenar las ondas y las redes sociales con representaciones del candidato por primera vez como poco más que un lemming para Nancy Pelosi: la demócrata de California, minoría de la Cámara líder y saco de boxeo GOP.
Al parecer abrazó los ataques, Lamb cortó un anuncio que decía que todo era “una gran mentira”, ya que él ya había declarado que no apoyaría a Pelosi como jefe de piso, y mucho menos a regresar a la tribuna del orador. Agregó su oposición a las nuevas restricciones de armas más importantes -aunque respalda los controles de antecedentes ampliados- y se declaró personalmente contrario al aborto, a pesar de su respaldo a su legalidad.
Lamb sobre todo evita a Trump, que sigue siendo popular en general en el distrito, aunque haya disminuido ligeramente desde el dominio del día de las elecciones.
Él agrega esas tachuelas a la ortodoxia del Partido Demócrata en la nueva ley impositiva del Partido Republicano (GOP, por sus siglas en inglés), apuntándola como un regalo a las corporaciones a ciertos gastos futuros de la Seguridad Social, Medicare y la seguridad fiscal de la nación. Y abraza a los sindicatos, destacando el récord anti-laboral de Saccone en la casa del estado, una notable desviación del estatus de Murphy como republicano amigo de los sindicatos. La AFL-CIO cuenta con 87,000 votos de los hogares de los sindicatos, alrededor de un quinto del electorado.
La campaña de Lamb ha inspirado a los principales partidarios de los demócratas. “Estaba realmente triste después de las elecciones presidenciales, pero Conor me tiene totalmente entusiasta nuevamente”, dijo Patricia Bancroft, de 62 años, mientras tomaba un descanso de trabajar en la oficina de campaña de Lamb el lunes por la tarde.
Durante el fin de semana, Lamb celebró el respaldo de United Mine Workers, un sindicato que no participó en las elecciones de 2016 en lugar de respaldar a Trump o Hillary Clinton.
Los esfuerzos del Demócrata también han sido lo suficientemente efectivos como para frustrar e incluso asustar a los republicanos.
Dan Greene, un miembro del comité republicano en el condado de Westmoreland, se quejó el lunes acerca de que Lamb se distinguía de su grupo de armas y, menos aún, del aborto. “¿Qué ha hecho él para probar eso?” Greene cuestionó. “Rick Saccone ha caminado”.
El Congressional Leadership Fund, un comité de acción política alineado con el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, en un momento se desvió de sus guiones Pelosi-bashing para enviar correos electrónicos de votantes demócratas elogiando a Lamb por oponerse a nuevas restricciones de armas. Fue parte de la inversión de $ 3.5 millones del fondo en la carrera, alrededor de un tercio del total que las fuerzas externas del GOP han inyectado.
Trump, a regañadientes admirando las tácticas de Lamb, agregó su propia advertencia el sábado. “La gente de Pittsburgh”, declaró, “no puede ser estafado por este tipo, Lamb”.
En cuanto a Saccone, planea ser un congresista, no un punchline.
“Estoy listo”, dijo.
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Levy informó desde Waynesburg. El periodista de The Associated Press Zeke Miller en Washington contribuyó a este informe. Siga a Barrow y Levy en Twitter en https://twitter.com/BillBarowAP y https://twitter.com/timelywriter .
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