Está tan mal "la cosa", la famosa cosa, que aunque no te guste mucho el fútbol, al margen del equipo de tus amores, tienes que alegrarte, por ejemplo, de la épica del Barça ante el PSG.
El saber que todavía los sueños tienen un lugar, llamado "Utopía"; que siete minutos se pueden convertir en toda una vida; que unos individuos, que aparentemente lo tienen todo, olvidan su estatus y su cuenta corriente, y se vuelven locos simplemente, y no es poco, por conseguir, lo imposible.Y es que quizás la vida sea eso: conseguir lo imposible, o al menos perseguirlo, intentarlo.Pero llevamos un tiempo de “borreguismo” total, de seguir al macho Alfa. Quizás, porque entre selfie y selfie no nos da para pensar mucho más, y si, por ejemplo, delegamos para que a nuestros hijos los eduquen sólo los maestros, y seguimos el discurso de que nuestros hijos son nuestros amigos, por esa misma razón, de lo que ocurra en todo lo que nos rodea, que se ocupen y preocupen los demás.
Porque a nosotros, a la gran mayoría, nos resulta más cómodo el vivir nuestra vida, y practicar, y hacer practicar esa máxima del que quiera peces, que se moje ... el trasero.Y no nos preocupan imágenes como las de hace dos días en el Congreso de los diputados, todo un Señor Presidente del Gobierno, un Mariano Rajoy aparentemente más tóxico que nunca, haciendo una variante de advertencia de "tirar de la manta", y como católico practicante que es él (y representante de un gobierno que sigue condecorando a La Virgen) substituyendo la manta y el querer ver de más en un tiempo pasa do (que por ser pasado, parece que hay que perdonar todo), por una imagen tan bíblica como la mujer de Lot haciendo caso omiso a la prohibición de "no mirar para atrás", y convirtiéndose en estatua de sal.
El Señor Rivera, como representante de "Ciudadanos" se quedaba estupefacto, y más cuando Rajoy le sugería además que como no se aclaraban los términos en el acuerdo que ambos habían firmado en su día, el problema de la corrupción, y especialmente la investigación de la Caja B del Partido Popular, se podían estudiar en el Senado, donde "los populares" son mayoría. El líder de Ciudadanos sólo acertó a hacer el ademán de "caradura".Este vecino del mundo se sintió más que ofendido ante esa partida de ajedrez más que amañada, y no le quedó ninguna duda, de que la única manera de acabar con la sinvergonzonería en la política nacional , es que todos dejemos de hacernos selfies con la mejor de nuestras sonrisas en nuestra zona de confort, y les digamos que hasta aquí hemos llegado, y que los globos sonda que mandan de vez en cuando a modo de sugerencia tanteando al personal, se los pueden meter también en el mismo sitio donde guardan esos principios de quita y pon.
Por cierto, y ya antes de terminar, habría que recordarle al Señor Rajoy, Don Mariano, en esa religiosidad que, como el Señor Aznar con el catalán, debe practicar en su intimidad, que si compara a los suyos, y de paso a la totalidad de los políticos españoles (por aquello de mal de muchos ..., epidemOia) con la familia de Lot, convendría recordarle que huían de Sodoma, con lo cual no es buen comienzo para, a modo de Ave Fénix, renacer de sus cenizas...*FOTO: DE LA RED