Estaba dispuesta a leerlo en inglés, pero poco después de descubrirlo por casualidad en Twitter, Nube de Tinta anunció que lo traería a este lado del charco, y decidí esperar su traducción. Por suerte, Bajo la misma estrella, de John Green, ha merecido más que la pena.
Hazel Grace tiene diecisiete años, y tiene cáncer. Lleva batallando mucho tiempo contra él y parece que, de momento, gracias a un medicamento más que milagroso y a una fuerza de voluntad increíble, ella gana la batalla. Es toda una jabata. Augustus Waters también lo es. Ambos se conocen en el grupo de apoyo de jóvenes con esta enfermedad y a partir de entonces se hacen inseparables: se entienden a la perfección, en especial porque ambos saben lo que es estar a medio camino entre la vida y la muerte. Juntos harán frente a un cáncer que quiere llevárselos consigo, y lo harán de la mano sacando fuerzas aunque también hay inevitables lágrimas, y algo más que ironía.
Bajo la misma estrella es un retrato realista del cáncer, a pesar de todo, porque ese medicamento milagroso, aunque no existe (ojalá fuese así, como el mismo autor expresa) es pura esperanza. Pero este es un libro que también habla de escritores, de libros y, en definitiva, de personajes de esos especiales que te hacen querer ser de papel.
Y es que es una novela dura, pero la mar de tierna, llena de esperanza, que logra emocionar al lector (lloré, y de qué forma) y hacerlo reflexionar sobre lo imprevisible que puede ser la vida y también la muerte. Es un libro precioso, es de esos que te cogen un pellizquito en el corazón y se quedan ahí, contigo, hasta el final, como Hazel, como Augustus, como pocos.