A todo esto, creo que, para colmo, tengo (casi) todos los otros libros del autor... espero que me gusten más que éste o no quiero pensar en la cantidad de dinero tirado...
Argumento
Hazel Grace Lancaster fue diagnosticada con cáncer de tiroides fase IV que se le expandió a los pulmones, sin embargo, a base de un medicamento experimental llamado Phalanxifor logró detener su avance. Lleva un tiempo en una situación estable aunque, a pesar de ello, no deja de considerarse una enferma terminal.Para no estar encerrada en casa, es obligada por sus padres a asistir a un grupo de apoyo para jóvenes que padecen algún tipo de cáncer. Un grupo cuyos miembros suelen cambiar cada poco tiempo. Isaac, un chico con un extraño cáncer de ojos que se ha quedado tuerto, acaba trayendo a su amigo Augustus Waters; un joven de dieciocho años que perdió su pierna derecha debido a un osteosarcoma. En su caso, el cáncer está en remisión desde hace un año y medio.
Augustus se fija en Hazel enseguida y ésta lo convence de leer Un dolor imperial, su libro favorito, la única novela de Peter Van Houten, un excéntrico norteamericano que reside en Ámsterdam y ni da conferencias ni responde las cartas de sus admiradores. Al finalizar su lectura, Gus queda impactado por el abrupto final del libro, en medio de una oración, dejando al lector repleto de dudas. Intrigado por saber qué sucede con los personajes al acabar la historia, consigue la dirección de correo electrónico de la asistente del escritor, Lidewij Vliegenthart, y junto con Hazel le escriben cartas. Él les responde que no les dirá que ocurre después del final a no ser que se vean en persona, por lo que los invita a viajar a Ámsterdam.
Reseña
Para empezar, quería comentar que tenía una idea equivocada del argumento antes de iniciar la lectura. Por eso he puesto un argumento algo más extenso de la media, para que quien no se haya leído el libro no se equivoque como yo. Creía que la cosa iba a ser algo más en plan locura juvenil, que ambos se escapaban o similar... pero no. La trama va por un camino terriblemente predecible.Por otro lado, entrando ya en el meollo del asunto, lamento decir que me ha dejado muy, pero que muy fría. No me ha emocionado como se suponía que haría. Apenas se me han saltado un par de lágrimas y únicamente en momentos que creo que no eran los que quería el autor. Y creo que si un libro de adolescentes con cáncer me ha dejado tan... igual es porque algo no está bien. Quizás es el libro o quizás soy yo. No lo sé, pero ya falla en el punto más importante que una novela de este tipo tiene que tener: emoción.
Intentando buscar un motivo que lo explique, lo que se me viene a la mente son dos causas. La primera sería cierta pedantería que le percibo a toda la historia y, en especial, a sus personajes, sobre todo a Gus: un chico guapo, inteligente, amable, generoso y fuerte. La falta de una pierna no es un defecto ante tanta perfección. Entre él y el autor percibo esa necesidad de satisfacer el ego queriendo dejar huella: el personaje no quiere ser olvidado y el autor busca crear una obra tan superlativa por la que le recuerden hasta el final de los días.
La otra causa, en parte relacionada con lo anterior, es que se pasan de "intensitos". Frases y diálogos demasiado rebuscados para, recordemos, adolescentes. Por mucho cáncer que tengan, no se convierten de la noche a la mañana en poetas u oradores de primer nivel. Bastante tienen con la enfermedad como para hacer cosas y hablar llenándolo todo de metáforas absurdas (como que Gus se ponga cigarros en la boca sin encenderlos porque """METÁFORA"""... que además es un gesto que repite mil veces frente a una chica con cáncer de pulmón). Por no hablar que el humor negro que usan entre ellos está muy bien para sobrellevar los golpes de la enfermedad, pero hay momentos que, sencillamente, no, como cuando montan un "pre-funeral" para uno de los personajes que entra en fase terminal. Me pareció una "sobrada" impresionante.Creo que, por comparación, puedo explicarme mejor. En La chica del lago, la trama también era muy dura, con un protagonista con cáncer, pero se buscaba un mensaje esperanzador. Aquí hay un cúmulo de reflexiones pedantes sobre la huella que dejamos que me ha resultado muy vacía de significado. En aquella, evita caer en el morbo de lo peor de la enfermedad, aquí llega a entrar de lleno hablando de tubos, cicatrices, vómitos y demás. Me parece innecesario, detalles escabrosos y duros por el realismo. Aún así, tampoco lo veo mal, ha querido ser más "crudo" aunque me temo que el resultado no lo compensa.Detalle menor (o no tanto) que me mosqueó mucho al principio del libro: cuando Hazel conoce a Gus y éste no para de mirarla piensa: "Si un chico que no está bueno te mira de arriba a abajo, en el mejor de los casos te sientes incómoda, y el peor te sientes agredida. Pero un chico que está bueno... en fin". Sinceramente, esta superficialidad que desprende la protagonista me parece un pensamiento terriblemente misógino cortesía del autor. Y más cuando luego vuelve a dejar entrever una superficialidad similar en Mónica, la novia de Isaac que pasa a ser ex porque no soporta SPOILER que él vaya a perder el otro ojo quedando ciego del todo FIN DE SPOILER. La chica no se merece una simple línea de diálogo para justificarse, así que: "Joder, qué superficiales son las chicas ¿no?". Cositas menores que pasan desapercibidas pero, al menos a mí, me mosquean mucho.Con todo, como decía al principio, no me ha parecido un libro para quemar y entiendo que tuviese su fama tan positiva (aunque bastante exagerada desde mi punto de vista una vez leído). Tiene algunos buenos momentos, a pesar de su pedantería crea algunas frases bonitas y la reflexión de la muerte y lo que dejamos después, que desprende todo el libro, lo hace pasable. Pero como no he podido empatizar con los personajes, ni el tono deprimente (por mucho humor negro que meta) ha conseguido emocionarme... pues eso, que el libro me ha dejado helada. Me ha parecido que quería forzar un melodrama intenso y de tanto que lo ha intentado, ha conseguido el efecto contrario.
Lo peor de todo, y por lo que al final me niego a darle un aprobado, es que el tema cáncer, como tal, no pasa de ser una excusa, un trasfondo, para otro romance-flechazo adolescente. Y no deja de parecerme casi un desprecio para jóvenes que padecen la enfermedad pues usa la gravedad de ésta para manipular y asegurarse lágrimas suficientes que siempre implican que estamos ante un buen libro ¿o no?