De este libro había leído fantásticas reseñas y lo tenía en cola esperando su turno, así que cuando Nina propuso una lectura conjunta allá por agosto, ni me lo pensé. Lo devoré en un par de días, en los que no tuve mucho tiempo para leer, pero no es muy largo (304 páginas) y es muy ameno y adictivo, así que cuando lo cogía, avanzaba mucho.
Me ha sorprendido mucho el argumento, ¿por qué? Pues porque a pesar de haber leído reseñas, no recordaba absolutamente nada sobre el libro, sólo lo entusiastas que habían sido, y me ha gustado ir descubriendo de qué iba según avanzaba las páginas.
Está narrado en primera persona del pasado por Hazel Grace, una adolescente brillante y con un humor estupendo. Es con ella con la que vamos descubriendo su mundo, a sus padres, a sus amigos... Incluso a un escritor muy especial y con un carácter... peculiar. Los personajes son lo segundo mejor de la novela, porque lo mejor es la narración de Hazel, su forma de pensar, muy profunda, pero sin ser cargante, y cómo se relaciona con su entorno.
Quizá la única pega que le pueda poner es que me ha sabido a poco. Cuando llegué al final, volví para atrás y avancé porque no me creía que no me quedase más, así que leí las últimas dos frases varias veces, intentando asimilarlo.
Como veis, estoy intentando no hablar del argumento porque, si os apuntáis este libro por mi reseña, me gustaría que fueseis descubriendo poco a poco de lo que va y que os sorprenda tanto como a mí. Os aseguro que merece mucho la pena.
Es un libro fresco, divertido, profundo, dramático, un libro que sorprende y encandila, que te abraza para luego soltarte y pegarte una bofetada. Una de las mejores lecturas del año.
Podéis leer la reseña que hizo Arizu en este enlace.
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