Bajo la misma estrella de John Green
Nube de tinta · 300 · 9788415594017Goodreads · BookDepositoryEmotiva, irónica y afilada. Una novela teñida de humor y tragedia que habla de nuestra capacidad para soñar incluso en las circunstancias más difíciles.
A Hazel y a Gus les gustaría tener vidas más corrientes. Algunos dirían que no han nacido con estrella, que su mundo es injusto. Hazel y Gus son solo adolescentes, pero si algo les ha enseñado el cáncer que ambos padecen es que no hay tiempo para lamentaciones, porque, nos guste o no, solo existe el hoy y el ahora. Y por ello, con la intención de hacer
OPINIÓN
Quise hacerme con este libro hace bastante tiempo pero siempre hay que esperar un poco y calmar las ansias. Primeramente quiero decir que la portada es una delicia, sencilla y vistosa. Es muy fácil encontrar este libro en cualquier librería por lo conocidísimo que se ha vuelto.
Esta vez es un libro juvenil que nos cuenta la historia de Hazel Grace y Augustus Waters (Gus). Los dos padecen cáncer y cuando se conocen, en un grupo de personas que también sufren de cáncer ("el corazón de Jesús"), comienza nuestra aventura.
Son dos adolescentes corrientes a excepción de su enfermedad. Gus es un chico alegre de diecisiete años, conocido por sus sonrisas torcidas y el tono de voz capaz de derretir a sus interlocutores, parece curado de su osteosarcoma, lo cual le ha costado la amputación de una pierna. Y luego está Hazel, adicta a los realities y a la lectura, que debe permanecer con oxígeno las 24 horas del día para sobrevivir. Ella padece cáncer de tiroides que se ha extendido al pulmón.A pesar de no ser el marco perfecto para crear una historia de amor, John Green consigue esa historia. Un amor difícil de olvidar, una historia de sueños, de fracasos, pero sobre todo una historia con esa realidad que falta en muchos otros libros.Vemos cómo las vidas de nuestros protagonistas se van entrelazando y vamos conociendo más a estos jóvenes. La historia está narrada en primera persona por Hazel, nos acerca más a sus sentimientos, lo cual me encanta personalmente. El amor entre los dos va surgiendo y haciéndose más grande a medida que avanzamos. Es un amor sencillo, duro pero agradable, un amor adolescente en apariencia, pero ellos no tienen una adolescencia como tal.Quedan unidos por Un dolor imperial, un libro que ha fascinado a Hazel y que comparte con Gus. Desean saber el final de ese libro, ya que termina de forma peculiar. Gus decide gastar su "deseo" por enfermedad en ir a Amsterdam con Hazel y poder conocer al escritor de dicho libro para resolver sus dudas. Aunque no todo parece ir sobre ruedas en esa visita al escritor, los protagonistas viven experiencias inolvidables.Si leéis este libro seréis conocedores de los sentimientos que rodean un amor marcado por la muerte, porque sí, es un tema en la novela. Una muerte que acecha a los protagonistas día tras día. Los dos luchan por vivir, no desean la muerte, a pesar de saber que la tienen encima, quieren vivir lo que les queda de la mejor manera posible. Quieren estar juntos.John Green nos muestra un amor incomprendido por las personas que los rodean. Nadie puede entender a la perfección la situación de estos adolescentes. Pero entre ellos hay ese vínculo especial que hace que sean como dos piezas bien encajadas. A pesar de sus diferencias, saben comprenderse.Además el estilo del autor es muy sencillo, el libro está lleno de citas grandiosas que seguro que recordaremos mucho tiempo. Estoy segura de que debo leer más de este autor.Quiero mencionar también que hay otros personajes como Isaac, que os enternecerá su historia y que en general todos los personajes que se esconden entre esas páginas son magníficos.En definitiva, un libro triste y feliz a la vez. Lloraremos con las situaciones que pasan Hazel y Gus, reiremos con ellos... Es un libro que enseña a vivir, a amar. Una historia perfecta que merece una relectura en algún momento.-¿Puedo volver a verte? -me preguntó.Su voz sonó nerviosa, y me pareció entrañable.-Claro -le contesté sonriendo.-¿Mañana? -me preguntó.-Paciencia, saltamontes -le aconsejé-. No querrás parecer ansioso...-No, por eso he dicho mañana -me contestó-. Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana.Puse los ojos en blanco.-Lo digo en serio -añadió.-Ni siquiera me conoces -le dije.Cogí el libro del salpicadero.-¿Qué te parece si te llamo cuando lo haya leído? -le pregunté.-No tienes mi número de teléfono.-Tengo la firme sospecha de que lo has anotado en el libro.Sonrió de oreja a oreja.-Y luego dices que no nos conocemos...