«…El silencio era tan doloroso… El único sonido que ahora podía oír era el de su corazón latiéndole en las sienes, sus jadeos y una oración que no recordaba haber empezado a entonar. Se concentró en la plegaria para amortiguar el miedo que le agarrotaba los músculos e intentó pensar…»
Reseña escrita por Maudy Ventosa.
Cuando una novela comienza de manera tan impactante y dura como esta, sabes que ya no podrás parar de leer… Susana Rodríguez Lezaun acaba de publicar su última obra, Bajo la piel, con el sello HarperCollins.
Una persecución en la carretera; la muerte; la aparición de un bebé sano y limpio junto a una depuradora; la muerte de una madre… y un thriller intenso y rápido está en marcha…
Los personajes secundarios están bien definidos, con personalidad propia que no se anulan entre sí, sino que se complementan por lo distintos y contrapuestos que son muchas veces; y una protagonista muy especial, fuerte y vulnerable a la vez, aunque ella casi no lo admita. Rota y llena de heridas en el alma, que no deja que nadie perciba su dolor, su miedo, su frustración… ni siquiera cuando pasó lo de Héctor, su exmarido; ni siquiera cuando recuerda a su padre maltratador; rota porque sabe que la violencia y la maldad tienen muchas caras y pueden aparecer en cualquier sitio y en cualquier momento; rota porque no ignora que la muerte es parte de la vida. Se llama Marcela Pieldelobo y no está segura de que su madre escuchara el, te quiero mamá cuando la llamó para despedirse, momentos antes de morir… Dicen todos que tiene un mal carácter del demonio y que utiliza el alcohol para adormecer el dolor; los primeros Jägermeister los tomó con Fernando Ribas, luego vinieron muchos más, y cervezas, y vino… Luego creó un refugio para lamer sus heridas, el que considera su hogar, en un pueblo alejado y bello que se llama Zugarramurdi… un pueblo poblado de leyendas de brujas y aquelarres… Su casa es sólida, estable, segura. Lo contrario de su vida… Ha aprendido a no pedir nunca nada. Ha aprendido a apañárselas sola… Tiene tinta en su espalda que marca las raíces de un enorme árbol que se pierde en sus nalgas… ramas retorcidas que la recorren hasta abrazar su tórax… a ambos lados de la columna, dos cuervos ascendían a un cielo imaginario… una gruesa rama se extiende y crece hasta el vientre… y un corvato agazapado. El silencio y la paz llegan después del abrazo, pero como en otras ocasiones, se lo llevará el alba. Y muchas reflexiones. Odia la política y la falsedad, y no puede con las injusticias. Se aficionó a la lectura tras un castigo en Biescas, cuando se juró también que nunca estaría atada a un gotero… Sabe que ha tomado muchas decisiones erróneas, pero no va a admitirlo porque a la vida se la espera de cara, con los errores detrás, nunca delante… La inspectora es un personaje tan potente que todo el libro gira en torno a ella. Llena la novela por completo.
Denuncia una sociedad provinciana y una empresa en la que trabajan solo personas de bien, decentes, comprometidas, abnegadas, rectas… en la que las mujeres han sido educadas en buenas familias y buenos colegios. Sus mandamientos son la rectitud, la dedicación y el espíritu de excelencia; es la marca de la casa. Marcela descubre las mentiras, los engaños, y que el dinero y el estatus son más importantes que la familia, que los hijos. La cobardía envuelve la dignidad y la decencia. Incluso oculta el amor. Hay una sociedad en Pamplona que detenta el poder, maneja la economía, la ética y la moral… desde su posición privilegiada. La apariencia cuenta mucho y todos parecen impecables. Tú les das y ellos te dan… Es dramático constatar que las leyes no siempre buscan proteger al más débil, sino al que mejor paga. Es el despotismo de los que detentan el poder, de los que para mantener las apariencias son capaces de llegar incluso al asesinato. Hay que mantener el honor de la familia a toda costa.
“…Una boa constrictor muda de piel casi un centenar de veces a lo largo de sus veinte años de vida. Un ser humano quizá sólo cambie una vez, pero a partir de ese momento será irreconocible, se convertirá en otra persona, alguien a quien se podrá amar u odiar, pero que jamás será el mismo…”
El trabajo es terapéutico para acallar los fantasmas, para llenar la conciencia y los días, para dar sentido a la vida; pero es complicado soportar las injusticias y, sobre todo, no saltarse las normas cuando, tal vez, es lo más rápido para lograr objetivos. A pesar de saber que tus compañeros más cercanos buscan lo mismo que tú de manera distinta. ¿Para qué te hiciste policía?… Para aprender a ver. Para no volver a estar ciega ante el dolor de los inocentes, ante las injusticias… para que cada delito tuviera su respuesta y que cada víctima pudiera disfrutar de su momento de revancha… Se hizo policía por su madre.
Pieldelobo no habla de injustica, de reparar el daño, sino de revancha. Describe el maltrato familiar, no solo los golpes que huelen a sangre, sino los encierros que obligan a ocultar esa violencia que hace que las víctimas se convierten en mentirosas para ocultarlo; que la víctima calle avergonzada cuando la vergüenza no es suya…
Duelo, saltarse las reglas, maltrato, injusticias, caer y volver a resurgir más herida… Lo que nadie se pregunta es cuánto pesa la culpa…
Pero sí le gustó tener alma, saber que la tenía, o que la había tenido…
PERSONAJES.
- Marcela Pieldelobo estudió en la Academia de Ávila; es inspectora del Cuerpo Nacional de Policía, en Pamplona. Nació en Biescas (Huesca). Acaba de morir su madre. Lleva el dolor tatuado en su cuerpo. Es una mujer llena de dolor, caótica y que no duda en saltarse las reglas si lo considera necesario.
- Miguel Bonachera, subinspector. Es el compañero que más le ha durado. Tiene treinta y dos años. Dedica dos horas al gimnasio cada día. Mide alrededor de metro ochenta. Es ambicioso, pero legal; lee todo lo que cae en sus manos, incluso el Antiguo Testamento. Dice que es un estudioso de la muerte, de sus causas y sus ejecutores. Le atrae todo de su jefa, pero no habla de sus sentimientos.
- Damen Andueza, inspector de la Policía Foral. Es un hombre tranquilo y sosegado. Cerebral, pero no frío. Ayuda a las personas heridas por la vida por eso cambió Medicina por Psicología. Y luego se hizo policía foral. Le va la disciplina, la burocracia, las normas y las leyes.
- Antón Errea, vive en Zugarramurdi y jamás llama a la puerta de la casa que Marcela se ha comprado allí, siempre se materializa tras el ventanal. Tiene una discapacidad intelectual. Su madre es veterinaria y él adora los animales y se encarga de limpiar las hojas que deja el otoño en las calles del pueblo. Da abrazos rápidos. Es un niño transparente.
- Juan, es el hermano pequeño de Marcela. Ahora es más robusto que ella. Está casado con Paula y tienen tres hijos.
- Saúl Domínguez, alias la Reinona, es el inspector jefe de la Brigada Científica. Organiza su departamento con mano dura y mira a sus subordinados por encima del hombro. Un mal bicho de dos metros de altura, pero buen investigador, concienzudo e imaginativo; tenaz.
- César Andreu, comisario. Dice que hay charcos que no se deben pisar si no quieres llenarte de barro.
- Hector es el exmarido de la inspectora, alto y muy atractivo; con el pelo castaño y los ojos oscuros y con una sonrisa amplia y franca. Trabajaba como abogado en un bufete de prestigio.
- Javier Lozano, estudió Económicas en la Facultad de Navarra; es gerente de AS Corporación. Ronda los cuarenta y va perfectamente trajeado y sus zapatos brillan siempre; lleva gemelos y luce un anillo enorme de sello. Ostenta riqueza y poderío. Está muy bien relacionado.
- Victoria García de Eunate, trabaja en AS Corporación; es una alta ejecutiva. Soltera. Vive en una urbanización de lujo. Siempre fue cariñosa, aplicada, inteligente… de la noche a la mañana parece que dejó de ser un modelo de virtud…
- Ana, la otra hermana, siempre fue díscola e independiente. Y desordenada.
- Ignacio García de Eunate está un peldaño por debajo de Aguirre… Es el padre de Victoria.
- María Eugenia Goyeneche, la madre de Victoria. Melena rubia, rostro bronceado, labios y pómulos falsos; muchas perlas, cuello, orejas, muñecas… viste como una primera dama norteamericana.
- Pablo Aguirre, licenciado, varios idiomas, y un lince en los negocios. Listo y con muy buenos contactos. Apasionado de los coches y la velocidad. Supernumerario del Opus. Uno de los bastiones de la Obra. Fundador, presidente y máximo accionista de un consorcio de empresas.
- Rosa Urrutia, la mujer de Pablo, tiene los pómulos altos y los ojos verdes y almendrados le dan un aire felino y exótico. El orgullo es su mayor pecado. Fría y calculadora.
- Alejandro Aguirre, el hijo, que se parece mucho al padre, pero con el carácter y la determinación de la madre.
Y Azti, un perro tan negro que parece que lleva una capa; y Saray que tiene un padre y una vida chunga; y Aitana, que diseña páginas web; y Javier Arellano, un periodista serio; y la madre que está siempre presente en el corazón, aunque ya no esté; y el padre, Ricardo Pieldelobo, que está presente sin estar en el corazón… y muchos más que tendrás que descubrir.
Sinopsis de la editorial.
Un thriller trepidante que nos presenta a una inspectora muy poco convencional capaz de enfrentarse al mal enmascarado en las más dignas instancias de nuestra sociedad.
No es fácil tratar con Marcela Pieldelobo. Nacida en Biescas, un pequeño pueblo del Pirineo aragonés, es desde hace una década inspectora del Cuerpo Nacional de Policía en Pamplona. Una mujer excesiva en sus costumbres y afectos, y también en el original tatuaje que se enrosca en su cuerpo y que apenas nadie conoce. Está convencida de que las órdenes son susceptibles de interpretación, que hay cosas que es necesario guardarse para uno mismo y que las puertas cerradas pueden dejar de estarlo si se sabe cómo abrirlas. Aunque no tengas una orden judicial.
Ahora el pasado, en forma de un padre maltratador que reaparece tras la muerte de su madre, llama con furia a su puerta, pero Marcela tiene cosas más urgentes que atender, como el caso de un bebé abandonado en un aparcamiento solitario y un coche de alquiler siniestrado sin rastro del conductor, pero con manchas de sangre y huellas de rodadas… Cuando las pistas conducen a una conocida empresa propiedad de una de las más tradicionales e influyentes familias locales, sus superiores deciden apartarla del caso… Pero Marcela, fiel a sus principios y a su instinto, insiste en ir más allá, aún a costa, ahora, de su propia vida.
La autora:
Susana Rodríguez Lezaun (Pamplona, 1967) es periodista, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco. Ha trabajado en varios medios de comunicación a lo largo de su carrera hasta que, en 2015, publicó su primera y exitosísima novela, “Sin retorno”, un thriller ambientado en Navarra al que siguieron “Deudas del frío” (2017) y “Te veré esta noche” (2018). Con su siguiente novela, “Una bala con mi nombre”, esta vez ambientada en de Boston y publicada por Harper Collins, ha seguido cosechando un gran reconocimiento de crítica y lectores.
El libro:
Bajo la piel ha sido publicado por la Editorial HarperCollins en su Colección Suspense / Thriller. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 448 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo el vídeo de la presentación de ‘Bajo la piel’, de Susana Rodríguez Lezaun, en Pamplona 18/02/2021.
Para saber más:
http://susanarodriguezlezaun.com/
https://www.facebook.com/SusanaRodriguezLezaun.Oficial/