Las historias de superación personal son una constante en los “shonen” (chicos en japonés y utilizado a “cómic para chicos”), por tanto resulta extraño pensar que hasta “Bakuman” no existiese una historia de dos aspirantes a mangakas y su evolución dentro del mundillo. Gracias a la recomendación de un amigo, me puse con el anime y me engancho tanto que quise enganchar con el manga, pero empezando desde el principio.
Masahiro es un estudiante de secundaria que no tiene claro a que quiere dedicarse y esta enamorado de Azuki una chica de su clase, pero nunca se ha atrevido a hablar con ella y solo mirarla ya le intimida. Desde pequeño es aficionado al manga y desarrollo una habilidad para el dibujo, que solo emplea en retratar a Azuki cuando están en clases.
Uno de estos dibujos, cae en manos de Takagi, el estudiante más destacado de la clase, que se sienta en la última fila y se queda examinando a todos sus compañeros. Takagi le propone que formen dúo creativo y realicen un manga juntos.
Con esta premisa y una romántica que no quiero desvelar, vamos descubriendo junto a los dos protagonistas el mundo del manga, tanto a nivel creativo como a nivel editorial, el proceso que tienen que llevar desde que tienen una idea hasta plasmarlo en historias y la serialización de las mismas. Todo ello mezclado con elementos románticos y de cotidianidad de la vida estudiantil japonesa, con continuas referencias a las obras más populares del manga como “Dragon Ball” o “One Piece”.
La versión animada cuenta con veinticinco capítulos hasta la fecha que abarca los cuatro primeros tomos, y adapta con una fidelidad asombrosa tanto grafica como narrativa, añadiendo algún elemento al manga que puede incorporar gracias a la perspectiva, sin romper con el original.
En cuanto al manga, es denso, puesto que cada capitulo corto (de unas veinte paginas) se tarda mas en leer que un cómic americano, cuando suele ser al revés y por ello los tomos dan mucho de si, además de contar con un ajustado precio. La edición española, lleva seis tomos estando el séptimo planificado para octubre, y viene de la mano de Norma, incorporando un glosario de términos del mundillo y de Japón al final de cada tomo, muy útil. Sin poder comparar con el original, creo que la edición esta muy bien y al tener detrás a Marc Bernabé tienes la seguridad de que es directamente del japonés y no del ingles, por tanto se pierde menos, pero a pesar de ello se adaptan expresiones coloquiales al español, que a mi juicio queda un poco superficial.
En fin, que a los amantes del manga, les recomiendo esta obra, sin olvidar que esta realizada por los autores de “Death Note”: Tsugumi Ohba al guión y Takeshi Obata al dibujo.