Situado dentro del hotel más lujoso del mundo, en la planta más inferior y al nivel de las nuevas piscinas y terraza descubierta ganada al mar, encontramos este pequeño restaurante de no más de 100 comensales, con unas vistas muy bonitas hacia las piscinas y el mar. Es la mejor manera de acceder a este hotel mediante una reserva no demasiado cara. En los viernes a mediodia tienen un buffet pequeño pero bien gestionado con productos de calidad para hacer una buena comida, pero sin ser pretencioso y ni mucho menos lujoso. Los platos más recomendables, los hechos en el horno en el momento, la sopa Laksa, y la variada tabla de quesos que tienen, en los postres, los helados artesanales e frutas.
La comida la hacían casi toda sobre la marcha delante de los clientes, para comer de tapas y algunos buenos platos principales, pero nada absolutamente increíble. El precio de buffet de viernes sin incluir bebidas es de 375 por persona. El buffet no da acceso al uso de las piscinas ni la terraza.
El código de vestimenta es smart casual, y te lo avisan por teléfono, aunque luego al llegar y ver en la entrada autobuses de turistas chinos para comprar en las joyerías del hotel, y al ver como visten algunos de ellos, así como algunos clientes del hotel, uno se lleva una ligera decepción.
En mi opinión, es un lugar mucho mejor para ir a comer de buffet que para hacer una cena romántica, para eso están mejor los restaurantes de plantas superiores, pero también con precios muy superiores.
El dato: Tienen cerveza sin alcohol.