No la la he visto.
Escribo este post porque me apetece romper una lanza a favor de Álex de la Iglesia, un tío que ahora se lleva pedradas por estar dirigiendo la Academia, pero que es uno de los directores más valientes que ha dado el cine español en los últimos diez años. A mí hay películas suyas que no me gustan (Perdita, Crimen Ferpecto, Muertos de Risa, 800 balas), pero el riesgo convella problemas como éste: que no funcione la locura que tienes en la cabeza. Por otro lado, aun en las pelis que no le han funcionado, siempre ha mostrado algo, algo distinto (magistral plano-secuencia en los Crímenes de Óxford; si lo hubiera hecho Hitchcock saldría en los libros de historia). Para mí el cine de Álex de la Iglesia, aun con sus errores, se recordará como algo más personal personal que el de aquellos que juegan a ser autores, sin tener talento para serlo...
Iré a ver Balada triste de Trompeta.