Echo la mirada atrás y me veo a mí, habiendo realizado mi primer pinito como ponente en un congreso, muy ilusionada por lo que había conseguido los últimos meses del 2010. Sin embargo, el año no empezó tan bien como habría esperado, sobre todo viendo lo bien que había acabado el 2010. Pero, como soy muy cabezota, me centré en el trabajo para intentar olvidarme del tropiezo de principios de año, y es que el esfuerzo realizado el año anterior en la casa de apuestas dio sus frutos, y volvieron a llamarme para ayudarles una vez más. Estuve con ellos unas cuantas semanas, tiempo que me venía de perlas para aprovechar la experiencia mientras llegaba la época buena de la traducción de videojuegos... Ya sabéis: trabajad siempre como si os fuera la vida en ello, y demostrad que sois buenos profesionales y se puede confiar en vosotros, porque nunca se sabe cuándo os podrán volver a llamar. En medio de la alegría por tener el mes de enero entretenido, fue a mediados de enero cuando me dijeron que estaba admitida para hacer una presentación en otro congreso: el Media4All en Londres, a finales de junio.
No sé si a vosotros también os pasó, pero parecía que la parte de traducción no acababa de despegar, como si, de pronto, las agencias de traducción se las hubiese tragado la tierra. Aproveché para realizar la otra parte de nuestro mundillo que es también importante: el networking. En abril, aprovechando que Xosé Castro impartía un taller sobre Word en Valencia, organizado por Asetrad (quienes también habían organizado una charla para el día siguiente), y que, además, tenía muchas ganas de ver a mi amiga Vanessa, me tiré de cabeza a la piscina (a pesar de no tener casi ni un duro) y para Valencia que me fui. La experiencia fue increíble (Iy II), no solo porque aproveché para meter a Vanessa en este mundo de congresos, tuiteros y blogueros, sino porque yo pude desvirtualizar a más gente, como Manuel Saavedra, Jordi Balcells, Irene Sánchez, Ana Rubio y, por supuesto, a Xosé Castro, que fue un referente en las dos asignaturas de Traducción Audiovisual que hice y a quien tenía unas ganas locas de conocer, para ver si era de verdad, claro. Sí, lo era, y era tan majo como me habían contado. Además, con el paquete venía también conocer a otra gente genial como Judit Samblás, Gemma Sanza, Marta Ortells o Núria Sanmartí.
Volví a casa con las pilas cargadas. Muy cargadas. Pero las traducciones seguían sin arrancar. Bueno, no pasa nada, aprovechemos para hacer otras cosas, como el artículo sobre localización, testeo y calidad que estaba preparando para publicar. Además, tenía que operarme del oído (una larga historia) y, poco después, recibí una muy mala noticia sobre alguien querido. Ya lo dice Murphy, si algo puede ir mal, irá. Pero lo bueno de eso es que, a partir de entonces, una vez que has tocado fondo, solo puedes subir. Y así fue. Llegó el Media4All, una experiencia increíble y que aconsejo a todo el mundo (más información aquí, aquíy aquí). Allí conseguí desvirtualizar a tres gurús de la traducción audiovisual(y sí, también son de verdad y los puedes tocar, ¡y se dejan hacer fotos y todo!): Jorge Díaz Cintas, Miguel Bernal y Frederic Chaume. ¡Guau! Me sentí como una quinceañera cuando Justin Bieber accede a hacerse una foto con ella, solo que sin los grititos histéricos.
Por supuesto, Murphy ha estado pisándome los talones todo el año, y en estos tres días que me quería tomar para mí, fue justo cuando llegaron los proyectos interesantes. El primero fue un videojuego para varias plataformas de un personaje de Cartoon Network (en cuanto pueda, os digo el nombre). Después, llegó la hora de un MMORPG sobre la Edad Media, proyecto harto interesante (el más grande que he hecho hasta ahora), pero que me volvió loca con la búsqueda de armas y aparatejos para matar y castigar a los malos (los tuiteros, sabréis de qué os hablo). Aún sin haber acabado el segundo proyecto, me tocó mudarme de piso, para luego irme de «vacaciones» (ya sabéis que los traductores nunca se pueden ir de vacaciones), regresar a Londres, tener a mi familia invitada en mi casa... ¡Bendito verano!
No, no os vayáis aún, que el verano no fue solo eso, no. El verano también fue el momento de mi primer artículo publicado. También iniciamos proyectos nuevos, como la Revista Traditori que hace nada salió publicada, y de la que hablaré muy pronto (aquí, aquí, aquí, aquíy aquípodéis tomar un aperitivo) o un proyecto junto a Pablo y Elizabethque Johanna Angulo ha organizado, y del que espero poder explicaros todo muy pronto. Sí, lo sé, demasiado misterio, pero no quiero anticipar acontecimientos sin tener los cabos bien atados. ¿Qué más? Ah, sí. En septiembre me llamó un antiguo compañero de curro para que participase en la creación de un videojuego para aprender español, y así comenzó mi otoño.
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Entre el videojuego, preparar temario para el proyecto con Johanna, acabar mi segundo artículo y hacer las traducciones que me llegaban, apenas me di cuenta de que ya estábamos en noviembre. Y como mi vida no era lo suficiente emocionante (yeah, right!), la universidad en la que estudié me llamó para que fuese a dar una charla sobre movilidad estudiantil en diciembre. Un mes antes, los tuiteros (además de Maya, la presidenta de APTIC) se pasaron dos semanas intentándome convencer para que fuese a Barcelona a la charla sobre blogs que APTIC organizaba. No me pude negar. No me pude negar. Si es que, me sueltan las palabras fiesta, traductores, desvirtualización (Carolina, Aida, Iris, Maya, Clara, Mar, Verónica, José Luis, José Manuel, Laia, Miriam, Manuel y Lidia... ¿Me dejo a alguien?)... Y allá que me fui. Otro acontecimiento para no olvidar.Para poner la guinda al pastel, el año acabó con dos proposiciones (¿indecentes?). En la primera de ellas, Alejandro, el autor de Mox’s Blog, me pedía permiso (¿?) para publicar una tira cómica en el libro que iba a publicar, ya que se había inspirado en una idea que yo le había dado. Imaginaos mi cara... Tal cual personaje manga con la boca abierta hasta el suelo. En la segunda (proposición, claro está), me pedían formar parte del profesorado de un nuevo curso que Educación Digital ha organizado y que empezará a finales de enero. Esta vez, además de la boca abierta, me restregué los ojos un par de veces, porque no me creía lo que veía.
Por último, ya en el último empujón del fin de año, tuve la suerte de poder colaborar para un proyecto que promete con otros colegas tuiteros como Manuel, Ander y Jennifer, además de Miguel Ángel (al que no conocía y que, creo, no sigo en Twitter) para la mejor agencia española que conozco hasta el momento (Kobalt Languages), y bajo los hilos de dos gestores de proyectos que nos lo pusieron facilísimo todo: Ricard y Ana
Un buen comienzo de año. Espero que sea el principio de un año aún mejor. Como veis, no hay mal que por bien no venga pero, sobre todo, hay que saber aprovechar esos momentos bajos o malos, para coger carrerilla y subir la montaña con todas tus fuerzas. Por ello, un consejo: ¡no hay que rendirse nunca!
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¡Que tengáis todos el mejor 2012!
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PD: Me he dado cuenta de que me he dejado nombres de desvirtualizados, así que, los he añadido ahora. Porque ellos lo valen. J