Revista Cine
Ya se acerca la navidad. Los pastorcillos se dirigen a adorar al niño, los reyes magos persiguen una estrella, los peces beben en el agua, los familiares se refugian del frío alrededor de una mesa con comida... ¡y los miembros del Quesito Rosa se van de vacaciones! Antes de partir, hemos hecho los deberes en forma de listas con lo mejor y lo más decepcionante del año a nivel cinematográfico. Cabe decir que este ha sido el primer año en que los tres miembros de la página estaban de acuerdo en la elección del número uno en cuanto a lo mejor. Pero todo lo demás han sido discusiones, riñas, descalificaciones, enfrentamientos, insultos, empujones, dedos en los ojos, menosprecios, escupitajos y lanzamientos de objetos variados, hasta lograr llegar a confeccionar las dos listas que les ofrecemos. Y todo esto para que ustedes también puedan decir la suya que, al fin y al cabo, es de lo que se trata. Así pues opinen, mientras sus humildes servidores se toman unos relajantes días de descanso, refugiados en un ostentoso y alejado spa donde todas las piscinas del recinto han sido debidamente llenadas con diferentes tipos de alcohol. Si pasadas las fiestas todavía conservamos alguna neurona activa volveremos a la carga.
Nos leemos!
Las 10 películas más destacadas del año:
10. X-men: Primera generación: Cine de espías y superhéroes de alto calibre, con una buena ambientación, personajes carismáticos, un guión inteligente, el reparto adecuado y la capacidad de integrar correctamente lo que ya funcionó en las dos primeras entregas de Bryan Singer. Matthew Vaughn lleva a cabo su aproximación al género combinando espectacularidad, aventura y humor, y narrándonos los avatares de la relación entre dos personajes que llenan de química la pantalla: Xavier y Erik.
9. I'm still here: Una vez superé el hecho de saber de antemano que estamos ante un falso documental (por mucho que en su momento nos quisieran hacer creer que la cosa iba en serio) terminé rendido a este profundo descenso a los infiernos del hombre/artista/gilipollas integral que es la cinta. La película resulta ser una continuada caída en picado de su personaje principal, Joaquin Fenix (que construye su mejor personaje hasta el momento interpretándose a sí mismo), llena de momentos hilarantes y con alguna escena que quedará grabada en la retina del espectador. Nada de lo que ocurre en el film es real y, a pesar de eso, solo con el simple hecho de que a sus responsables se les haya podido pasar por la cabeza su realización ya merece su entrada en la lista.
8. Super 8: Sin duda estamos ante el que ha sido el blockbuster del año. La peli es puro disfrute y no solo logra enganchar al espectador con las aventuras protagonizadas por un grupo de adolescentes montados en sus bicicletas; además, consigue trasladarlo hasta la mismísima década de los ‘80 con una trama a medio camino entre el humor, el suspense y la ciencia ficción, de la manos de un J.J. Abrams más Spielberg que nunca y una concepción de hacer cine que, lamentablemente, parece haber caído en desuso. Una película-homenaje que es puro entretenimiento.
7. Another Year: Mike Leigh ya ha demostrado con creces que es un portento en cuanto a saber mostrar de forma natural las cualidades más humanas de las personas, tanto las buenas como las malas, y en su último trabajo no ha perdido la ocasión. Aunque durante los minutos iniciales parezca dar la sensación de que la película únicamente es correcta, sin motivar demasiado, Leigh siempre tiene esa habilidad para obtener lo mejor de sus actores e ir introduciendo escenas cargadas de sentimiento que se quedarán en la retina del espectador. Pero lo que hace totalmente diferente a este film es la evolución de un personaje femenino que irá cogiendo terreno durante el desarrollo de la historia y que resultará ser inolvidable.
6. Piraña 3D: La película gira en torno a dos conceptos: peces y pezones. Y lo hace de manera lúdica, con mucho vicio, sangre y diversión. La cinta nos cuenta como el lago Victoria cae presa de una doble plaga: por un lado tenemos a los peces prehistóricos y por otro a las chicas en bikini. Alexandre Aja carga las tintas y nos trae la mejor felonía cinematográfica que puedo recordar des de Planet Terror. Estamos ante una obra tan descerebrada como entretenida. Como se suele decir: “con la mujer y el pescado, mucho cuidado”.
5. El niño de la bicicleta: Los hermanos Dardenne han vuelto con otro drama social impactante y muy bien resuelto, aunque mucho menos austero de los que nos tenían acostumbrados debido a que el seguimiento al que suelen hacer a los personajes esta vez no es tan atosigante (como ocurría en El hijo, de 2002). Por eso se ha dicho que quizás sea su película más accesible. Igualmente, siguen con la cámara en mano pero es obvio que han dejado mucho más espacio entre ellos y los actores, y también han utilizado por primera vez algo de música, aunque únicamente en situaciones contadas para resaltar acertadamente algún momento importante en el que se encuentra el joven protagonista.
4. La piel que habito: Almodóvar, lejos de acomodarse en su privilegiada posición dentro de la industria, vuelve con una película rara, bella, kisch, extrema, grotesca, salvaje, delirante, enfermiza y fascinante a partes iguales. Un rompecabezas cuyas piezas parecen no acabar de encajar en ningún momento hasta que, de repente, todas ellas deciden ordenarse a la vez para mostrar el global de una historia que no deja de ser una ida de olla de las que hacen época, pero que demuestra poseer una encomiable capacidad para fascinar y trascender.
3. 13 assassins: Takeshi Miike conjura modernidad y clasicismo con este remake de una película de los años 60’s que retrata el Japón feudal. Al principio presenciamos un par de rituales de suicidio que sorprenden por la prudencia con que están filmados, porque Miike opta por dejar fuera de encuadre la parte más sangrienta de dichas escenas, lo que desconcierta viniendo de un realizador que se ha ganado el adjetivo de polémico a pulso. Pero tranquilos, los fans del Miike más canalla también están de enhorabuena, porque 13 Assassins es lo más parecido a un “masaje con final feliz”. Todo este autocontrol y moderación del que hablábamos se salda con una media hora final en que los 13 protagonistas del título se enfrentan a un ejército de 300 soldados, y donde la sangre brota a mansalva y las calles se llenan de cuerpos cercenados. Lo mejor de todo es que Miike realiza el hiperbólico clímax sin que el conjunto se resienta por ello.
2. Melancolía: Después de dejar exhaustos a gran parte de crítica y público con Anticristo (2009), película inclasificable que fue fruto de una depresión de caballo, Lars Von Trier nos sorprende muy gratamente con su última película, que recientemente ha sido la ganadora en los Premios del Cine Europeo. Y es que su acierto más grande ha sido apostar por una historia cargada de tensión y desasosiego, con una sensación de misterio muy bien llevada, logrando de esta manera que el espectador se interese por las dos partes en que está dividida la película.
1. Cisne negro: Salí del cine en Febrero sabiendo que acababa de presenciar la que sería la mejor película de este 2011, un thriller psicológico y onírico con la capacidad de perturbar al espectador. Poseedor de una trama asfixiante, repleto de imágenes que se acaban por gravar en la conciencia de uno, y con la presencia de una quebradiza Natalie Portman, actriz que se muestra ante las cámaras dolorosamente vulnerable. Cisne negro es un cine sin ataduras, un cine en estado puro, y la indudable vencedora de este 2011.
Las 10 películas más decepcionantes del año:
10. Green Hornet: Cojamos los referentes: Michael Gondry, Seth Rogen, Bruce Lee y la mitiquísima serie de televisión de los años 60’s. Y luego echémosle un vistazo a este mediocre y hortera espectáculo cinematográfico. La serie de culto que comentábamos trata sobre cómo luchar elegantemente contra el mal, la cinta de Gondry va sobre hacer el idiota. Si quieres hacer una estupidísima comedia americana hazla, pero no mancilles con ella el legado de un carismático personaje, por el que ninguno de los participantes muestra algo de aprecio o simpatía.
9. Caperucita Roja (¿A quién tienes miedo?): La cosa se trataba de adaptar uno de los más universales clásicos infantiles, con la inclusión de un hombre lobo, otorgándole una fuerte ambientación oscura y gótica a la historia, con la colaboración de Amanda Seyfried, una de las estrellas jóvenes más prometedoras y Gary Oldman, un veterano que clava la mayor parte de sus actuaciones, más si cabe tratándose del malo de la función. ¿Qué podría salir mal? Pues menos que se incendiara el cine y muriéramos al instante todos los allí presentes, todo lo demás salió mal. Por desgracia, para cuando llegó el final, uno ya hacía rato que echaba de menos un buen fuego que arrasara con todo y evitara mayor sufrimiento.
8. La cosa: El remake de Carpenter del archiconocido clásico de principio de los 50’s no solo aportaba una facturación técnica muy superior al original, sino también una narrativa mucho más vibrante y aterradora. En ese caso el salto era cualificable y cuantificable, y por lo tanto cargado de sentido. Pero si nos centramos en el repetitivo trabajo de Heijningen nos damos cuenta que solo aporta dos cosas verdaderamente nuevas a la función: los efectos especiales generados por ordenador y Mary Elizabeth Winstead empuñando un lanza llamas. La última es de agradecer, pero el resto solo es como ver a un pollo que le han cortado la cabeza y sigue caminando sin saber que ya está muerto. Heijningen coge a su antecesora, y la mastica y escupe en forma de pulpa para multisalas. Una sinsabor destinado a una generación sin pasado cinematográfico, y lo que es más triste, con escaso presente.
7. HappyThankYouMorePlease: Se ve a la legua que las principales intenciones de Josh Radnor (protagonista de la serie Como conocí a vuestra madre) en su ópera prima eran caer simpático al espectador mezclando comedia y, a la vez, tocando temas cruciales de la vida, pero es que aporta tan poco y crea unos personajes tan flojos que el espectador lo único que desea es que se acabe la historia a la media hora de su metraje. Además, los problemas que plantea de tipos que se acercan a los 30 se han visto tantas veces que si encima no aporta nada nuevo, mejor hubiera sido no haberse planteado dirigir esta historia. Aunque sin duda alguna, lo peor de la película es la previsible relación de amistad entre su personaje y el niño al que encuentra perdido.
6. Winter's Bone: Si tenemos una historia para dirigir en la que la protagonista es una joven de 17 años que vive en una zona rural, que tiene que hacerse cargo de sus hermanos pequeños y de su madre que está enferma, y cuyo padre acaba de salir de la cárcel y se encuentra desaparecido, ya podemos frotarnos las manos que seguramente tendremos algún premio esperándonos en el Festival de Sundance o quizás nos nominen en los Oscars. Y es que parece ser que los dramones de aúpa y bien hechos dan sus frutos y si encima tienen a una joven actriz con temperamento y buenas dotes para la interpretación pues ya está todo. Pero, fuera bromas, esta película de cine independiente pretende tan descarademente que la historia sea tan cruda para su joven protagonista que al final a uno no le queda más remedio que reírse de algunos detalles bastante absurdos.
5. Cowboys & Aliens: A ver, no me ha quedado aún muy claras las intenciones iniciales de los creadores de este bodrio: por una parte tenemos cowboys y por otra aliens, entonces, ¿por qué no se ha hecho una comedia al uso?. Pero es que tampoco se ha hecho un western serio, aunque el inicio de la película tenga sus buenas intenciones para conseguirlo. O sea, que los mismos autores de esta historia no tenían muy claro qué les iba a salir. Pues yo se lo digo: un churro. Esta película es una mezcla de western con ciencia ficción y algo de comedia, pero los momentos cómicos son lo absurdo de algunas situaciones que pretenden ser serias, confirmando que el drama sobraba en un film cuyo título mostraba totalmente lo contrario.
4. Somewhere: Lamento ver a Sofía Coppola en esta lista, pero su repetición de métodos y formas empieza a oler demasiado y, sobretodo, a cansar y a perder eficacia con cada nuevo film. A mi Stephen Dorff es un tio que me cae bien, pero no por eso me tiene que apetecer, para nada, ver como se aburre, conduce su coche, se rasca los huevos, se fuma un cigarro, se tumba en la cama y juega a la play durante prácticamente una hora y media de metraje. Es de justicia reconocer que la película tiene algún buen momento y que la irrupción de la hija del protagonista representa una bocanada de aire fresco en la trama, pero no logra evitar que, una vez llegados al final, añoremos profundamente los anteriores trabajos de la directora.
3. Sucker Punch: Zack Snyder saca a relucir todos sus fetiches en esta peli que resulta ser todo un suma y sigue de géneros, ideas y referencias tan (a priori) atrayentes como (finalmente) vacías de contenidos e intenciones. Todo ello metido en una trama que no acaba de arrancar ni dirigirse a ningún lado a pesar de lo cual incluso se permite el lujo de aportar varios giros argumentales. Finalmente, el film, termina siendo un pastiche visualmente atrayente pero sin pies ni cabeza que resulta ser un entretenimiento erótico-festivo excesivamente poco entretenido, erótico y festivo.
2. El árbol de la vida: Esta sea quizás la película más controvertida del año debido a que su director Terrence Malick ha preferido realizar una amalgama de imágenes muy bien fotografiadas y montadas, con la pretenciosa intención de llegar a la sensibilidad de los espectadores, que centrarse en la historia central de la película. Pero no solo eso, al primer cuarto de hora de inicio introduce, porque sí, una larga secuencia que nos muestra algo parecido al origen del Universo. Pero lo más decepcionante es que, desde hace más de una década, la carrera de Malick va por este camino de perdición en el que se empeña más en profundizar en pensamientos existencialistas con muchísimas imágenes de la Naturaleza que en crear una buena historia sin tantas florituras.
1. Thor: O sea, que tienes a uno de los héroes más peculiares de todo el universo Marvel, contratas a uno de los directores más singulares y reconocidos gracias a sus numerosas adaptaciones de obras de Shakespeare, consigues a la estrella joven más relevante del momento para el papel femenino, a todo un veterano de garantías para interpretar al mismísimo Odín... ¿Y no eres capaz de lograr realizar algo que no provoque el bostezo continuado? A pesar de un dubitativo tramo inicial (incluso con alguna buena batalla), cuando la acción se traslada a la Tierra la cosa es de traca, incluyendo algunos chascarrillo de vergüenza ajena, una trama tonta como pocas y, en general, una sensación de vacío que no abandona al espectador hasta que, por fin, se llega al final de esta auténtica thortura vikinga.
Nos leemos!
Las 10 películas más destacadas del año:
10. X-men: Primera generación: Cine de espías y superhéroes de alto calibre, con una buena ambientación, personajes carismáticos, un guión inteligente, el reparto adecuado y la capacidad de integrar correctamente lo que ya funcionó en las dos primeras entregas de Bryan Singer. Matthew Vaughn lleva a cabo su aproximación al género combinando espectacularidad, aventura y humor, y narrándonos los avatares de la relación entre dos personajes que llenan de química la pantalla: Xavier y Erik.
9. I'm still here: Una vez superé el hecho de saber de antemano que estamos ante un falso documental (por mucho que en su momento nos quisieran hacer creer que la cosa iba en serio) terminé rendido a este profundo descenso a los infiernos del hombre/artista/gilipollas integral que es la cinta. La película resulta ser una continuada caída en picado de su personaje principal, Joaquin Fenix (que construye su mejor personaje hasta el momento interpretándose a sí mismo), llena de momentos hilarantes y con alguna escena que quedará grabada en la retina del espectador. Nada de lo que ocurre en el film es real y, a pesar de eso, solo con el simple hecho de que a sus responsables se les haya podido pasar por la cabeza su realización ya merece su entrada en la lista.
8. Super 8: Sin duda estamos ante el que ha sido el blockbuster del año. La peli es puro disfrute y no solo logra enganchar al espectador con las aventuras protagonizadas por un grupo de adolescentes montados en sus bicicletas; además, consigue trasladarlo hasta la mismísima década de los ‘80 con una trama a medio camino entre el humor, el suspense y la ciencia ficción, de la manos de un J.J. Abrams más Spielberg que nunca y una concepción de hacer cine que, lamentablemente, parece haber caído en desuso. Una película-homenaje que es puro entretenimiento.
7. Another Year: Mike Leigh ya ha demostrado con creces que es un portento en cuanto a saber mostrar de forma natural las cualidades más humanas de las personas, tanto las buenas como las malas, y en su último trabajo no ha perdido la ocasión. Aunque durante los minutos iniciales parezca dar la sensación de que la película únicamente es correcta, sin motivar demasiado, Leigh siempre tiene esa habilidad para obtener lo mejor de sus actores e ir introduciendo escenas cargadas de sentimiento que se quedarán en la retina del espectador. Pero lo que hace totalmente diferente a este film es la evolución de un personaje femenino que irá cogiendo terreno durante el desarrollo de la historia y que resultará ser inolvidable.
6. Piraña 3D: La película gira en torno a dos conceptos: peces y pezones. Y lo hace de manera lúdica, con mucho vicio, sangre y diversión. La cinta nos cuenta como el lago Victoria cae presa de una doble plaga: por un lado tenemos a los peces prehistóricos y por otro a las chicas en bikini. Alexandre Aja carga las tintas y nos trae la mejor felonía cinematográfica que puedo recordar des de Planet Terror. Estamos ante una obra tan descerebrada como entretenida. Como se suele decir: “con la mujer y el pescado, mucho cuidado”.
5. El niño de la bicicleta: Los hermanos Dardenne han vuelto con otro drama social impactante y muy bien resuelto, aunque mucho menos austero de los que nos tenían acostumbrados debido a que el seguimiento al que suelen hacer a los personajes esta vez no es tan atosigante (como ocurría en El hijo, de 2002). Por eso se ha dicho que quizás sea su película más accesible. Igualmente, siguen con la cámara en mano pero es obvio que han dejado mucho más espacio entre ellos y los actores, y también han utilizado por primera vez algo de música, aunque únicamente en situaciones contadas para resaltar acertadamente algún momento importante en el que se encuentra el joven protagonista.
4. La piel que habito: Almodóvar, lejos de acomodarse en su privilegiada posición dentro de la industria, vuelve con una película rara, bella, kisch, extrema, grotesca, salvaje, delirante, enfermiza y fascinante a partes iguales. Un rompecabezas cuyas piezas parecen no acabar de encajar en ningún momento hasta que, de repente, todas ellas deciden ordenarse a la vez para mostrar el global de una historia que no deja de ser una ida de olla de las que hacen época, pero que demuestra poseer una encomiable capacidad para fascinar y trascender.
3. 13 assassins: Takeshi Miike conjura modernidad y clasicismo con este remake de una película de los años 60’s que retrata el Japón feudal. Al principio presenciamos un par de rituales de suicidio que sorprenden por la prudencia con que están filmados, porque Miike opta por dejar fuera de encuadre la parte más sangrienta de dichas escenas, lo que desconcierta viniendo de un realizador que se ha ganado el adjetivo de polémico a pulso. Pero tranquilos, los fans del Miike más canalla también están de enhorabuena, porque 13 Assassins es lo más parecido a un “masaje con final feliz”. Todo este autocontrol y moderación del que hablábamos se salda con una media hora final en que los 13 protagonistas del título se enfrentan a un ejército de 300 soldados, y donde la sangre brota a mansalva y las calles se llenan de cuerpos cercenados. Lo mejor de todo es que Miike realiza el hiperbólico clímax sin que el conjunto se resienta por ello.
2. Melancolía: Después de dejar exhaustos a gran parte de crítica y público con Anticristo (2009), película inclasificable que fue fruto de una depresión de caballo, Lars Von Trier nos sorprende muy gratamente con su última película, que recientemente ha sido la ganadora en los Premios del Cine Europeo. Y es que su acierto más grande ha sido apostar por una historia cargada de tensión y desasosiego, con una sensación de misterio muy bien llevada, logrando de esta manera que el espectador se interese por las dos partes en que está dividida la película.
1. Cisne negro: Salí del cine en Febrero sabiendo que acababa de presenciar la que sería la mejor película de este 2011, un thriller psicológico y onírico con la capacidad de perturbar al espectador. Poseedor de una trama asfixiante, repleto de imágenes que se acaban por gravar en la conciencia de uno, y con la presencia de una quebradiza Natalie Portman, actriz que se muestra ante las cámaras dolorosamente vulnerable. Cisne negro es un cine sin ataduras, un cine en estado puro, y la indudable vencedora de este 2011.
Las 10 películas más decepcionantes del año:
10. Green Hornet: Cojamos los referentes: Michael Gondry, Seth Rogen, Bruce Lee y la mitiquísima serie de televisión de los años 60’s. Y luego echémosle un vistazo a este mediocre y hortera espectáculo cinematográfico. La serie de culto que comentábamos trata sobre cómo luchar elegantemente contra el mal, la cinta de Gondry va sobre hacer el idiota. Si quieres hacer una estupidísima comedia americana hazla, pero no mancilles con ella el legado de un carismático personaje, por el que ninguno de los participantes muestra algo de aprecio o simpatía.
9. Caperucita Roja (¿A quién tienes miedo?): La cosa se trataba de adaptar uno de los más universales clásicos infantiles, con la inclusión de un hombre lobo, otorgándole una fuerte ambientación oscura y gótica a la historia, con la colaboración de Amanda Seyfried, una de las estrellas jóvenes más prometedoras y Gary Oldman, un veterano que clava la mayor parte de sus actuaciones, más si cabe tratándose del malo de la función. ¿Qué podría salir mal? Pues menos que se incendiara el cine y muriéramos al instante todos los allí presentes, todo lo demás salió mal. Por desgracia, para cuando llegó el final, uno ya hacía rato que echaba de menos un buen fuego que arrasara con todo y evitara mayor sufrimiento.
8. La cosa: El remake de Carpenter del archiconocido clásico de principio de los 50’s no solo aportaba una facturación técnica muy superior al original, sino también una narrativa mucho más vibrante y aterradora. En ese caso el salto era cualificable y cuantificable, y por lo tanto cargado de sentido. Pero si nos centramos en el repetitivo trabajo de Heijningen nos damos cuenta que solo aporta dos cosas verdaderamente nuevas a la función: los efectos especiales generados por ordenador y Mary Elizabeth Winstead empuñando un lanza llamas. La última es de agradecer, pero el resto solo es como ver a un pollo que le han cortado la cabeza y sigue caminando sin saber que ya está muerto. Heijningen coge a su antecesora, y la mastica y escupe en forma de pulpa para multisalas. Una sinsabor destinado a una generación sin pasado cinematográfico, y lo que es más triste, con escaso presente.
7. HappyThankYouMorePlease: Se ve a la legua que las principales intenciones de Josh Radnor (protagonista de la serie Como conocí a vuestra madre) en su ópera prima eran caer simpático al espectador mezclando comedia y, a la vez, tocando temas cruciales de la vida, pero es que aporta tan poco y crea unos personajes tan flojos que el espectador lo único que desea es que se acabe la historia a la media hora de su metraje. Además, los problemas que plantea de tipos que se acercan a los 30 se han visto tantas veces que si encima no aporta nada nuevo, mejor hubiera sido no haberse planteado dirigir esta historia. Aunque sin duda alguna, lo peor de la película es la previsible relación de amistad entre su personaje y el niño al que encuentra perdido.
6. Winter's Bone: Si tenemos una historia para dirigir en la que la protagonista es una joven de 17 años que vive en una zona rural, que tiene que hacerse cargo de sus hermanos pequeños y de su madre que está enferma, y cuyo padre acaba de salir de la cárcel y se encuentra desaparecido, ya podemos frotarnos las manos que seguramente tendremos algún premio esperándonos en el Festival de Sundance o quizás nos nominen en los Oscars. Y es que parece ser que los dramones de aúpa y bien hechos dan sus frutos y si encima tienen a una joven actriz con temperamento y buenas dotes para la interpretación pues ya está todo. Pero, fuera bromas, esta película de cine independiente pretende tan descarademente que la historia sea tan cruda para su joven protagonista que al final a uno no le queda más remedio que reírse de algunos detalles bastante absurdos.
5. Cowboys & Aliens: A ver, no me ha quedado aún muy claras las intenciones iniciales de los creadores de este bodrio: por una parte tenemos cowboys y por otra aliens, entonces, ¿por qué no se ha hecho una comedia al uso?. Pero es que tampoco se ha hecho un western serio, aunque el inicio de la película tenga sus buenas intenciones para conseguirlo. O sea, que los mismos autores de esta historia no tenían muy claro qué les iba a salir. Pues yo se lo digo: un churro. Esta película es una mezcla de western con ciencia ficción y algo de comedia, pero los momentos cómicos son lo absurdo de algunas situaciones que pretenden ser serias, confirmando que el drama sobraba en un film cuyo título mostraba totalmente lo contrario.
4. Somewhere: Lamento ver a Sofía Coppola en esta lista, pero su repetición de métodos y formas empieza a oler demasiado y, sobretodo, a cansar y a perder eficacia con cada nuevo film. A mi Stephen Dorff es un tio que me cae bien, pero no por eso me tiene que apetecer, para nada, ver como se aburre, conduce su coche, se rasca los huevos, se fuma un cigarro, se tumba en la cama y juega a la play durante prácticamente una hora y media de metraje. Es de justicia reconocer que la película tiene algún buen momento y que la irrupción de la hija del protagonista representa una bocanada de aire fresco en la trama, pero no logra evitar que, una vez llegados al final, añoremos profundamente los anteriores trabajos de la directora.
3. Sucker Punch: Zack Snyder saca a relucir todos sus fetiches en esta peli que resulta ser todo un suma y sigue de géneros, ideas y referencias tan (a priori) atrayentes como (finalmente) vacías de contenidos e intenciones. Todo ello metido en una trama que no acaba de arrancar ni dirigirse a ningún lado a pesar de lo cual incluso se permite el lujo de aportar varios giros argumentales. Finalmente, el film, termina siendo un pastiche visualmente atrayente pero sin pies ni cabeza que resulta ser un entretenimiento erótico-festivo excesivamente poco entretenido, erótico y festivo.
2. El árbol de la vida: Esta sea quizás la película más controvertida del año debido a que su director Terrence Malick ha preferido realizar una amalgama de imágenes muy bien fotografiadas y montadas, con la pretenciosa intención de llegar a la sensibilidad de los espectadores, que centrarse en la historia central de la película. Pero no solo eso, al primer cuarto de hora de inicio introduce, porque sí, una larga secuencia que nos muestra algo parecido al origen del Universo. Pero lo más decepcionante es que, desde hace más de una década, la carrera de Malick va por este camino de perdición en el que se empeña más en profundizar en pensamientos existencialistas con muchísimas imágenes de la Naturaleza que en crear una buena historia sin tantas florituras.
1. Thor: O sea, que tienes a uno de los héroes más peculiares de todo el universo Marvel, contratas a uno de los directores más singulares y reconocidos gracias a sus numerosas adaptaciones de obras de Shakespeare, consigues a la estrella joven más relevante del momento para el papel femenino, a todo un veterano de garantías para interpretar al mismísimo Odín... ¿Y no eres capaz de lograr realizar algo que no provoque el bostezo continuado? A pesar de un dubitativo tramo inicial (incluso con alguna buena batalla), cuando la acción se traslada a la Tierra la cosa es de traca, incluyendo algunos chascarrillo de vergüenza ajena, una trama tonta como pocas y, en general, una sensación de vacío que no abandona al espectador hasta que, por fin, se llega al final de esta auténtica thortura vikinga.