En el blog no suelo hablar de mí. Porque aún está muy crudito, no hace más de 4 meses que se creó… y porque su temática es la psicología infantil y el desarrollo y la educación pero a un nivel más general… y bueno, sobre todo porque aún no soy mamá, y no tengo estas experiencias vuestras tan bonitas que me permiten seguir aprendiendo más y más, y que me hacen despertar el instinto maternal… jajaja, sí, es culpa vuestra! Bueno, vuestra y de mi sobri, que llegó hace tres años para robarme el corazón.
Pero poco a poco, con vuestras iniciativas carnavaleras me animo a ir sacando algo de mí. Y es que en este tiempo que llevo por las redes me he dado cuenta de algo muy importante que no me imaginaba cuando empecé. La unión que tenéis, el apoyo mutuo, el buen rollo y las risas que os lleváis están ahí por quien sois más que por lo que escribís. Detrás de cada post hay una persona increíble que ofrece una pizquita de si misma. Parece lógico, pero hasta que no estás dentro no lo ves con tal claridad.
Si en algo ha sido realmente especial este 2013 ha sido esta aventura que he iniciado. Sobre todo porque forma parte de algo más grande. Forma parte de una manera de vivir, un poco alternativa, pero sin duda la que quiero para mí. Hacer lo que me gusta, vivir sólo con lo necesario, sentirme autorealizada cada día, notar como todo va creciendo a medida que yo empujo.
Muchos creen que soy una soñadora, una idealista, que mejor me busque un trabajo como dios manda… jajajaj… y yo me río! Porque sí, seguramente están en lo cierto, pero ¿porqué todo ha de seguir siempre el mismo camino? ¿Porqué todos debemos hacer lo que se espera de nosotros? ¿Acaso la sociedad es lo que nosotros esperamos de ella? ¿Quién tiene realmente el poder para cambiar las cosas? Y siempre acabo con la misma conclusión. Obviamente yo sola no puedo cambiar este mundo, pero estoy segura que mucha otra gente también recorre un camino alternativo y cada granito cuenta.
Sé que estoy en el camino correcto. Lo sé cómo nunca lo había sabido. Porque siempre me había sentido algo desubicada en este mundo… y justo ahora no. Acabo el 2013 con una energía que desconocía, y empiezo el 2014 con la sensación de que todo irá a más y a mejor. Sé que tendré momentos en los que hasta yo piense: déjalo, has sido una ilusa. Y sé que los volveré a afrontar con fuerza porque si yo no paro… entonces sólo hay un camino, seguir creciendo.