Cuando un niño se queja de dolor al orinar y de excesiva sensibilidad en la punta de su pene, podemos pensar que padece balanitis, un trastorno bastante más habitual de lo que creemos, aunque su nombre no sea muy conocido a nivel popular.
La balanitis es una infección de origen bacteriano que causa con inflamación en el prepucio y en la punta del pene de un niño.
Lo primero que percibirá el niño - o los padres, si es muy pequeño - es que la zona superior del pene está enrojecida e inflamada, lo suficiente hinchada como para sentir dolor solo con el tacto.
En algunos casos, incluso puede salir pus de la abertura, lo que resulta muy llamativo y hace que muchos padres se asusten.
Estos síntomas de la infección por balanitis hacen que el niño sienta dolor al orinar y, si la infección es lo suficientemente importante, incluso puede llegar a tener fiebre.
Qué causa la balanitis
La balanitis es una infección causada por una bacteria que se aloja bajo el prepucio del pene, y cuya acción llega hasta el glande.
Esta infección se produce, esencialmente, por un problema de higiene inadecuada. No nos referimos a que el niño 'vaya sucio', sino a que esta zona de su cuerpo es realmente complicada de mantenerla aseada la mayoría de veces.
Cuanto más pequeños son los niños, más difícil es que se estén quietos el tiempo suficiente como para limpiarlos de la manera correcta. Esto facilita que se pueda crear un caldo de cultivo para la aparición de la bacteria de la balanitis.
Cómo tratar la balanitis
La balanitis resulta muy aparatosa a simple vista, debido a la hinchazón y a la más que probable presencia de pus en la punta del pene, pero no es un problema grave para la salud del pequeño. Eso sí, es muy incómodo y doloroso para el niño que la padece.
Lo primero que debe hacerse para tratar la balanitis es cambiar - o, al menos, intentar mejorar - sus hábitos de higiene. Es decir, mantener el pene del niño siempre limpio, lo que puede implicar un cambio más frecuente de pañales, si es que aun los lleva y, por supuesto, no olvidar la crema protectora.
Naturalmente, si el niño presenta síntomas de balanitis hay que llevarlo al pediatra para que confirme el diagnóstico, y le prescriba una pomada antibiótica y un control médico. En principio, con esto habría más que suficiente para eliminar la presencia de la infección.
Si mientras se trata la infección, el niño siente mucha molestia puede ser una buena opción remojarle el pene en agua templada, para que se le alivie el escozor.
La principal medida de prevención contra la balanitis es una buena higiene del pene del niño. Esto implica lavarlo cada día y prestar una especial atención a la zona del prepucio.