Revista Viajes
Cuando te documentas y comienzas a preparar los lugares de interés en la isla de Bali, que no debes ni puedes dejar de conocer y los trasladas a un mapa de la isla casi todos parecen estar cerca y ser bastante asequibles yendo en una moto de alquiler. Pero un vistazo con más detenimiento a ese mismo mapa te hace darte cuenta que el trazado de las carreteras que discurren por la isla muchas veces son enrevesados y dan unos rodeos enormes, a parte de estar precariamente señalizadas. Esa fue la razón por la que decidimos contratar un coche con conductor para conocer el norte de Bali. En las calles de Ubud se te ofrecerán decenas de conductores para llevarte con sus coches a los lugares que les digas. Nosotros se lo comentamos al chico de nuestra "guest house" que ya tenía a sus propios conductores de confianza -lo que nos daba más seguridad- con coches bien cuidados, cómodos y con aire acondicionado. Sin duda fue todo un acierto no haber alquilado moto y elegir la opción de coche con conductor. Además el coste fue de lo más razonable porque por 30 euros tuvimos el coche a nuestra disposición durante trece horas y disfrutamos de algunas charlas entretenidas con nuestro conductor, a parte de recomendarnos algún buen lugar donde comer, y con vistas espectaculares.
Este día lo dedicamos por completo a conocer algunos de los rincones más importantes, espirituales y de significado especial para los balineses. Pero antes hicimos una breve parada en el Cueva del Elefante, o como lo llaman ellos Goa Gajah. Un templo a las afueras de Ubud y que es visitado numerosamente por turistas y locales y que yo, francamente, no encontré demasiado interesante. Unos estanques y una densa vegetación hasta llegar a la entrada de la cueva donde está tallada en la piedra una escultura de un elefante que protege a la escultura del dios en un agobiante y apestoso interior. Aunque lo verdaderamente interesante, lo imprescindible por conocer en Bali, no tardaría en llegar. Apenas unas decenas de kilómetros y quizás poco menos de una hora y la primera de las grandes sorpresas que este día nos iba a deparar.
El precioso Templo Pura Kehen está en la ciudad de Bangli. Es un templo sorprendente y el segundo en importancia para los balineses después del Templo Madre, y lo mejor es que está en el camino hacia el volcán Monte Batur y el propio Templo Madre. Es recomendable visitarlo pronto por la mañana cuando aún no han llegado los autocares de turistas y es posible recorrerlo y disfrutarlo en soledad. Nosotros tuvimos esa suerte y sólo escuchamos el trinar de los pájaros, el ruido de las hojas mecidas por el viento y nuestros propios pasos a medida que íbamos descubriendo el templo.
Para acceder a este templo a tres niveles hay que ascender los numerosos escalones que conducen hasta la plataforma principal. Ésta ofrece unas buenas vistas panorámicas de todo el entorno, un entorno rodeado de abundante vegetación que aporta paz y sosiego a este precioso lugar. Pura Kehen desempeña labores de templo estatal de la ciudad de Bangli, uno de los nueve reinos de Bali, y es por esa razón por la que se utiliza en multitudinarias y numerosas ceremonias rituales. El precio por acceder al templo más el aparcamiento del coche fue de 65.000 rupias por los dos. A esas alturas del viaje ya habíamos aprendido que en Indonesia en general, y en Bali en particular, se paga por todo aunque el monumento, lugar natural o atractivo turístico de cualquier índole se encuentre en plena calle. Llegan a instalar casetas en mitad de una carretera de montaña para que, eso sí sólo los turistas, pasen por caja. Los locales están exentos de cualquier pago.
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A media mañana nuestro conductor nos preguntó si nos apetecía ir a un lugar que vendía diferentes variedades de cafés y té, además de estar en un entorno natural verdaderamente bello. rodeado de algunas pequeñas terrazas de arroz y una exuberante vegetación. Le dijimos que si, además de que te ofrecían una degustación gratuita de los diferentes cafés y té. Una vez allí se nos planteó además la posibilidad de tomarnos una taza del café más caro del mundo.
Resulta que la elaboración del café más caro del mundo lleva un proceso que puede dejar con la boca abierta a más de uno, y lo explico. En Indonesia existe un curioso animal de aspecto parecido a un hurón -aunque en realidad es una civeta- peludo y de aspecto desaliñado. Este animal come los mejores frutos y más tarde expulsa los granos en las heces. Parece ser, según los expertos catadores, que durante la digestión del luwak, hay algo de ese proceso que le aporta un aroma y sabor único a los granos, y consecuentemente al café elaborado con esos granos. Como la elaboración del Kopi Luwak -que es como se llama este exclusivo café- depende de este animal, la producción es muy escasa y eso hace que el precio del café se dispare. Nosotros pagamos alrededor de seis euros por un café servido en una taza con filos de oro -que es como suele servirse como parte del ritual.- pero en los Estados Unidos puede llegar a pagarse de 80 a 90 dólares por taza. Un café rico, suave y con aromas a caramelo según nos dijeron. Nosotros no lo vimos para tanto....pero había que probarlo si o si. No podíamos dejar pasar esa oportunidad.
El Templo Madre de Besakih es el más grande, el más importante y el más sagrado de todos los templos erigidos en la Isla de Bali. Los balineses profesan verdadera devoción por este templo construido muy cerca del imponente Monte Agung en una de sus laderas. Nada más llegar a su aparcamiento ya nos dimos cuenta que aquí no íbamos a estar tan solos como en el Pura Kehen. La entrada al Templo Madre nos costó 35.000 rupias indonesias, y ya nos advirtió nuestro conductor que tuviéramos cuidado con los muchos caraduras que pululan por la larga calle de acceso. Y efectivamente, al poco tiempo de adquirir nuestras entradas nos entraron un par de tíos vestidos con ropajes rituales y que reclamaban que les enseñáramos nuestros boletos. Seguidamente nos pidieron más dinero con una excusa que ya no recuerdo y además debíamos pagar también a uno de los supuestos guías que se allí de encontraban para poder acceder al recinto del Templo Besakih. Tras un intercambio de frases en el que los hice saber que no iba a soltar ni una rupia exigí que me devolvieran mis entradas y los mandé a paseo. Buena advertencia nos hizo nuestro conductor. Y con las mismas continuamos nuestro camino.
A medida que nos acercamos al Templo Madre fuimos descubriendo la grandiosidad y gran tamaño de este templo. La gran escalinata que lleva a la parte más alta de Besakih forma una columna vertebral que casi lo divide en dos partes iguales. Y de nuevo otros chavales dando la paliza que necesitamos pagarles para poder acceder. Resultaba cansino, así que me hice el loco y actué como que no tenía ni idea de inglés. Ciertamente hasta la fecha no habíamos estado en ningún lugar del mundo donde tuviéramos la sensación de ser exprimidos económicamente de una forma tan descarada por la gente que se dedica la turismo. Aunque también debo puntualizar que las personas que no están en lugares turísticos -la mayoría de los balineses- , así como muchos de los camareros y personal de hoteles son gentes encantadoras, simpáticas y atentas. Es el verdadero carácter de Bali.
Nuestra llegada coincidió con un montón de ceremonias y ofrendas por parte de comunidades locales que aportaba animación, colorido y plasticidad al conjunto monumental del Templo Madre. Accedimos por las escaleras laterales y fuimos subiendo niveles del templo. Aunque aquí encontramos a buscavidas que se querían hacer pasar por guías del templo y que te decían que no se puede visitar sin guía. Ni caso porque lo único que es necesario para visitarlo por libre es llevar un sarong como en cualquier otro templo hinduista de la isla.
Pura Besakih es en realidad un conjunto de más de veinte templos menores. Cada uno de los templos está dedicado a diferentes deidades. Es fácil -si se visita el templo a media mañana- contemplar los desfiles de los fieles ataviados con sus blancos ropajes y sosteniendo sus ofrendas en lo alto de su cabeza. Es una forma de adentrarse un poco en la cultura hindú y resulta de lo más atractivo.
Desde arriba pudimos ir descubriendo las distintas partes del templo y disfrutar de las maravillosas vistas del conjunto. Las influencias hindúes se han fusionado con las creencias milenarias y tradiciones ancestrales de Bali que han dado como resultado una religión propia y a veces algo complicada de entender para un occidental. La cantidad de templos en la isla es asombrosa. Porque a los templos públicos hay que sumar los pequeños templos privados que las familias balinesas levantan en sus terrenos para venerar y recordar a sus difuntos. Y las ofrendas que las gentes de Bali llevan a los templos o bien dejan en cada esquina, en cada una de las puertas de los negocios, en cada rincón, sirven para apaciguar a los malos espíritus. En fin, el Templo Pura Besakih, o también llamado Templo Madre, de capital importancia para todos los balineses y levantado sobre las laderas del imponente Monte Agung resulta una visita imprescindible en cualquier viaje a Bali.
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